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BAJO PRESION, SHARON AUTORIZO la reunion dE PERES Y ARAFAT PERO CON CONDICIONES
Bueno, negociemos con el villano palestino

Ariel Sharon cedió a las presiones estadounidenses y autorizó a su canciller Shimon Peres a negociar con el líder palestino Yasser Arafat. Washington se lo había pedido para facilitar la inclusión de socios árabes e islámicos en la coalición internacional de guerra contra Afganistán y Osama Bin Laden.

El halcón aflojó: Ariel Sharon, primer ministro de Israel, aceptó hacer su aporte para facilitar la creación de la coalición universal contra el terrorismo. Ayer declaró, en el Parlamento de Jerusalén, estar dispuesto a suspender las acciones del ejército israelí contra los territorios palestinos y sus asesinatos selectivos de sus líderes si Yasser Arafat decreta el alto el fuego. Y lanzó una oferta más: “Si hay 48 horas de calma absoluta”, Sharon aceptaría que se realizara el encuentro –que él mismo suspendió anteayer– entre su canciller Shimon Peres y Arafat. Al rato, el ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, informó que Arafat había comenzado a ordenar el alto el fuego a sus organismos de seguridad y a los palestinos alzados en Cisjordania y Gaza. Por otro lado, el ejército israelí anunció la creación de una “zona tapón” -militarmente cerrada– en el norte de Cisjordania, a lo largo de la frontera con Israel, con el fin de “evitar ataques terroristas”.
Sharon declaró que hacía este ofrecimiento para cooperar con George W. Bush en la creación de una coalición internacional que incluya a los estados árabes contra los extremistas islámicos. “Si hay 48 horas de calma absoluta, el ministro de Relaciones Exteriores se reunirá con Yasser Arafat para avanzar en la cuestión del alto el fuego y llegar a los siete días de calma que constituyen la condición necesaria para la aplicación del plan Mitchell y el alivio (de las sanciones) para la población palestina”, indicó Sharon. Las declaraciones fueron hechas en una sesión espacial del parlamento, en homenaje a las víctimas del ataque terrorista en Estados Unidos –pocas horas después de que tanques y helicópteros israelíes atacaran el centro de la cisjordana ciudad de Ramalá, bajo control palestino, matando a un funcionario de inteligencia y dejando unos 40 heridos–. La ofensiva respondió, según el ejército de Israel, a un ataque palestino de la noche anterior en una carretera del norte de Israel, en el cual murió un automovilista israelí.
Arafat respondió a la propuesta desde Gaza: “Hemos anunciado un alto el fuego en varias ocasiones y estamos comprometidos con un alto el fuego, con el acuerdo Tenet, con el informe Mitchell y con la iniciativa egipto-jordana, con los esfuerzos europeos, estadounidenses e internacionales y con las alianzas de Taba y de Charm El Cheij”. Y agregó: “Estamos listos para un diálogo político a partir de ahora, en el momento en que quieran”.
Sharon propuso, además, que “si hay 48 horas de calma absoluta” aprobará una reunión entre Peres y Arafat. La suspensión de dicho encuentro, que Sharon oficializó anteayer, habría provocado –según informó ayer el diario israelí Yediot Ahronot– que Peres considere su renuncia a la coalición gubernamental ya que había evaluado que la medida había sido un grave error. “No entiendo por qué Israel tiene que decir que no (a una reunión con Arafat), mientras los norteamericanos quieren constituir una coalición en la que habrá musulmanes y árabes y que piden a Israel que haga lo posible para que cese el fuego”, afirmó ayer por la mañana el canciller. Arafat, por su parte, dijo estar dispuesto a “negociar con los israelíes cuándo y dónde quieran” y lanzó la propuesta de reunirse en Grecia tras el encuentro que tuvo con el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Georges Papandreu. Unas horas más tarde, el ministro Ben Eliezer, notificó la orden de alto el fuego de Arafat a los ministros de su Partido Laborista, entre ellos Shimon Peres, quien, se presume, podría reunirse con Arafat el miércoles próximo.
Ayer se realizó otro anuncio importante: el jefe de estado mayor israelí, el general Shaul Mofaz dio la noticia de la concreción de una “zona tapón” –aprobada por el gabinete de seguridad israelí en julio pasado– y aseguró que la medida fue tomada para “enfrentar ataques terroristas” en Israel e impedir el “ingreso ilegal de palestinos” aunque aseguró que no impediría a los palestinos cultivar sus tierra. La zona fue establecida a lo largo de 50 kilómetros de la planicie costera de Israel: desde la ciudad de Jenin a la de Tulkarem (norte de Cisjordania).

Claves
- La coalición mundial contra el terrorismo contará con el apoyo de Israel para incorporar aliados árabes contra el extremismo islámico.
- Ariel Sharon le propuso una tregua de 48 horas a Yasser Arafat como condición para efectivizar el suspendido encuentro con el canciller Shimon Peres.
- Además, prometió que si Arafat decreta un alto el fuego, el ejército israelí suspenderá sus acciones contra objetivos palestinos. Pocas horas después, el ministro de Defensa israelí informó que Arafat había empezado a ordenarlo a sus organismos de seguridad y a los palestinos alzados.
- Arafat dijo estar dispuesto a retomar las negociaciones “cuando y como” Israel acepte.
- Israel creó una “zona tapón” de 50 kilómetros en el norte de Cisjordania que el ejército controla para evitar infiltrados que puedan producir ataques terroristas.

