Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LOS TALIBANES AL BORDE DE LA GUERRA SANTA; BUSH, TAMBIEN
Duelo al sol a la hora señalada

Los clérigos talibanes deciden si convocan a una Guerra Santa o aceptan el ultimátum norteamericano planteado por los paquistaníes y entregan a Bin Laden. Bush puso más presión al asegurar que el líder terrorista está �buscado, lo quiero vivo o muerto�. Mientras tanto los afganos reúnen tropas en la frontera con Pakistán.

Por Luke Harding,
Ewen MacAskill y Richard Norton-Taylor *
Desde Islamabad y Londres

El colegio de los más importantes clérigos talibanes está a punto de declarar la Guerra Santa contra Estados Unidos, a menos que el pedido presentado a último minuto por Pakistán los persuada de que deben entregar al disidente saudita Osama bin Laden. A medida que el miedo crece en la región ante una ofensiva norteamericana que consideran inminente, las fuerzas afganas se estaban reuniendo en la frontera con Pakistán cerca del paso del Khyber, listas para repeler fuerzas de tierra norteamericanas y para emprender una represalia contra Pakistán si éste ayuda a Estados Unidos.
El presidente George W. Bush, preparando a la opinión pública norteamericana para una guerra desagradable e impredecible, movilizó a los reservistas y subió varios decibeles su retórica, declarando ayer que quería a bin Laden “vivo o muerto”. Los que –como los talibanes– sean anfitriones del sospechado terrorista sentirán toda la furia de la réplica norteamericana, añadió. Por si quedaban dudas, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld reforzó el punto: “Esto no se va arreglar con unos cuantos misiles de crucero volando por el mundo para demostrar que podemos hacer estallar muchas cosas”.
Entre otros signos de que la acción militar puede ser inminente, el Ministerio de Defensa británico desplegó tropas en Kuwait, mientras otras tropas británicas en Omán, que estaban realizando un ejercicio, fueron puestas a la espera de órdenes. Gran Bretaña y Estados Unidos temen que las víctimas civiles vuelvan a la opinión pública en su contra.
Una crisis de refugiados ya fue el primer gran resultado asiático de los ataques terroristas en Nueva York y Washington. Un millón de afganos están desplazándose, sobre todo hacia la frontera con Pakistán. “Ya estamos en situación de desastre humanitario”, dijo Yusuf Hassan, de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Islamabad.
Los altos clérigos afganos, que se reunirán en Kabul a pedido del líder de los talibanes, el mullah Mohammad Omar, están decidiendo si declaran una Guerra Santa ante el ataque talibán. Esto podría significar que cada norteamericano, en cualquier lugar del mundo, se convertiría en un blanco legítimo. Esa amenaza se siente con mayor fuerza en Pakistán, donde la división de opiniones sobre si apoyar o no militarmente a Estados Unidos está llevando al país al borde de la guerra civil. El líder de uno de los partidos religiosos paquistaníes amenazó con ataques suicidas contra intereses norteamericanos si a las tropas de Estados Unidos se las autoriza a pisar suelo paquistaní.
El mullah Omar, después de varias horas de charla con los enviados paquistaníes, anunció que convocará a un gran consejo islámico, el cual, y no él solo, decidirá el destino de Bin Laden. La delegación paquistaní dejó en claro que Afganistán enfrentaba la perspectiva de un ataque devastador si los talibanes se negaban a cooperar con la demanda clave de los norteamericanos. Después de volar para encontrarse con el mullah Omar en el cuartel general de los talibanes en Kandahar, la delegación paquistaní hizo un viaje, no previsto, a Kabul, en un último intento de influir sobre los clérigos talibanes. El ulema, o concilio, de 20 líderes religiosos, debe sesionar hoy en la capital afgana.
Más temprano, el vocero de los talibanes, Abdul Hai Mutmaen, había dicho que ambas partes habían hecho pocos progresos sobre el tema Bin Laden. “No hubo ninguna resolución clara sobre este tema en particular”, dijo. El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán Abul Sattar se quejó: “Nos estamos quedando sin tiempo”. De acuerdo con el ejército paquistaní, los afganos movilizaron de 20.000 a 25.000 militantes en el paso de Khyber. El ejército también dijo que los talibanes habían comenzado a mover misiles rusos Scud a la frontera.
El capitán Ahmed Bahtti, del ejército paquistaní, dijo que refuerzos de las tropas paquistaníes habían sido distribuidas, como modo de respuesta, a lo largo de la frontera. Ayer por la noche había informes de que los talibanes ya habían movido la mayoría de sus fuerzas militares clave fuera de Kabul y Kandahar, los dos blancos más probables de las represalias norteamericanas. Los funcionarios talibanes de más alto rango buscaron refugio en las montañas. Una unidad talibana, compuesta principalmente de militantes extranjeros, había sido enviada a tomar una posición defensiva al sur de la capital afgana.
El ministro de Relaciones Exteriores británico Jack Straw confirmó ayer por primera vez que bin Laden es el principal sospechoso. Anunció que la apreciación estaba basada en inteligencia británica que había obrado en forma independiente de la norteamericana. El sentido de amenaza regional quedó confirmado cuando China hizo que sus tropas se desplazaran a la pequeña frontera que comparte con Afganistán. Aunque Estados Unidos continuaba construyendo su coalición internacional, tuvo éxito en ganar el apoyo del rey Fahd de Arabia Saudita, algunos países, incluido Pakistán, están presionando a Estados Unidos para que consiga apoyo internacional de la ONU para la acción.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Claves
- Los delegados paquistaníes trasladaron a los talibanes el ultimátum norteamericano pero no consiguieron una respuesta definitiva. Hoy se reunirán los principales clérigos afganos para decidir si entregan a Bin Laden o declaran una Guerra Santa.
- Estados Unidos mantuvo la presión. Bush declaró que quiere a Bin Laden “vivo o muerto” y el secretario de Defensa aseguró que “esto no se arregla con unos cuantos misiles”.
- Afganistán ya movilizó a unos 20.000 hombres en la frontera con Pakistán y retiró a sus tropas de Kabul y Kandahar, los dos blancos más probables de un bombardeo aéreo.
- En Estados Unidos viene creciendo una ola de ataques contra árabes o personas de rasgos orientales. El FBI ya investiga tres asesinatos de ese origen.

