Por Julio Nudler
Una vez más, Economía
cambió las reglas de juego. Tres meses después de haber
introducido el factor de empalme o convergencia (FC), produciendo una
especie de devaluación encubierta para elevar el tipo de cambio
comercial, que rige para importar y exportar, ayer modificó el
criterio, retornando en cierto modo al mecanismo que regía antes.
Sin embargo, este nuevo volantazo vuelve a aumentar la paridad, si bien
sólo para las exportaciones, y en una magnitud que, al nivel actual
del FC (ayer fijado por el Banco Central en 0,0385), implica una mejora
de 3,15 puntos en el dólar exportador. En concreto, un producto
estimulado con un reintegro del 12 por ciento hubiese recibido, sin esta
nueva medida, un tipo de cambio de 1,0885, pero ahora pasa a percibir
1,12. La mejora será especialmente significativa respecto del área
euro, porque se añade a la gradual revaluación de esta moneda,
que ayer cerró a 92,6 centavos de dólar (o peso). Pesará
menos en relación al área dólar, y quizá resulte
inocente frente al tobogán devaluatorio de Brasil, donde en la
víspera hubo que poner 2,694 reales por dólar.
Débora Giorgi, secretaria de Comercio (Exterior), declaró,
explicando la decisión, que era muy importante darle una
estabilidad, un horizonte de valor fijo de reintegro al sector exportador.
Pero, de hecho, es este mismo equipo y no otro el que en junio adoptó
una suerte de tipo de cambio comercial flotante, ya que el FC varía
diariamente según la paridad entre el dólar y el euro. Ahora
parece que la misma conducción económica considera errónea
su decisión anterior, pero sin admitirlo. El atentado del martes
11 puede haber provisto una justificación para este parcial recule,
al acentuar la expectativa de una recesión mundial, que volverá
más duro encontrar clientes (y precio) para las exportaciones.
En concreto, la resolución 470 de Economía, publicada ayer
en el Boletín Oficial, deroga la quita de 7 puntos que sufrieron
los reintegros por obra de la resolución 220, del 18 de junio pasado.
En adelante, el exportador cobrará el FC más la diferencia
que haga falta para alcanzar el nivel de reintegro que corresponda a la
posición arancelaria de su producto. La implementación práctica
de esta decisión no será sencilla, pero esto caracteriza
a muchas decisiones de Domingo Cavallo, que son un quebradero de cabeza
para la AFIP. Algunas ideas brillantes, como el blanqueo o
el cambio del devengado por el percibido en el IVA, no superan el choque
con la realidad y son abandonadas.
A partir de ahora, el FC pierde parte de su razón de ser. Sin embargo,
sigue rigiendo plenamente para las exportaciones que no reciben reintegros
(siguen excluidos los combustibles) y para las importaciones, aumentando
así su costo. Esta última es una vía de generar los
recursos fiscales necesarios para liquidarle el FC a los exportadores,
aunque el actual superávit comercial, más la reimplantación
plena de los reintegros, desbalancean las cuentas para Hacienda. Oficialmente
se invocó esta razón para congelar la concesión de
nuevos planes de competitividad.
Esto ayudará a los exportadores, pero es una gota en el mar
opina Ricardo Fuente, de Ecolatina. No va a mover el amperímetro
del Producto Bruto. Para moverlo habría que estimular el consumo,
pero la restricción fiscal lo vuelve cada vez más difícil.
Jerónimo Morales Rins, de Fundación Andina, indica que los
reintegros dan la posibilidad de aplicar políticas sectoriales,
mientras que el factor de convergencia otorga una ventaja sistémica,
igual para todos. En general, los analistas se quejan de tener que
vivir todos los días leyendo el Boletín Oficial para
ver qué novedad trae, y advierten que hay mucha diferencia
entre lo que se dice y lo que se hace.
