Por
Stuart Millar, Nick Hopkins, John Hooper
y Giles Foden *
Desde Miami, Berlín y Londres
Dos de los secuestradores a bordo del avión que atacó al
Pentágono habían estado bajo vigilancia de la inteligencia
de Estados Unidos. Así se reveló ayer, junto con más
detalles sobre los últimos movimientos de los terroristas. Los
funcionarios de inteligencia advirtieron hace dos meses que Khalid al-Midhar
y Nawaq al-Hamzi podían estar planeando entrar a Estados Unidos
después de que un video de vigilancia relacionó a Al-Midhar
con Osama bin Laden y el ataque terrorista sobre el USS Cole
en Yemen en octubre pasado que mató a 17 marineros.
El FBI fue alertado después que las autoridades descubrieron que
ambos hombres ya estaban en el país, pero no se los podía
rastrear. Los dos hombres que resurgieron la semana pasada, junto con
el hermano de AlHamsi, Salem y un cuarto hombre, Hani Hanjour, tomaron
control del vuelo 77 de American Airlines y se estrellaron en el Pentágono
una hora después de haber decolado del aeropuerto Washington Dulles.
La revelación fue hecha cuando los investigadores del FBI dijeron
que estaban haciendo un progreso significativo en la mayor investigación
criminal de Norteamérica. El Secretario de Justicia, John Ashcroft,
dijo que aunque había 36.000 pistas individuales que seguir, la
claridad estaba emergiendo. El pasaporte de uno de los secuestradores
involucrado en los ataques de Nueva York fue recuperado a varias cuadras
de los escombros del World Trade Centre, impulsando a los investigadores
a ampliar el lugar de la búsqueda. El nombre en el pasaporte no
fue divulgado.
Los agentes federales también arrestaron a una segunda persona
con una orden de testigo material, que permite tenerlo arrestado
sin cargos. El último arresto ocurrió en un departamento
en Jersey City, cruzando el río Hudson desde Nueva York, el sábado
a la tarde. El arresto sucedió un día después que
un hombre de origen medio oriental, que los investigadores creen que tiene
información importante sobre los ataques, fue tomado formalmente
en custodia como un testigo material. Había sido detenido el jueves
por la tarde en Nueva York después que estuvo en el aeropuerto
JFK con papeles de identificación de piloto falsos. Otros dos hombres
que fueron luego arrestados en un tren a Fort Worth, Texas, fueron llevados
a Nueva York para interrogarlos. Ayub Ali Khan de 51 años y Mohammed
Jaweed Azmath de 47 años estaban en un avión de partió
de Newark, New Jersey, en día de los ataques y fue desviado a St.
Louis cuando la Autoridad de Aviación Federal ordenó que
todo avión en el espacio aéreo de Estados Unidos aterrizara.
Las autoridades establecieron que ambos hombres habían volado a
Los Angeles a comienzos del año pasado y a Nueva York a comienzos
de éste. También se supo que ambos hombres habían
vivido en Norteamérica en varios momentos el año pasado.
Al-Hamzi había alquilado una habitación en San Diego desde
septiembre a diciembre el año pasado, que Al-Midhar compartió
durante el primer mes. También están surgiendo detalles
nuevos sobre otro de los secuestradores del avión del Pentágono,
Hani Hanjour. Tomó clases de aviación en el Centro de Entrenamiento
de Aerolíneas CRM en Scottsdale, Arizona, en 1996 y en diciembre
de 1997. En ambas ocasiones intentó obtener el certificado privado
de piloto, pero no lo logró.
El foco de la investigación de la FBI sigue estando en Florida,
donde 14 de los 19 secuestradores o bien se entrenaban como pilotos en
una de las muchas escuelas de aviación del Estado o vivían
confortablemente, un existencia tranquila en la ciudades a lo largo de
la costa sudeste. Uno de los temores es que haya otros terroristas durmiendo
todavía sueltos. La FBI cree que siete de los hombres estaban viviendo
en el área de Delray Beach, al norte de Miami, días antes
de los secuestros. Otros dos, incluyendo el que se sospecha que era el
líder, Mohamed Atta, estaban en Hollywood hace dos meses.
Ninguno de los hombres parece haber tenido un trabajo, nunca estaban escasos
de dinero, y podían pagar los alquileres y los moteles enefectivo.
También compraron boletos de avión en clase business para
los vuelos que intentaban secuestrar: Atta, por ejemplo, estaba en el
asiento 8D en la clase business del vuelo 11 de American Airlines desde
Boston, que fue el primero en chocar el World Trade Centre. Atta y Marwan
AlSheddi gastaron 1500 dólares por tres horas de entrenamiento
en un simulador de vuelo en SimCenter, cerca de Miami. Un instructor dijo
que estaban más concentrados en hacer girar un avión, en
lugar de practicar las maniobras más difíciles de despegar
y aterrizar, y él pensó que era raro. Atta fue rastreado
por última vez en un motel en Deerfield Beach, dejando la habitación
12 el día de los secuestros. Se quedó en el Panther hotel
durante una semana con al-Shehhi. Después que se fueron, el personal
del hotel encontró una bolsa negra en un basurero. Contenía
manuales de vuelo para Boeing 575, mapas de rutas de vuelo para la costa
este, tres libros de artes marciales jujitsu, un cuaderno con notas manuscritas
y un diccionario alemán-inglés.
