Por Irina Hauser
Después de un año
y tres meses, Víctor Alderete salió de la cárcel.
Aún adormecido, lo primero que hizo para aprovechar su libertad
fue ir directamente a Don Torcuato a visitar su amigo y líder Carlos
Menem. La Sala II de la Cámara Federal dictó ayer la falta
de mérito del ex titular del PAMI al evaluar, lisa y llanamente,
que el ex juez de primera instancia Adolfo Bagnasco había ordenado
su reclusión sin pruebas de que hubiera defraudado al Estado y
liderado una asociación ilícita. Dieron instrucciones precisas
para reencauzar la investigación.
Contra las esperanzas del ex presidente, preso también por asociación
ilícita a la espera de un fallo del mismo tribunal de alzada, la
resolución que firmaron Horacio Cattani y Eduardo Luraschi, basada
en una acordada de la Corte Suprema, no sentaría un precedente
determinante para su situación. Aunque convierte a Alderete en
el primer menemista, símbolo clave de la corrupción, ubicado
a las puertas de una posible absolución.
Los camaristas admiten en su texto que puede existir una asociación
ilícita en el caso de Alderete, pero no analizan el tipo penal
ni si es aplicable a las maniobras en el PAMI porque creen que, tal como
dejó el expediente Bagnasco, de momento, no se encuentra
acreditado, ni siquiera mínimamente en este legajo que el actuar
del grupo mencionado haya tenido la finalidad común de cometer
delitos indeterminados en el ámbito del Inssjp, el
acuerdo delictivo básico con que se describe el delito en
cuestión.
Alderete fue beneficiado con falta de mérito junto a otras 13 personas
que estaban imputadas. En cambio, fue revocado el sobreseimiento de otras
11 personas. Todo esto significa que la investigación ahora
en manos del juez Rodolfo Canicoba Corral debe, en teoría,
continuar. Eso es lo que indicaron los camaristas, mientras el abogado
del ex titular de la obra social de los jubilados, el ex camarista León
Arslanian, daba por hecho que su defendido no volverá a prisión.
Los 15 meses de reclusión de Alderete tuvieron origen en una denuncia
que presentó la Oficina Anticorrupción (OA). Los investigadores
de ese organismo señalaron que el ex funcionario lideró
una banda que manejó a discreción los contratos más
importantes del PAMI y que montó una estructura especialmente diseñada
para eludir los controles. La presentación original se basó
en cinco contrataciones truchas.
Bagnasco dictó un primer procesamiento por defraudación
el 7 de julio de 2000, y ordenó la prisión preventiva previendo
que Alderete perseguido por una infinidad de causas penales
pudiera eludir la acción judicial. Poco después, lo procesó
por asociación ilícita, que no es excarcelable. La primera
resolución fue ratificada por la Cámara Federal con los
votos de Horacio Vigliani (Sala I) y Martín Irurzun (Sala II).
Este último tuvo que desempatar porque la camarista hipermenemista
confesa Luisa Riva Aramayo (Sala I) se había pronunciado a favor
del ex funcionario.
Así, el caso llegó a la Corte Suprema, donde seis ministros
se dieron el gusto de dar el puntapié inicial para que Alderete
quedara libre. Dijeron que no había ninguna prueba de defraudación
y que Bagnasco había sido arbirtario. Cattani y Luraschi
se basaron en esa acordada de sus superiores cuyas consideraciones
califican como decisivas. En ellas, dicen, se evidencia
con suma claridad que uno de los elementos típicos de la figura
de administración infiel no ha sido debidamente investigado en
esta instrucción. Por ahora, no se ha acreditado el
perjuicio sufrido por el Estado nacional ni cuáles fueron los aportes
que éste habría realizado en favor del Inssjp, recuerdan
los dichos de los ministros.
El fallo también sugiere medidas de prueba, entre ellas: determinar
si las prestaciones pagadas fueron efectivamente realizadas, si los precios
estipulados guardan relación con ellas, analizar con qué
mecanismos se tomaban las decisiones de directorio, y que se tome declaración
a la jefa del Departamento de Contratos, a funcionarios que trabajaban
en las áreas vinculadas a las prestaciones, a los síndicos
de la gestión de Alderete ya personas que participaron en las reuniones
de directorio en las que se establecieron modificaciones normativas para
beneficiar a empresarios. Para poder concluir si existió una asociación
ilícita, los camaristas creen que hay que cruzar los datos de todas
las causas en las que están involucrados Alderete y la veintena
de personas investigadas junto con él.
Lo que pase con el ex titular del PAMI dependerá en gran medida
del juez Canicoba Corral. A Bagnasco lejos de la toga poco
le importarán los reproches. En la OA, pese todo, están
conformes con que Alderete haya estado tanto tiempo encerrado y creen
que las pruebas existen y que, con buena voluntad, se encuentran. En cuanto
a Menem, la resolución de la Sala II fue lo suficientemente cuidadosa
para no convertirse en un anuncio. En voz baja, dos allegados a ese tribunal
dijeron a Página/12 que el ex presidente no debe hacerse ilusiones
porque su caso es bien diferente.
Claves
- La Sala II decidió que no existió asociación
ilícita en el PAMI y puso en libertad a Alderete, por falta
de mérito.
- Pero ordenó que se siguieran investigando los distintos
delitos.
- No bien quedó libre, el ex funcionario fue a Don Torcuato
a saludar a Carlos Menem.
- Alderete tiene otros 23 expedientes penales en su contra. La mayoría
de los delitos que se le imputan son excarcelables. Pero, si hubiera
dos condenas en su contra, perdería el beneficio de la libertad
condicional.
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A ver al Jefe, antes
que a la familia
Que Dios te bendiga, le dijo Víctor Alderete,
en un arranque de misticismo a su defensor León Arslanián,
apenas recibió la buena nueva. El ex titular del PAMI, estuvo
gratuitamente preso por un capricho, actuó bajo
una extraordinaria presión mediática y de la opinión
pública, devolvió la bendición el abogado
y ex camarista del Juicio a las Juntas ante la prensa. Antes de
dejar su celda en Gendarmería, desde donde miraba todas las
noches las estrellas con un telescopio, Alderete se despidió
de sus compañeros, entre ellos el ex juez Hernán Bernasconi,
que lo saludó con un dejo de envidia. Después de recibir
en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral la notificación
de que quedaba en libertad y de que se dejaba sin efecto un embargo
de 7.500.000 pesos sobre sus bienes, Alderete se fue corriendo a
la quinta de Don Torcuato (foto) a ver a Carlos Menem. El ex presidente
había sido uno de sus primeros visitantes que tuvo en la
cárcel. Tenía que devolverle necesariamente
el gesto, le explicó como buen soldado de la causa,
a su mujer y sus hijos, con quienes se encontró a la tarde.
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