Por
Juan José Panno
La
primera sensación compartida por hinchas boquenses y riverplatenses
es que ayer se selló definitivamente el destino de los futuros
clásicos. Los de Boca lo gritaron ( Olé, olé,
olé olé ola/ las gallinas no nos ganan nunca más)
como coro de cierre del espectáculo; los de River lo susurraron
(si no les ganamos hoy...) mientras abandonaban el Monumental
calientes, inflamados de odio. Habrá, naturalmente, futuros triunfos
y goleadas de River, pero eso sólo se puede ver desde afuera, sin
la camiseta puesta; eso se podrá ver cuando el tiempo se encargue
de filtrar alegrías y broncas, y ponerlas en su lugar. Mientras
tanto, en caliente, el empate de Boca a poco del final, ante un rival
que lo superó ampliamente en todo el primer tiempo, vale oro; y
el punto de River es del aluminio más berreta si se lo referencia
con las situaciones de gol que generó y no pudo concretar. Después
llegará la hora de advertir que River tiene mucho más equipo
y puede trazarse más expectativas en este torneo que Boca. Eso
será después; por ahora los boquenses acumulan razones para
celebrar y encuentran como bonus las declaraciones de Comizzo durante
la semana, aquello de cambio un campeonato por ganarle a Boca.
No debe ser Comizzo el único, seguramente.
El primer tiempo terminó 1 a 0, un resultado que debían
festejar más los de Boca que los de River. Es que la diferencia
en el juego, en el dominio del terreno y la pelota y en las llegadas fue
tan amplia que el 01 resultó un negocio redondo para los
de Bianchi. Las situaciones claras de gol que dispuso el equipo local
fueron 3, pero el número se puede elevar a 7 si se considera la
secuencia completa de cada una.
1) No llega Ortega a concretar; la sacan, patea DAlessandro, Córdoba
brillante, rebote; patea Coudet solo, otra vez Córdoba.
2) Foul a Cardetti en la entrada al área en un contraataque con
claro destino de gol: patea Ortega, cabecea Celso Ayala, Córdoba,
muy seguro, retiene.
3) Zurdazo de DAlessandro, Córdoba, espectacular, tapa sin
retener; Cardetti llega solo y fusila y ¡otra vez Córdoba!
Todo eso fue después del golazo de cabeza de Cambiasso que nació
en un caño de Coudet a Rodríguez y siguió con el
pase a Ortega y el centro de éste, medido, exacto. Hermoso por
la velocidad de la jugada y la precisión en los toques y en el
golpe de gracia.
En el otro lado, entretanto, se anotaba media situacioncita de gol: un
puntazo de zurda de Riquelme que se fue a un par de metros de un poste.
O sea, nada. Tan difusa la llegada como la imagen que transmitió
el equipo. Boca fue un flan atrás, SernaTraverso no dieron
abasto, Gaitán perdió en el picapica con Coudet, Riquelme
disminuido físicamente fue absorbido por Pereyra y
eventualmente Garcé, mientras Guillermo se dedicó a protestar
y Delgado apostó a que le cayera bien un pelotazo largo de Córdoba,
única fórmula viable para arrimarse.
River fue tranquilidad, firmeza en el medio, pelota jugada con claridad,
suficiencia, buen juego en el triángulo más luminoso: Cambiasso-DAlessandroOrtega.
La superioridad clara se prolongó hasta los 15m del segundo tiempo.
Después, la noche empezó a caer sobre el arco de Comizzo.
El cambio timorato de Zapata por Cardetti; los reemplazos por obligación
de Bianchi; el orgullo de Boca y la decisión de River de jugar
al contraataque, inclinaron la cancha. Los de Boca no creían demasiado
en el empate y gritaban poco; los de River tampoco, e iluminaban la noche
con sus cantos y sus bengalas. Pero faltando poco más de cinco
minutos llegó el centro de Marchant, el toque de Riquelme, el atajadón
de Comizzo y el zurdazo de Gaitán que levantó la red y salvó
la paternidad.
Boca tuvo, entonces, una fiesta que no se merecía. Córdoba,
sí.
Lo
que va de Bianchi a Díaz
Entre
críticas y elogios
El técnico Carlos Bianchi fue categórico ayer al manifestar
que el empate fue un resultado justo, y agregar que el equipo deberá
mejorar mucho, porque jugando así no habrá chances
de ganarle el 27 de noviembre al Bayern Munich, por la Copa Intercontinental.
Mientras tanto, el entrenador Ramón Díaz esquivó
por completo cualquier autocrítica y, lejos de reconocer fallas
apuntó: A Boca nadie lo complicó como lo hizo River
en el primer tiempo. Tengo que felicitar a los jugadores porque hicieron
todo lo que habíamos trabajado.
En el primer tiempo River fue bastante superior. Oscar Córdoba
tuvo tres intervenciones fundamentales que le hubiesen permitido a River
liquidar el partido, explicó Bianchi, quien agregó:
Es más, el primer tiempo era lógico que ellos lo ganaran
y hasta, tal vez, si nos ganaban por algún gol más nadie
podía decir nada. En cuanto a las fallas de sus dirigidos,
el técnico de Boca consideró: No encontramos la pelota.
River fue superior en el manejo y nos desequilibró constantemente
en la zona de volantes. Bianchi se refirió también
a los cambios tácticos que realizó para tratar de revertir
el resultado. De a poco, River se fue metiendo atrás y en
ese segundo tiempo no tuvieron contragolpes. No crearon situaciones. Boca
cambió, jugó con tres en el fondo, pasamos a Martínez
más arriba, desequilibramos bastante con Delgado por la izquierda.
Fuimos inteligentes, comentó. Luego destacó que Gaitán
hizo un buen partido y fundamentalmente hizo el gol. Pero lo más
significativo de las declaraciones de Bianchi estuvo relacionado con el
presente de su equipo. Si seguimos jugando así no creo que
vayamos con esperanzas lógicas de triunfo a Tokio, sentenció.
En tanto, pese al resultado, el técnico de River fue elogioso con
sus dirigidos cuando, consultado por el desarrollo, comentó: Hay
que hacer un análisis de este partido, pero primero quiero felicitar
a mis jugadores, porque hicieron todo lo que habíamos trabajado.
En los primeros cuarenta y cinco minutos se vio un equipo con muchas ganas,
que tuvo actitud y le demostró a la gente que quiso ganar jugando
bien. A este equipo más no se le puede pedir, porque dejó
todo en la cancha. Acerca del bajón en el tiempo complementario,
el riojano explicó: En el segundo tiempo bajamos por el desgaste
y la presión que ejercimos en el primero. Pero no fueron muchas
las ocasiones de gol que tuvieron ellos. También elogió
la actuación del colombiano Córdoba y cuestionó la
expulsión de DAlessandro al señalar que no fue
una jugada como para mostrarle la roja. Respecto a los silbidos
que recibió por parte de un grupo de hinchas tras el empate, Díaz
expresó: No escuché si hubo gente que me insultó.
La gente es exigente, vamos a mejorar algunas cosas.
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