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ISRAEL Y LOS PALESTINOS INTENTAN OTRA VEZ
Un altito el fuego

Bajo presión norteamericana para facilitar la entrada de países árabes e islámicos
en la coalición internacional antiterrorista, Israel aceptó un cese al fuego, pero seguían las escaramuzas.

Yasser Arafat dice que
le destruyeron el puerto.
Las tropas israelíes abandonaron posiciones en los territorios.

El conflicto palestino-israelí parece querer llegar a una tregua. Por lo menos el intento que comenzó ayer permitiría a Estados Unidos sumar las adhesiones árabes a su alianza contra el terrorismo. Yasser Arafat ordenó el cese del fuego a sus fuerzas y anunció públicamente su decisión de formar parte de una cruzada contra Osama bin Laden. Ariel Sharon, premier israelí, consideró que se inician las 48 horas de paz que había puesto como precondición para reanudar las conversaciones con la Autoridad Nacional Palestina y, en ese sentido, ordenó suspender todas sus “operaciones defensivas”. George W. Bush dio la bienvenida al acuerdo. Si se mantiene este escenario, Shimon Peres, canciller israelí, tendrá luz verde para celebrar el suspendido encuentro con el líder palestino. Sin embargo, a última hora de ayer se registraron enfrentamientos en Ramalá, Gush Ezion y en Hebrón tanques israelíes dispararon contra el barrio árabe Abu Suneina luego que de allí salieran disparos contra colonos judíos.
Las tropas israelíes comenzaron a abandonar anoche las posiciones en los alrededores de las ciudades cisjordanas de Jenín y Jericó como respuesta del propio Sharon a la decisión de Arafat de implementar el alto el fuego. El líder palestino había hecho su anuncio por la mañana de ayer ante unos 40 embajadores y cónsules extranjeros convocados en Gaza. Arafat, a la vez, se sumó a la coalición antiterrorista: “He informado a Estados Unidos que estamos dispuestos a formar parte de una alianza internacional con miras a poner fin al terrorismo contra civiles inocentes”. A pesar de las declaraciones de no agresión de ambas partes, el ejército israelí bombardeó y destruyó ayer instalaciones del puerto de Gaza que se estaba construyendo con ayuda de países europeos y, por la noche, se registraron nuevos enfrentamientos. Entretanto, las organizaciones extremistas Hamas y Jihad se pronunciaron contra la posición adoptada por Arafat. En un panfleto distribuido por los territorios palestinos ocupados, la Jihad dice que “rechaza ese supuesto alto el fuego, que llega en un momento en que el enemigo sionista continúa su agresión contra el pueblo palestino indefenso”. Pocas horas antes, el portavoz de Hamas en Gaza, Abdelaziz Rantisi, advirtió que el alto el fuego “sólo servirá para prolongar la ocupación de Israel en Gaza y Cisjordania”.
Bush festejó que las negociaciones –en las que participa aún más intensamente desde hace una semana– se encaminen a una resolución. “El presidente renueva su llamado a las partes a aprovechar el momento y hacer todo lo posible luego del ataque lanzado contra Estados Unidos para avanzar en el proceso de paz en Medio Oriente”, dijo Ari Fleischer, vocero presidencial. Powell, por su parte, advirtió que Israel no integrará la coalición: “Prevalecerá el poder de Estados Unidos sobre el terrorismo, con ayuda del resto de los países, aunque no creo que entre ellos se encuentre Israel”. Al interior del gobierno israelí hubo matices a la hora de analizar la situación. Por un lado, Peres se mostró optimista: “Si todo sale bien en cuestión de días podemos realmente embarcarnos en una reunión y en conversaciones en lugar de tiroteos y unirnos a la coalición mundial contra el terror”. Por otro lado, el ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben Eliezer, estuvo bastante más escéptico que su par laborista: subrayó que la orden de repliegue de tropas israelíes tiene medirá la voluntad real de Arafat de cumplimentar los dos días de paz. Ahora empieza la cuenta regresiva para ver si la cumbre Peres-Arafat, finalmente, se realizará. El principal negociador palestino, Saeb Erakat, afirmó a la cadena CNN que quieren que la reunión tenga lugar “inmediatamente”, sin esperar el plazo de calma absoluta reclamado por Sharon.

 

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