Entre los cambios más agresivos introducidos por Cavallo figuró
la aplicación del factor de empalme y los reintegros también
para el Mercosur y no sólo para extrazona. La resolución
470 confirma este criterio de no diferenciar entre el bloque y el resto
del mundo, aunque Giorgi aseguró ayer que el Mercosur es
de importancia relevante para la Argentina.
PARA
LOS ANALISTAS, 6% DE CRECIMIENTO ES UTOPICO
El dibujo del Presupuesto 2002
Nadie cree en el proyecto de
Presupuesto 2002, que presentó el viernes último al Congreso
Domingo Cavallo, en especial después de la crisis internacional
desatada a causa de los atentados terroristas en Estados Unidos. La principal
objeción es que todos los números fiscales de dicho presupuesto
se basan en la premisa de que la economía crecería el año
próximo un 6 por ciento. No hay condiciones para crecer al
6 por ciento. Hace 15 días, en la carta firmada con el FMI, Argentina
puso que íbamos a crecer al 3,5 por ciento, y la gente del Fondo
decía un 2,5 por ciento, afirmó el diputado del PJ,
Jorge Remes Lenicov. Si no hay una buena renegociación de
la deuda y no hay un combate fuerte a los grandes evasores, en este presupuesto
faltan 5000 o 6000 millones, agregó.
Para el efímero ex secretario de Hacienda, Daniel Artana, el problema
fiscal se planteará mucho antes. Acá no hay espacio
para jugar a las escondidas, aseguró. Según sus números,
para alcanzar el Déficit Cero en los próximos meses un
camino sería recortar transferencias a las provincias,
como ha dicho el secretario de Hacienda. Pero dentro del listado
de recortes que a él le gustaría están las podas
propuestas por el equipo de Ricardo López Murphy, qué él
mismo integró: universidades, subsidios a las naftas patagónicas,
fondo del tabaco, etc. La alternativa es subir impuestos, alternativa
que se ha mostrado poco eficaz para subir la recaudación; o aumentar
el descuento para jubilados y empleados públicos nacionales,
señaló, aunque aclaró que hay que tratar de
evitar que ocurra esto último.
Según Remes Lenicov, está claro que el gobierno al
presentar este presupuesto está diciendo que no lo va a tratar
antes del 14 de octubre (día de las elecciones). Después
va a haber que pedirle al Ejecutivo que presente un presupuesto más
realista, sobre todo después de lo que ocurrió en Estados
Unidos el 11 de setiembre, concluyó.
En igual sentido opinó otro de los diputados clave del bloque del
PJ, Oscar Lamberto, ex presidente de la Comisión de Presupuesto
de la Cámara baja. No hay ninguna explicación racional
de por qué se va a crecer al 6 por ciento, afirmó.
E insistió con la inconsistencia de las cifras presentadas al FMI
recientemente: Se le está mintiendo al Parlamento o al Fondo,
chicaneó, irónico.
Para el consultor estrella de la city, Miguel Angel Broda, después
de los atentados, Argentina enfrenta un escenario externo más
hostil, en el que Washington tiene otras prioridades.
Argentina hoy preocupa menos, porque hay preocupaciones mayores.
Y en este sentido uno debería pensar que la ampliación de
los fondos para utilizar como garantía de un canje de deuda no
va a ser una prioridad muy alta dentro de los organismos internacionales
o en el departamento del Tesoro de Estados Unidos, explicó.
Broda cree que la recuperación de la economía norteamericana
se postergará; que los mercados internacionales para Argentina
permanecerán cerrados más allá de abril del año
próximo; y que el eventual efecto benéfico que tendría
sobre las exportaciones un aumento de los precios del petróleo
sería compensado por los embargos que se aplicarían a muchos
países árabes, grandes importadores de granos locales.
El ministro de Economía tiene que insuflar optimismo. Pero
el pronóstico de crecimiento de consenso entre los analistas para
el 2002, con un mundo claramente que crezca menos, es de alrededor de
1 por ciento, señaló. Para Broda, tal pronóstico
se basa en los últimos números de nivel de actividad: Argentina
no ha parado de caer (en el tercer trimestre), aseguró.
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