Por
Santiago Rodríguez
Nosotros
no renunciamos a ocupar el lugar que nos corresponde en el Estado y estamos
gestionando. Con ese discurso, los candidatos porteños de
la Alianza 2001 saldrán a disputarle al ARI el voto progresista
con miras a las elecciones del próximo 14 de octubre y según
pronostican todos los encuestadores el primer lugar en la Ciudad
de Buenos Aires. Rodolfo Terragno y Vilma Ibarra, para el Senado, y María
América González y Aldo Neri, para Diputados, se presentarán
formalmente hoy en un teatro céntrico en lo que constituirá
el comienzo de una campaña que no le será indiferente a
Aníbal Ibarra: fracasado un acercamiento a Elisa Carrió
y alentado por la derrota del delarruismo en la interna radical, el jefe
de Gobierno decidió jugar su apellido en la boleta aliancista y
lo dejó así atado al resultado de la elección.
Los aliancistas porteños tenían previsto lanzar su campaña
el jueves pasado, pero los atentados en Estados Unidos los obligaron a
cambiar sus planes. Así, los candidatos de la Alianza 2001 el
agregado del año es el distintivo que frepasistas y radicales de
la ciudad incluyeron al sello electoral para marcar la distancia que los
separa del Gobierno nacional saldrán a escena recién
mañana en el Salón Argentina. Se trata de uno de los teatros
del mismo Complejo La Plaza donde hace poco más de un año
se presentaron los integrantes de la boleta de legisladores que acompañó
a Ibarra en su carrera a la Jefatura de Gobierno del distrito.
En el mes que les queda hasta las elecciones, los aliancistas tendrán
la difícil tarea de lidiar con el Huracán Lilita,
como los encuestadores han dado en llamar el fenómeno de arrastre
de votos que genera la chaqueña en favor de los candidatos del
ARI. Es que según reveló Página/12 hace una semana,
el candidato a senador de esa fuerza, Alfredo Bravo, pelea mano a mano
en intención de voto con Terragno, pero con Carrió a su
lado duplica su performance y deja al radical en un cómodo segundo
puesto.
Ese no es un pronóstico alentador para los ibarristas porque, de
cumplirse, Terragno alcanzaría a sentarse en su banca, pero no
así Vilma. Que el apellido Ibarra quedara fuera del Senado podría,
por lo tanto, ser leído como un traspié del jefe de Gobierno
porteño en su propio distrito.
Aun así, en los despachos de los dirigentes a los que Ibarra delegó
el día a día de la campaña electoral se exhiben tranquilos.
La gente vota finalmente por los candidatos y los datos que manejamos
no registran un arrastre semejante, explicó un ibarrista
a este diario.
Los hombres del jefe de Gobierno manejan, además, otros números.
La última encuesta que recibieron le otorga a Terragno una intención
de voto del 23,9 por ciento contra 15,2 que consigue Bravo. El sondeo,
que llegó a sus manos la semana pasada, refleja el parecer de 800
porteños y ubica en un 13,8 por ciento el nivel de indecisos y
en un 16,3 por ciento el de electores que sostienen que no votarán.
Después de la reunión que mantuvieron tras la interna del
radicalismo, Ibarra y Terragno volvieron a juntarse en un par de oportunidades
y fijaron las líneas directrices de la campaña en la ciudad.
Por debajo de ambos, el diálogo quedó establecido entre
el frepasista Ariel Schifrin y el radical Cristian Caram en virtud
del vínculo que tienen como presidente y vice de la bancada aliancista
en la Legislatura, pero en los próximos días que creará
formalmente un comité de campaña.
Lo que ya está resuelto es que la campaña de la Alianza
2001 tendrá una fuerte carga propositiva y que se explotará
al máximo la diferencia con la gestión de Fernando de la
Rúa. Acá no se cavallizó el gabinete, se implementaron
políticas activas y el Banco Ciudad demostró ser eficiente
y progresista, parafraseó a Ibarra uno de sus colaboradores.
También están definidos los roles que cada candidato jugará
de acá al 14 de octubre. Terragno cargará con la tarea de
mostrar la propuesta económica y la apuesta es demostrar que se
trata del único candidato que tiene ideas y confronta con el eje
De la Rúa-Cavallo. A Vilma le serán reservados los
temas porteños. El Senado es donde se presentan y discuten
los intereses de cada distrito, será el caballito de batalla
de los frepasistas, quienes apuntan a instalar a Ibarra como la persona
indicada para discutir, entre otros temas pendientes, el traspaso de la
policía y la Justicia, el presupuesto y la coparticipación,
el cumplimiento de las obras que el plan de Infraestructura prevé
en la ciudad y la transferencia del puerto.
María América siempre defendió a los jubilados
y se opuso a las políticas de ajuste, destacó un ibarrista
en un adelanto del rol social que jugará en la campaña.
Neri la acompañará en ese cometido.
En el entorno del jefe de Gobierno saben que la pelea de fondo será
con el ARI, pero aspiran a salir airosos demostrando que el punto
más alto al que llegó el progresismo en la ciudad es la
gestión y no podemos retroceder cinco años. El antídoto
que preparan frente a Carrió y los suyos es un discurso anclado
en lo que es la administración progresista en la ciudad y,
si bien se verá sobre la marcha, auguran una participación
activa del propio Ibarra.
A su favor dicen contar con que Cavallo polariza la elección
al decir que el candidato que apoya la línea del Gobierno es (Horacio)
Liendo y con que al ARI le resultará difícil
criticar a una gestión en la que varios de sus dirigentes participan
o participaron hasta hace unos meses.
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