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RUSIA CONTACTO A LOS PAISES QUE RODEAN AFGANISTAN POR EL NORTE
El sueño de la coalición propia

Mientras los separatistas islámicos de Chechenia lanzaron una ofensiva contra el ejército ruso, el presidente Vladimir Putin busca dirigir en un frente común a las ex repúblicas soviéticas de Asia Central.

Cuando el presidente ruso Vladimir Putin quería ocuparse de su ofensiva diplomática en Occidente, todo lo obligó a dirigir su atención al Cáucaso y Asia Central. Dos generales y ocho coroneles fueron muertos cuando el helicóptero en el que viajaban fue derribado por los separatistas islámicos chechenos en las cercanías de Grozny. Y desde la localidad de Sochi, en el Mar Negro, donde está de vacaciones, inició contactos con los Estados postsoviéticos de Asia Central, que pueden verse afectados por una acción militar norteamericana en Afganistán.
La guerrilla chechena lanzó ayer una gran ofensiva y atacó la comandancia militar y varios edificios administrativos en Gudermés, la segunda ciudad en importancia de la pequeña república norcaucásica que el Kremlin no logra apaciguar a pesar de haber conquistado todas las localidades hace más de año y medio. Los generales muertos fueron identificados como Anatoli Podzniakov y Pavel Varfolomeyev, y tanto éstos como los ocho coroneles trabajaban en el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas. El helicóptero Mi-8 fue alcanzado por los proyectiles de los separatistas cuando se encontraba sobre Grozny, después de haber mantenido conversaciones en esa ciudad con el primer ministro Stanislav Iliasov y se dirigía a Jankalá, la principal base militar rusa en Chechenia. Se trata del mayor número de altos oficiales que Rusia pierde de una vez durante el conflicto con los independentistas.
El principal blanco de la ofensiva guerrillera fue Gudermés, ciudad que atacaron varios grupos de rebeldes –entre varias decenas y varios centenares, según diferentes fuentes–, que utilizaron fusiles automáticos, ametralladoras y lanzagranadas. El ataque guerrillero comenzó a las seis de la mañana hora local y los enfrentamientos se extendieron hasta la tarde. Los militares rusos, que en un principio negaron que los independentistas hubieran entrado en Gudermés, horas más tarde se vieron obligados a reconocer que allí se desarrollaba una auténtica batalla. Desde el Mar Negro, el líder ruso conversó ayer por teléfono con sus colegas centroasiáticos, miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y decidió también enviar al secretario del Consejo de seguridad, Vladimir Rushailo, a una gira por aquellas repúblicas. Ruishalo, que visitará Kazajstán, Turkmenistán, Kirguistán y Tayikistán, dijo el lunes que la acción antiterrorista debe ir “dirigida contra un objetivo y no causar bajas entre la población civil”.
Los interlocutores de Putin fueron ayer los líderes de Tayikistán, Turkmenistán, Kirguistán, Kazajstán y Uzbekistán, según la información difundida por la agencia Tass. Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán tienen frontera con Afganistán, pero diversos tipos de relaciones con los talibanes de Afganistán. Mientras Turkmenistán hace profesión de neutralidad y ha encontrado un modus vivendi con sus vecinos, Uzbekistán combate severamente el integrismo islámico en su propio territorio y Tayikistán repele a los islamistas en su frontera gracias a la ayuda rusa, que tiene destacados 25.000 hombres en su territorio.
Con el líder tayiko, Emomalí Rajmónov, Putin conversó sobre la evolución de los acontecimientos en las cercanías de la frontera y examinó posibles pasos conjuntos contra el terrorismo. El día anterior, Rusia había puesto en estado de alerta a sus tropas en Tayikistán. Con el líder de Turkmenistán, Saparmurat Niyazov, Putin debatió sobre el “uso activo de mecanismos de consulta y la elaboración de decisiones conjuntas en las reuniones de las instituciones de la CEI. Para finales de octubre estaba prevista una cumbre de los líderes de los países de la CEI, que podría adelantarse en vista de los acontecimientos.
Las medidas conjuntas fueron también tema de la conversación entre Putin y el líder de Kirguistán, Askar Akaiev, así como con el líder de Kazajstán, Nursultan Nazarbaiev y con el presidente de Uzbekistán, Islam Karimov. La situación creada por el atentado contra Estados Unidos puede poner a prueba la solidez de la relación entre Rusia y sus aliados militares de Asia Central (Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán) y susaliados políticos y económicos de la región en el marco más amplio de la Comunidad de Estados Independientes (los tres estados citados más Turkmenistán y Uzbekistán). A esta red de relaciones se sobrepone la llamada “declaración de Shanghai”, un documento que fue firmado en junio pasado por Rusia, cuatro repúblicas asiáticas (Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán) y China para promover la seguridad y estabilidad en la zona. Los miembros de la declaración de Shanghai acordaron crear una estructura regional permanente contra el terrorismo con base en Bishkek, la capital de Kirguistán. A esto se une el proyecto de crear unas fuerzas de reacción rápida de la CEI, que fue aprobado en el otoño del 2000, y que según los documentos de la época debería comenzar a funcionar este mes de septiembre.

 

 

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