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HOY EMPIEZA LA SEGUNDA PARTE DE “GRAN CUÑADO”
Del ridículo se puede volver

De la primera edición sólo quedan Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez. Entre los nueve �nuevos� estarán Zulemita, Aldo Rico y Patricia Bullrich. La clase política, nuevamente en la mira.

Por Emanuel Respighi

¿Vuelve la tinellización de la política? Esta noche, cuando Marcelo Tinelli dé comienzo a la segunda edición de “Gran Cuñado”, la clase política nacional volverá a sentirse objeto de una de las miradas más crueles, pero al mismo tiempo más certeras, que expresan la crisis dirigencial: la de las cámaras de televisión. En este caso, la parodia inscripta dentro de “El show de Videomatch” (lunes y jueves de 21 a 23 por Telefé). Tras la polémica y el éxito alcanzado en su primera emisión, “Gran Cuñado II” renovará su espíritu crítico apoyándose en caracterizaciones renovadas. Si bien la producción del ciclo mantuvo un fuerte hermetismo alrededor de quiénes serán los participantes, Página/12 puede adelantar que habrá nueve caracterizaciones nuevas y sólo tres reincidentes, en relación a la primera entrega.
Las imitaciones de Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez (ganador del primer Gran Cuñado) seguirán en la casa, mientras que entre los “nuevos” estarán Zulemita Menem, Patricia Bullrich y Aldo Rico. Claro, habrá de todo en el circo de políticos, familiares y allegados al establishment nacional, y también formarían parte de la troupe Juan Pablo Baylac y Aíto de la Rúa.
A diferencia de la primera parte, en la que los políticos “participantes” fueron escogidos arbitrariamente por la producción, esta edición de “Gran Cuñado” tuvo la particularidad de que el público eligió a los doce políticos. Habrá 150 líneas rotativas que servirán para canalizar los llamados de la gente, que determinará quiénes se quedarán y quiénes se irán de la casa. Según los productores, hasta el lunes pasado –fecha de cierre para votar– llegaron alrededor de veinte mil cartas, cada una de las cuales llevaba escrito el nombre de un candidato (y en algunos casos hasta tres) a ser parte del sketch que le ocasiona más de un dolor de cabeza a los integrantes del staff político argentino.
Pero además de cambiar prácticamente a todos los participantes (en contraste con la anterior edición, esta vez habrá seis hombres y seis mujeres), “Gran Cuñado II” tendrá modificaciones similares a las que tuvo la segunda parte de su musa inspiradora, “Gran Hermano”. La casa ha sido completamente redecorada y se le ha agregado una sala de masajes, con la intención de utilizar ese ámbito para la generación de nuevos gags. Si bien no tendrán dos perros como en “Gran Hermano II”, los políticos estarán acompañados por dos extravagantes animales, fáciles de relacionar metafóricamente con la actualidad de la clase política.
La presentación de los participantes genera expectativas en los televidentes, pero mucho más en buena parte de la dirigencia nacional de primer nivel, que espera saber qué suerte correrá en el ciclo. Es que la participación o no en “Gran Cuñado” puede constituir un buen termómetro, encuestas aparte, para que muchos conozcan antes de las elecciones del mes próximo, cómo anda su imagen en la sociedad. Se sabe, sobre la base de que los actores se limitan a imitar (sistemáticamente) sus defectos más notables, la incidencia futura que representa para un político su presencia o ausencia en la parodia política del programa más visto de la televisión argentina (promedia 30 puntos de rating, según datos suministrados por IBOPE).
La parodia a la clase política argentina vuelve a ponerse en marcha. Esta noche se develarán las caracterizaciones de los doce políticos elegidos, cuyo accionar (o cuya pasividad, según el caso) en la arena política será salpicado con altas dosis de grotesco. Una sátira que, a pesar de que la sistematización de ciertos gags puede pecar de reiterativa, suele representar en el imaginario social una justiciera bofetada a quienes manejan los hilos de un país devastado y desesperanzado. Con la confirmación, a saber por la intempestiva (yridícula) irrupción pública de Baylac meses atrás, de que la bofetada a veces llega. Y duele.

 

 

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