norteamerica en guerra

�La situación amenaza los
derechos individuales�

Después del atentado, el mundo verá un aumento en las medidas de seguridad y un avance de la Inteligencia. La amenaza es sobre los derechos humanos y las libertades básicas de la gente.

El temor post-atentados refuerza el argumento de la seguridad ante todo y acostumbra a convivir con ella. Los especialistas señalan que, sin embargo, la seguridad total es una utopía peligrosa que recorta derechos.

Por Sandra Russo 

La Argentina está muy lejos del agujero de Manhattan, pero está peligrosamente cerca, según algunos expertos y funcionarios consultados, del discurso que emergió el mismo día del atentado, según el cual la destrucción de las torres pudo haberse evitado con un engranaje de Inteligencia más férreo y más aceitado. De ese discurso se desprende, como señala el sociólogo Marcelo Sain, que �estamos ante una nueva concepción de Inteligencia, porque hasta ahora los conflictos previstos eran o bien los interestatales o bien los del enemigo interior. Ahora, este nuevo escenario va a hacer replantear las funciones de la Inteligencia, y no me cabe ninguna duda de que va a ser necesario que los respectivos Estados de Derecho regulen esa nueva noción: no van a faltar quienes se excusen en ese nuevo escenario para intentar recurrir a métodos coercitivos que afectarán las libertades individuales�.
¿Cómo afectarán los nuevos métodos de control �herramientas indispensables para la nueva Inteligencia exterior e interior� las vidas cotidianas de todos los ciudadanos? La demanda de seguridad probablemente colisionará tarde o temprano con el derecho a la intimidad y con la circulación de información privada. Es el principio de un debate todavía en cierne, porque, como afirma Sain �especialista en Sociología militar y asuntos de Seguridad, profesor de la Universidad de Quilmes�, �lo que ha pasado en Nueva York no se puede entender en los términos de la Inteligencia tradicional: fue un atentado con efectos devastadores, que provocó daños como si hubiese sido un ataque militar, pero producido desde lo no militar, con objetos de la vida cotidiana. Aviones comerciales y cutters o navajas. No intervinieron estados, sino individuos. De modo que es previsible que a partir de ahora haya un seguimiento a los individuos y a la vida cotidiana�. Sin embargo, cuando se le pregunta si en Estados Unidos es previsible una política de Inteligencia que atraviese los derechos civiles, Sain duda: �Esa parte de la película la quiero ver, ¿eh? No estaría tan seguro. En Estados unidos hay una tradición de defensa de esos derechos, y no va a ser fácil vulnerar esos principios. Además, la Inteligencia allí suele dar resultados: los culpables aparecen. Aquí, en cambio, ya pasaros seis años del atentado a la AMIA, y nada�. 
La subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, opina que �la vida cotidana en Estados Unidos se va a alterar. Tras un impacto tan brutal como el que sufrieron, con tantas pérdidas de vidas, va a ser inevitable. Estados Unidos parecía un país con una seguridad imburlable, y fue burlada. Por eso las medidas que adopten van a tener que ver con la vida cotidiana, porque fueron agredidos desde esa vida cotidiana: no les cayó un misil. Para empezar, la seguridad en los vuelos de línea ya está siendo rigurosamente revisada, porque evidentemente no fue suficiente�. 
Desde el Centro de Políticas, Estudios e Investigación del INADI, su director, José Manuel Martínez, tampoco duda: �Claro que esto va a afectar la vida cotidiana: que un arquitecto ya no pueda llevar un cutter en su maletín cuando viaje en avión ya es una alteración de la vida cotidiana. Que una persona que profesa una determinada fe religiosa no pueda abordar un avión, como pasó hace días en Santiago de Chile, es no sólo una alteración de lo que era cotidiano: es discriminatorio. Habrá un megaaparato de Inteligencia para sustentar mayores controles y más vigilancia en nombre de la seguridad, pero el de la seguridad también es un negocio que abonan los proveedores de armas y de tecnologías�. ¿Querrá decir esto que habrá que estar alertas ante quienes se suban al caballo de Troya de la seguridad para hacer desembarcar otros intereses? Martínez opina que sí: �Lo que va a traer esto es más control y más vigilancia. Y si la pregunta es si esta situación mundial es una amenaza a las garantías individuales, la respuesta es sí. Los Estados ahora tendrán justificativos para interrogar, examinar, revisar, allanar, para invadir la privacidad de las personas�. Sobre las relaciones interpersonales, Martínez pone como ejemplo el conocido caso del imán Abdul Karim Paz y su mujer en Santiago de Chile, cuando después de discutir con el comandante de la nave de Lufthansa, éste dijo las últimas palabras: �No viajan porque no quiero�. �¿Qué significa esa respuesta? Nada menos que otra forma de fundamentalismo. La no razón, el no argumento. Estamos ante una nueva forma de temor al otro, al diferente, ante una noción de otredad negativa, alimentada por fantasías terribles: ese otro fantasmático que encarnan los árabes en general parecen tener una capacidad destructiva atroz por el solo hecho de ser árabes. Hay paranoia, y la paranoia siempre es reaccionaria.� En el INADI aún no hubo denuncias sobre otros casos de discriminación a personas de fe musulmana, pero las esperan: �La islamofobia es un fenómeno creciente ya desde antes del atentado, y ahora se va a potenciar�.
Por su parte, la arquitecta Esther Schiavo, especialista en Innovación tecnológica y territorio, indica que el debate entre seguridad, privacidad y regulación de las nuevas tecnologías de información y comunicación también es nuevo y está abierto. �Aumentarán sin duda los espacios de vigilancia y de control, pero hay que tener en cuenta que Estados Unidos tiene los sistemas de escuchas y seguimiento más sofisticados que existen, y no funcionaron. La demanda de seguridad de gran parte de la población seguramente ahora vulnerará la intimidad de mucha gente, porque reforzará los argumentos de los que quieren privilegiar la seguridad en desmedro de la privacidad. Algunos se sentirán protegidos mientras otros se sentirán vigilados. Y esto no es nuevo: además del control de las personas, en los últimos años hubo un creciente desarrollo de tecnologías de control de los desplazamientos virtuales. Las teleprácticas van a ser mucho más espiadas y vigiladas. Pero hace rato que cuando uno está solo con su computadora es mentira que está solo. Nuestros e-mails privados no son nada privados. Y lo serán mucho menos.� 
José Manuel Martínez asegura que si se parte de la base de que todo es controlable, lo que sigue será una pesadilla. �Pero es falso. Hay que admitir que lamentablemente algunas situaciones son previsibles, pero no controlables. Lo que sí es controlable es la desigualdad de ingresos en la escala mundial. Eso tal vez ayudaría más a la seguridad de la gente de todo el mundo, incluso a la de los norteamericanos, que la invasión sobre la vida privada.�

PRINCIPAL