|
Por Martín Piqué
 Una encuesta realizada por la consultora Ibope OPSM, que dirige Enrique Zuleta Puceiro, demuestra que la mitad de los habitantes de la Capital y el Gran Buenos Aires aprueban la política exterior del Gobierno. La conclusión se produce en el marco de los preparativos de la represalia sobre Afganistán y exhibe una curiosa paradoja: pese a que la gran mayoría de los argentinos no quiere que el país intervenga en la acción militar que prepara Washington, sólo el 21,7 por ciento de los consultados contestó que se �debe cambiar totalmente� la política de alineamiento automático con Estados Unidos.
El estudio indica que la casi totalidad de los entrevistados (93,5 por ciento) siguen con atención las noticias sobre los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono, un dato que deberían tener en cuenta algunas emisoras de radio y televisión que no variaron demasiado su programación a pesar de los acontecimientos. Y en relación con la Argentina, la encuesta prueba que la gente no tiene buenas expectativas para el futuro cercano: el 48,1 por ciento cree que, tras los ataques terroristas, la situación del país será �mucho peor�, mientras que el 30,1 por ciento considera que seguirá �igual�. Una parte de este estudio fue publicada ayer por Página/12. Allí se estableció que el 74,6 por ciento de los consultados se oponen a que la Argentina participe en las represalias que pergeña Estados Unidos.
El sondeo de Ibope fue hecho a 600 personas a través de entrevistas telefónicas guiadas por un cuestionario semiestructurado. La dirección técnica estuvo a cargo de Isidro Adúriz y Julián Pisa, en el marco de un programa de investigación dirigido por Zuleta Puceiro. En las conclusiones se percibe que para gran franja de la población el terrorismo se ha convertido en una realidad imposible de eludir. Así, cuando se les pidió una opinión sobre �lo que representa el atentado�, el 56,6 por ciento contestó que �todo país es vulnerable a ataques terroristas�. En cambio, el 15,8 por ciento criticó a Estados Unidos al considerar que el ataque a las Torres Gemelas y al Pentágono �es el resultado de una política de imposición a costa del resto del mundo�.
Las opiniones estuvieron mucho más repartidas ante la pregunta sobre �qué país o sector fue el autor del atentado�. El porcentaje mayor, que apenas alcanzó el 21,4 por ciento, responsabilizó a �los afganos�. Un 14,5 se limitó a culpar, con vaguedad, a �algún país o grupo de religión musulmana�; el 8,6 por ciento acusó a �alguno de los países árabes petroleros�; un 6,9 imputó a �un grupo fanático o racista de Estados Unidos� y un 6,4 respondió �los palestinos�. Aquí la desinformación parece haber jugado una mala pasada: la opción �terroristas guiados por Bin Laden� recibió sólo el 0,3 por ciento de las preferencias, demostrando que muchas personas no están al tanto de las últimas noticias o que no creen en las acusaciones que hace el presidente norteamericano George W. Bush.
El cuestionamiento a Estados Unidos apareció claramente. Ante la pregunta sobre cuáles son los dos principales factores que motivaron los atentados, más de la mitad de la gente (53,6 por ciento) respondió �la venganza por guerras anteriores�. Si a esa cifra se le suma el porcentaje que obtuvo la respuesta �reacción contra EE.UU.� (18,2 por ciento), se alcanza una cifra que corresponde al tercio de las opiniones.
 |
 |
|
|
|