 

Fatwa jordana
Algunos gobiernos de países árabes están dispuestos a formar una coalición con Estados Unidos contra los talibanes. Otra cosa es que sus pueblos estén de acuerdo. Y otra, también, que la religión apruebe tales medidas. Un grupo de islamistas jordanos emitieron ayer una fatwa, que en este caso puede ser interpretado como una posición tomada por un estudioso del Islam contra aquellos gobiernos de la región que puedan participar en un ataque. “Una coalición con Estados Unidos para lanzar una agresión contra un país musulmán está prohibida por la religión y es una traición al profeta”, aseguran desde Ammán los estudiantes del Frente de Acción Islámica, principal partido de oposición del país.

ESTADOS UNIDOS APRESTA SUS BASES EN TODO EL MUNDO
Preparen las fuerzas terrestres

Por Matthew Engel
y Giles Tremlett
Desde Washington y Madrid

El aprestamiento militar estadounidense aumentó su velocidad ayer entre informes de que se usarán tropas terrestres para vengar los ataques terroristas de la semana pasada. Con las bases norteamericanas en todo el mundo zumbando con una actividad reforzada, los informes en Washington decían que se ha dicho al ejército que la mayor parte de las misiones que están siendo contempladas emplearán fuerzas de tierra. The Washington Post también citó a fuentes de defensa que dijeron que el cuerpo aerotransportado 18 del ejército, basado en Fort Bragg, Carolina del Norte, ha sido puesto en estado de alistamiento para una posible acción. Se espera que una de las cuatro divisiones apostadas allí, la 82 Aerotransportada, que se especializa en ataques rápidos, esté entre las primeras unidades emplazadas en cualquier acción.
La administración, sin embargo, ha impuesto una nueva política para la próxima fase de la crisis, en la que habrá mucho más especulación, desinformación y rumores que hechos tangibles. Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, dijo que “lo último que ustedes van a tener del gobierno norteamericano es gente que esté hablando sobre operaciones. Simplemente, no lo haremos”. La agenda de Bush fue librada de compromisos durante el día, y se esperaba que pasara la mayor parte del tiempo en consultas con Rumsfeld y otros funcionarios del Pentágono, formulando planes de batalla. No obstante, la mayor parte de los analistas considera que la acción todavía se encuentra a cierto tiempo de distancia.
Pero en las bases norteamericanas en el extranjero, estaban emergiendo los primeros signos de una acumulación de fuerzas en preparación para la guerra. En Rota, en el sudoeste de España, dos aviones de transporte de tropas Galaxy podían verse en la pista de despegue de la base aérea norteamericana Moron, mientras sus 2800 soldados se preparaban para entregar un apoyo esencial para la Sexta Flota y la Fuerza Aérea. La base fue señalada como una de las primeras en prepararse para las operaciones contra blancos terroristas cuando negociantes de petróleo y barcos revelaron el viernes que el comando de transporte naval norteamericano había ordenado el traslado de 28.000 barriles de nafta de aviación al sur de España.
Hubo más signos de preparaciones en aumento en Japón, donde están estacionados 48.000 soldados norteamericanos (casi la mitad de la presencia total de su país en Asia). Cazas norteamericanos realizaron ejercicios de despegue y aterrizaje durante la noche en una base aérea en Atsugi, al sudoeste de Tokio, mientras el “Curtis Wilbur”, un buque de guerra equipado con el sistema de defensa misilística Aegis, partía de la base naval norteamericana en Yokosuka, al sur de la capital. Otro buque de guerra del tipo Aegis, el “Cowpens”, un crucero dotado de misiles guiados, habría zarpado de la base el sábado.
Otro signo del renovado secreto que rodea las operaciones militares puede encontrarse en el website del portaaviones “Carl Vinson”, que solía mostrar un mapa mostrando su ubicación junto con historias graciosas sobre su tripulación. El site todavía informa sobre las actividades de sus marineros cuando están de vacaciones en Tailandia, pero ahora el mapa ha desaparecido.
(De The Guardian de Nueva York, especial para Página/12.)

 

 

PRINCIPAL