Un cuadro más completo de los movimientos de los terroristas afuera
de Estados Unidos también empezó a tomar forma. Se supo
que Atta había viajado a España desde Miami en dos ocasiones
en los meses anteriores al ataque, mientras las autoridades suizas revelaron
que uno de los secuestradores había comprado cuchillos mientras
estaba en el país. El ministerio de Justicia en Berna se negó
a elaborar, pero el diario SonntagsBlick publicó que Atta y Al-Sheddi
habían pasado un tiempo en Suiza durante el verano, quedándose
en un hotel en Zurich. Atta, que se cree que comandó la operación
secuestros, y Al-Shehhi eran miembros de una célula extremista
islámica en Hamburgo.
El grupo tenía profundas y variadas conexiones con bin Laden. Un
miembro jordano del grupo de dijo a un entrevistador árabe, que
trabajaba para ABC TV, que en Sudán había muchas bases
en lugares secretos y que el gran hombre que los financiaba
era bin Laden. La relación posible con Jaish-iMohammed pone de
manifiesto la dificultad que tienen las autoridades de Estados Unidos
para armar el laberinto de la estructura de la organización del
grupo o los grupos que apoyaron los ataques de la semana pasada, y de
establecer sus exactas relaciones con las naciones estados.
*
De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
POR
QUE LA CIA NO PUDO PREVER LOS ATENTADOS DEL MARTES
¿Infiltrar
a Osama? Ni locos
Desde 1998, según reveló Bob Woodward en The Washington
Post, la CIA tenía las manos libres para infiltrar la organización
de Osama Bin Laden. Un presupuesto de miles de millones de dólares,
varias agencias de seguridad a cada cual más secreta: pero todo
falló. Ahora todos los servicios de espionaje son blanco de las
críticas y los especialistas tienen claro cuál fue el fallo:
el factor humano. Hubo demasiada tecnología y muy pocas infiltraciones.
En un largo artículo publicado en el número de agosto de
la revista Atlantic Monthly, antes de la tragedia del martes, un antiguo
agente de la CIA, que trabajó durante nueve años en el departamento
de asuntos árabes, Ruel Marc Gerecht, ya alertaba sobre la situación:
El programa contraterrorista de Estados Unidos en Medio Oriente
es un mito. Según Gerecht, Estados Unidos ha gastado
miles de millones de dólares en contraterrorismo desde los ataques,
en agosto de 1998, contra las embajadas de Tanzania y Kenia, sobre todo
contra Osama Bin Laden y su organización, Al Kaeda (La Base).
Pero todas estas millonarias inversiones no sirvieron para detectar una
operación terrorista en la que estaban trabajando más de
50 personas durante varios meses en el mismo corazón de EE.UU.
Y en su ensayo, Gerecht cita dos testimonios de agentes que conocen el
tema de cerca. Un antiguo miembro de la división para Medio Oriente
dijo: La CIA probablemente no tiene ni un solo agente que hable
árabe y que pueda hacerse pasar como un musulmán fundamentalista
y que voluntariamente esté dispuesto a pasar varios años
de su vida con comida de mierda y sin mujeres en las montañas de
Afganistán. Por Dios, si la mayoría de los agentes vive
en las afueras residenciales de Virginia. Un oficial, todavía
en actividad, afirmó: Las operaciones que incluyen la diarrea
como forma de vida no existen. La revista Jane, la Biblia
de los asuntos militares, lo tiene también muy claro: Un
motivo del fracaso de las agencias de seguridad puede ser la falta de
recursos que EE.UU. ha destinado a la inteligencia humana (HUMINT) durante
la última década.
La principal crítica que se ha hecho ha sido que las agencias de
seguridad estadounidenses, CIA, FBI, NSA y NRO, han invertido sobre todo
en medios electrónicos para controlar las comunicaciones, pero
no en los propios terroristas. Y, si hay alguna lección que sacar
de la historia del espionaje, es que un hombre vale por mil aparatos.
Y allí está el ejemplo de Kim Philby. Pero EE.UU. no tenía
ningún Círculo de Cambridge en al Qaida. Mi
principal consejo para los norteamericanos es que activen tan pronto como
sea posible su agentes en el Golfo, en Pakistán y en Afganistán
y que encuentren hombres nuevos, dijo Oleg Gordievsky, antiguo agente
doble de la KGB.
Otra clave, señalada por varios agentes, es que es necesaria la
colaboración del gobierno de Pakistán para lograr moverse
e infiltrarse en Afganistán con un mínimo de seguridad.
Y, como afirmaba un especialista, en cuestiones de los talibanes,
Islamabad no es un aliado fiable.
Muchos responsables de la CIA han reconocido el fallo, pero se han defendido
asegurando que no se trata precisamente de una tarea fácil. Son
células que están basadas en clanes familiares y cuya condición
para entrar es matar a alguien. Infiltrarse allí no es un paseo
por el parque, dijo el ex director de la CIA Robert Gates poco después
de los atentados ante la lluvia de críticas.
Además, desde 1995, la CIA puso muchas trabas a la contratación
de agentes o informadores implicados en crímenes de sangre. No
es que fuese imposible, pero se necesitaba la aprobación de los
superiores, la investigación del agente y mucho papeleo.
De
El País de Madrid, especial para Página/12.
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