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Otro poco de devaluación comercial para ir tirando

Economía aumentó tres puntos el dólar exportador, abandonando el tipo de cambio flotante implantado tres meses atrás. La decisión es significativa frente al área euro pero casi inocua respecto de Brasil.

Débora Giorgi, secretaria
de Comercio, considera �de importancia relevante� el Mercosur.

Por Julio Nudler

Una vez más, Economía cambió las reglas de juego. Tres meses después de haber introducido el factor de empalme o convergencia (FC), produciendo una especie de devaluación encubierta para elevar el tipo de cambio comercial, que rige para importar y exportar, ayer modificó el criterio, retornando en cierto modo al mecanismo que regía antes. Sin embargo, este nuevo volantazo vuelve a aumentar la paridad, si bien sólo para las exportaciones, y en una magnitud que, al nivel actual del FC (ayer fijado por el Banco Central en 0,0385), implica una mejora de 3,15 puntos en el dólar exportador. En concreto, un producto estimulado con un reintegro del 12 por ciento hubiese recibido, sin esta nueva medida, un tipo de cambio de 1,0885, pero ahora pasa a percibir 1,12. La mejora será especialmente significativa respecto del área euro, porque se añade a la gradual revaluación de esta moneda, que ayer cerró a 92,6 centavos de dólar (o peso). Pesará menos en relación al área dólar, y quizá resulte inocente frente al tobogán devaluatorio de Brasil, donde en la víspera hubo que poner 2,694 reales por dólar.
Débora Giorgi, secretaria de Comercio (Exterior), declaró, explicando la decisión, que “era muy importante darle una estabilidad, un horizonte de valor fijo de reintegro al sector exportador”. Pero, de hecho, es este mismo equipo y no otro el que en junio adoptó una suerte de tipo de cambio comercial flotante, ya que el FC varía diariamente según la paridad entre el dólar y el euro. Ahora parece que la misma conducción económica considera errónea su decisión anterior, pero sin admitirlo. El atentado del martes 11 puede haber provisto una justificación para este parcial recule, al acentuar la expectativa de una recesión mundial, que volverá más duro encontrar clientes (y precio) para las exportaciones.
En concreto, la resolución 470 de Economía, publicada ayer en el Boletín Oficial, deroga la quita de 7 puntos que sufrieron los reintegros por obra de la resolución 220, del 18 de junio pasado. En adelante, el exportador cobrará el FC más la diferencia que haga falta para alcanzar el nivel de reintegro que corresponda a la posición arancelaria de su producto. La implementación práctica de esta decisión no será sencilla, pero esto caracteriza a muchas decisiones de Domingo Cavallo, que son un quebradero de cabeza para la AFIP. Algunas “ideas brillantes”, como el blanqueo o el cambio del devengado por el percibido en el IVA, no superan el choque con la realidad y son abandonadas.
A partir de ahora, el FC pierde parte de su razón de ser. Sin embargo, sigue rigiendo plenamente para las exportaciones que no reciben reintegros (siguen excluidos los combustibles) y para las importaciones, aumentando así su costo. Esta última es una vía de generar los recursos fiscales necesarios para liquidarle el FC a los exportadores, aunque el actual superávit comercial, más la reimplantación plena de los reintegros, desbalancean las cuentas para Hacienda. Oficialmente se invocó esta razón para congelar la concesión de nuevos planes de competitividad.
“Esto ayudará a los exportadores, pero es una gota en el mar –opina Ricardo Fuente, de Ecolatina–. No va a mover el amperímetro del Producto Bruto. Para moverlo habría que estimular el consumo, pero la restricción fiscal lo vuelve cada vez más difícil.” Jerónimo Morales Rins, de Fundación Andina, indica que “los reintegros dan la posibilidad de aplicar políticas sectoriales, mientras que el factor de convergencia otorga una ventaja sistémica, igual para todos”. En general, los analistas se quejan de tener que “vivir todos los días leyendo el Boletín Oficial para ver qué novedad trae”, y advierten que “hay mucha diferencia entre lo que se dice y lo que se hace”.
Entre los cambios más agresivos introducidos por Cavallo figuró la aplicación del factor de empalme y los reintegros también para el Mercosur y no sólo para extrazona. La resolución 470 confirma este criterio de no diferenciar entre el bloque y el resto del mundo, aunque Giorgi aseguró ayer que “el Mercosur es de importancia relevante para la Argentina”.

