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Luces y sombras futboleras

Por Gustavo Veiga

Imán de multitudes o recolector de miserias, el fútbol, en la perturbadora semana que acaba de irse, ha dado señales preocupantes por lo que vendrá. Pero también debe reconocerse que se sembraron retoños de nuevas alternativas para mejorarlo. Como siempre, que la balanza se incline hacia un lado o el otro, dependerá de la conducta de los hombres.
Entre las noticias que provocan alivio, merecen desarrollarse éstas: 1) la Justicia condenó en segunda instancia a tres barrabravas de River por delitos cometidos en 1996. 2) El fondo fiduciario mediante el cual los jugadores podrán cobrar la deuda que se comprometió a pagarles la AFA ya está listo para que pasen por ventanilla en los plazos previstos. 3) Se designó una comisión que redactará un nuevo reglamento para regular las actividades de los hasta ahora incontrolables intermediarios.
Los malos presagios, en cambio, se basan en los siguientes sucesos: 1) pese a que hay clubes que no respetaron los plazos de pago a sus respectivos planteles, el Comité Ejecutivo de la AFA evita sancionarlos por todos los medios. 2) La desaparición de los torneos de Reserva aumentó la desocupación entre los futbolistas y los técnicos que, recién ahora, empezaron a notarlo y a quejarse. 3) Individuos al amparo de personajes o grupos económicos influyentes siguen haciendo negocios sin que nadie los fiscalice. Todas son postales de una actividad jaqueada por la recesión del país, las corruptelas de unos cuantos bribones y la indulgencia de quienes deberían conducir la actividad y no hacer la vista gorda.
Durante la semana en que un grupo de “pesados” atacó a los jugadores de Independiente en Brasil, tras el partido con Cruzeiro por la Copa Mercosur, se conoció un fallo de la Justicia de Lomas de Zamora que sienta un duro precedente para los barrabravas. La Sala 3ª de la Cámara Penal, integrada por los doctores Jorge Tristán Rodríguez, Carlos Oscar Zamarreño y Héctor Hugo Decastelli, condenó a tres miembros del sector denominado “Los borrachos del tablón” que comanda la hinchada de River. En rigor, Luis Ignacio Pereyra, Edgar Daniel Butassi y Rito Ramón Barrios se habrían alejado de aquel grupo hace un tiempo, pero eso no les permitió zafar de la condena a cuatro años de prisión, accesorias legales y costas, por los delitos de daños reiterados (en siete hechos) en concurso real con resistencia a la autoridad, agravados por haberse cometido en ocasión de la realización de un espectáculo deportivo.
El Tribunal ratificó la condena que había firmado el juez Miguel Carlos Navascues el 30 de junio de 2000, por los episodios ocurridos en Avellaneda la tarde del 22 de diciembre de 1996, luego de un encuentro entre Independiente y River. Ese día, durante el transcurso de los actos violentos cometidos por las dos barrabravas, fue asesinado el joven Christian Rousoulis por un integrante de la patota identificada con los colores de River. Mientras que este crimen aún continúa impune –todavía está abierta una causa en el Juzgado Nº 11 a cargo de la doctora Silvia Susana González–, sí hubo condenas por romper algunas vidrieras, un par de ciclomotores y un móvil policial.
Cara y ceca
Los jugadores profesionales, que hicieron dos huelgas durante este año, ya comenzaron a abrir sus respectivas cajas de ahorro en el Banco Credicoop donde se les depositarán los fondos correspondientes a las deudas contraídas por los clubes hasta abril pasado. Esta es la suma millonaria que la AFA afrontará en nombre de sus instituciones afiliadas mediante la cesión de los derechos correspondientes a los contratos de televisión. Los futbolistas percibirán el dinero en 18 cuotas iguales y consecutivas a partir del 15 de octubre, el banco administrará los fondos y cobrará por ese servicio una comisión y los dirigentes empezarán a sacarse un peso de encima. “Es una operatoria sencilla”, afirmó