 

Una opinión argentina

El embajador argentino en Israel, Gregorio Dupont, reconoció que en ese país hay un clima “extremo” contra la población musulmana, luego de los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono, aunque señaló que esos ataques “no tienen nada que ver” con el conflicto en Oriente Medio. “Hay un clima un poco extremo, de culpar a todos los musulmanes de lo que está pasando”, indicó el embajador.
Dupont consideró, en relación con los atentados del martes, que “no tienen nada que ver con lo que está pasando en Israel y Palestina, ya que aquello fue algo generalizado, un cuestionamiento a Occidente, y lo de acá es un litigio territorial focalizado”. El diplomático argentino aseguró que, dada la actual situación internacional, “sería un excelente momento para pensar la paz en serio”, pero admitió que “los ánimos están un poco exacerbados” en territorio israelí.
El conflicto entre el país hebreo y los palestinos “es totalmente posible de resolver, pero lo que hay que tener es comprensión, porque ahora hay conversación de sordos” entre ambos sectores. Según Dupont, el presidente de Estados Unidos, George Bush, “habló con (Ariel) Sharon (primer mandatario de Israel) y le dijo que es el momento de negociar con Palestina”.

HABLA MARIO SZNAJDER, POLITOLOGO ISRAELI
“La zona tapón no tiene ningún sentido”

Por Pablo Rodríguez

“La presión norteamericana para bajar la tensión en Medio Oriente está detrás” de esta nueva posibilidad de diálogo entre palestinos e israelíes. Sin embargo, opina Mario Sznajder, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén, “si hay una reunión entre Yasser Arafat y Shimon Peres, es muy probable que ocurran ataques terroristas para tirarla abajo”. Respecto de la zona tapón que el gobierno israelí pretende implementar en Cisjordania, Sznajder dice que “no tiene sentido”.
–¿Qué opina del cambio de posición manifestado ayer por Sharon, en el sentido de autorizar una reunión entre Arafat y Peres si hay un período de calma de 48 horas? ¿En qué medida influyen las presiones norteamericanas para bajar la tensión luego del atentado del martes?
–Hay que decir que la cuestión de los períodos de calma está contenida en el Plan Mitchell de la ONU y que siempre se invocó cuando se iniciaron negociaciones. Ahora bien, es indudable que Estados Unidos está presionando tanto a Israel como a la Autoridad Palestina para que bajen la tensión porque lo que está en juego es la coalición que la Casa Blanca quiere armar, y en la que quiere incluir a países árabes. Estados Unidos puede ejercer eficazmente la presión sobre Israel, pero no sé si esto vale para la Autoridad Palestina: no es un Estado constituido y no está claro qué es lo que controla Arafat dentro del territorio palestino.
–¿Cómo influye la presión norteamericana sobre Arafat?
–Creo que influye menos porque Arafat se sumió en un error gravísimo durante esta intifada. Si bien él siempre utilizó el encarcelamiento y liberación de integrantes de Hamas y Jihad Islámica como moneda de negociación con Israel, hoy ya no puede hacer lo mismo. Ambos, sobre todo Hamas, entraron en la vida cotidiana de los palestinos. Sus células ya no son tan identificables para la Autoridad Palestina como lo fueron en el pasado, por lo que si Arafat quisiera incluso atraparlos, ya no le será fácil. Hamas ha dicho que si Arafat intenta combatir a la organización, que es algo que tendrá que hacer para comenzar las negociaciones con Israel, lo matarán. Y si Arafat llega a tener una reunión con Peres, es muy probable que se cometa un ataque terrorista para tirarla abajo.
–Entonces, esto parece una situación sin salida.
–En Cisjordania hubo festejos por lo que ocurrió en Estados Unidos. Yo he visto más imágenes que esa de los dos niños palestinos agitando sus banderas. Fueron manifestaciones espontáneas, no organizadas. Pero no debería sorprender: los palestinos salían a las calles en 1991, cada vez que caía un misil sobre Israel durante la Guerra del Golfo. El problema no es el tema de los festejos sino lo que significa: que el ciclo de tensión y la espiral terrorista crecerá. Hubo más de 100 incidentes en Cisjordania y Gaza luego de los atentados. Los círculos extremistas entraron en el exitismo.
–¿Es posible que se rompa la coalición entre la derecha del Likud y la izquierda del laborismo, si el escenario es tan parecido a una guerra?
–Se produjo un gran quiebre cuando Sharon comparó a Arafat con Osama bin Laden. El canciller Shimon Peres le dijo a Sharon que no podía decir eso cuando se supone que es con Arafat con quien se va a reunir. El Partido Laborista ya se reunió para decidir qué hacer.
–Sin embargo, dentro del laborismo hay divisiones: el ministro de Defensa, Benjamin Ben Eliezer, es más “halcón” que Peres. ¿Es posible que una fracción del laborismo se vaya del gobierno y la otra se quede?
–Es cierto que hay divisiones, pero personalmente veo difícil que los laboristas, sean cuales fueren, quieran irse. La popularidad de Sharon está en alza: si el laborismo se va, no tendrá problemas en formar gobierno. Llamará al Partido Nacionalista Religioso (PNR), que está diciendo que quiere llevar a juicio por criminales de guerra a quienes firmaron los Acuerdos de Oslo. Pensemos que a Yitzhak Rabin ya lo mataron. Esto equivale a que, si el PNR entra en la coalición, este gobierno estará justificando implícitamente el asesinato de un ex premier.–¿Qué opina de la decisión del gobierno israelí de establecer una zona tapón en Cisjordania?
–Se trata más bien de una valla. Ponerla implica renunciar por el momento a una solución política, y además no hará otra cosa que incrementar la violencia. Tanto Sharon como los palestinos saben que esta valla no funcionará para frenar a los terroristas. Por otra parte, ¿cómo se hace con Jerusalén Oriental? ¿Dónde quedarán los asentamientos? No tiene sentido.

 

 

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