 


 

PARA LOS ANALISTAS, 6% DE CRECIMIENTO ES UTOPICO
El dibujo del Presupuesto 2002

Nadie cree en el proyecto de Presupuesto 2002, que presentó el viernes último al Congreso Domingo Cavallo, en especial después de la crisis internacional desatada a causa de los atentados terroristas en Estados Unidos. La principal objeción es que todos los números fiscales de dicho presupuesto se basan en la premisa de que la economía crecería el año próximo un 6 por ciento. “No hay condiciones para crecer al 6 por ciento. Hace 15 días, en la carta firmada con el FMI, Argentina puso que íbamos a crecer al 3,5 por ciento, y la gente del Fondo decía un 2,5 por ciento”, afirmó el diputado del PJ, Jorge Remes Lenicov. “Si no hay una buena renegociación de la deuda y no hay un combate fuerte a los grandes evasores, en este presupuesto faltan 5000 o 6000 millones”, agregó.
Para el efímero ex secretario de Hacienda, Daniel Artana, el problema fiscal se planteará mucho antes. “Acá no hay espacio para jugar a las escondidas”, aseguró. Según sus números, para alcanzar el Déficit Cero en los próximos meses “un camino” sería “recortar transferencias a las provincias, como ha dicho el secretario de Hacienda”. Pero dentro del listado de recortes que a él le gustaría están las podas propuestas por el equipo de Ricardo López Murphy, qué él mismo integró: universidades, subsidios a las naftas patagónicas, fondo del tabaco, etc. “La alternativa es subir impuestos, alternativa que se ha mostrado poco eficaz para subir la recaudación; o aumentar el descuento para jubilados y empleados públicos nacionales”, señaló, aunque aclaró que hay que “tratar de evitar” que ocurra esto último.
Según Remes Lenicov, “está claro que el gobierno al presentar este presupuesto está diciendo que no lo va a tratar antes del 14 de octubre (día de las elecciones). Después va a haber que pedirle al Ejecutivo que presente un presupuesto más realista, sobre todo después de lo que ocurrió en Estados Unidos el 11 de setiembre”, concluyó.
En igual sentido opinó otro de los diputados clave del bloque del PJ, Oscar Lamberto, ex presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja. “No hay ninguna explicación racional de por qué se va a crecer al 6 por ciento”, afirmó. E insistió con la inconsistencia de las cifras presentadas al FMI recientemente: “Se le está mintiendo al Parlamento o al Fondo”, chicaneó, irónico.
Para el consultor estrella de la city, Miguel Angel Broda, después de los atentados, “Argentina enfrenta un escenario externo más hostil”, en el que Washington tiene “otras prioridades”. “Argentina hoy preocupa menos, porque hay preocupaciones mayores. Y en este sentido uno debería pensar que la ampliación de los fondos para utilizar como garantía de un canje de deuda no va a ser una prioridad muy alta dentro de los organismos internacionales o en el departamento del Tesoro de Estados Unidos”, explicó. Broda cree que la recuperación de la economía norteamericana se postergará; que los mercados internacionales para Argentina permanecerán cerrados más allá de abril del año próximo; y que el eventual efecto benéfico que tendría sobre las exportaciones un aumento de los precios del petróleo sería compensado por los embargos que se aplicarían a muchos países árabes, grandes importadores de granos locales.
“El ministro de Economía tiene que insuflar optimismo. Pero el pronóstico de crecimiento de consenso entre los analistas para el 2002, con un mundo claramente que crezca menos, es de alrededor de 1 por ciento”, señaló. Para Broda, tal pronóstico se basa en los últimos números de nivel de actividad: “Argentina no ha parado de caer (en el tercer trimestre)”, aseguró.

 

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