Carlos Heller, gerente general del banco y ex vicepresidente de Boca Juniors. Encaminado uno de los compromisos que asumió la AFA ante Agremiados, restaba saber si se darían señales muy claras sobre la voluntad de castigar a los irresponsables que no cumplieran con el pago de los sueldos correspondientes a mayo, junio y el medio aguinaldo, sin contar julio y agosto que ya están vencidos. Pues bien, hasta ahora, la condescendencia se va imponiendo sobre la aplicación de los reglamentos. Julio Grondona, quien se encuentra en Trinidad y Tobago asistiendo al Mundial Sub–17, mantuvo una reunión con la cúpula del sindicato de jugadores antes de partir. Según Carlos Pandolfi, el secretario adjunto, el dirigente se obligó, por enésima vez, a una cosa: habrá desafiliación y pérdida de puntos para los que no respeten los acuerdos.
Varios clubes están en infracción o, más temprano que tarde, no podrán responder a las normas que fijó la AFA. Hasta el viernes, estaban en Agremiados las notas firmadas por Sergio Marchi, su secretario general, con por lo menos dos denuncias contra entidades de Primera División. Si no fueron enviadas al remodelado edificio de Viamonte 1366 fue porque, al menos en un caso, se presentó un empresario que saldó una deuda que Belgrano de Córdoba mantenía con sus jugadores.
Hombres providenciales
Daniel Comba es un ex agente inmobiliario, hincha de Vélez Sarsfield y que conoce al club de Liniers como si fuera su casa. Allí trabajó su padre como personal de control en la zona de vestuarios durante la década del ‘80. Allí, también, conoció al actual entrenador de Boca, Carlos Bianchi, a quien lo unen la amistad y una mutua voluntad filantrópica. Junto al técnico y al conductor de televisión Jorge Guinzburg –otro reconocido simpatizante velezano– sostienen una fundación ubicada en Marcos Sierra, cercana a la localidad cordobesa de Cruz del Eje y que guía la monja Teresa Varela.
Comba se ha convertido en el hombre fuerte de Belgrano y ya dio señales de su desahogado pasar económico cuando el viernes al mediodía desembolsó 68.900 pesos en efectivo en el gremio que lidera Sergio Marchi, como parte de un plan de pago en dos cuotas iguales que deberá saldarse el 10 de octubre. El empresario, quien tiene un socio español que se llama Enrique Pina, incursionó recientemente en el mercado europeo cuando Javier Saviola fue transferido al Barcelona. La intención del representante de Carlos Bianchi y José “Turu” Flores, entre otros, sería controlar el club cordobés en el futuro cercano. La crítica situación económica de Belgrano –debe 20 millones– le habilitaría el camino para lograrlo.
Pero Comba no está solo –ni mucho menos– en el mundo de los negocios. El grupo Exxel, el mismo que abandonó Quilmes después de un efímero experimento privado con su fútbol, ahora se ha volcado a lo que considera un nicho más redituable. La compra y venta de jugadores. Un tal Guillermo Marín, quien nada tendría que ver con Fernando, el gerenciador de Racing, se desempeña en esta área del fondo que aún controla Juan Navarro. Es un hombre del ambiente publicitario, el mismo que intervino en el comercial de Pepsi que hicieron Juan Sebastián Verón y Javier Saviola. Además, ya trabajarían para Exxel algunos ex futbolistas en calidad de asesores o captadores de talentos.
La AFA pretende estar al tanto de los movimientos como éstos mediante la creación de una comisión que redactará el reglamento para intermediarios. El abogado Alberto Candiotti, el escribano Carlos De Giácomi y el titular del Registro de Jugadores de la AFA, Claudio De Vittis, tratarán de matricular a estos actores centrales en el reparto de la torta del fútbol. Si se permite la analogía, sería como aspirar a que el Estado desmantelado controle a los grandes evasores. Cabe pensar, entonces, que durante la semana en que el mundo cambió, el fútbol argentino se mantuvo casi inalterable.

 

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