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EL CINEMARK PALERMO FUNCIONABA SIN HABILITACION
Una clausura de película

El gobierno porteño cerró
el multicine abierto en abril pasado con el argumento de que hay más superficie construida que lo permitido. Cinemark apeló y podría lograr hoy la reapertura.

Un cartel da cuenta del cierre
del complejo, pero se cuida de aclarar los verdaderos motivos.

Por Eduardo Videla

Un multicine con diez salas, ubicado en el barrio de Palermo, fue clausurado por el gobierno porteño porque funcionaba desde hace casi cinco meses sin habilitación. El cierre sorprendió a los espectadores que acudieron el fin de semana y recibieron, como única explicación por parte del personal de seguridad, razones de “mantenimiento”. La versión oficial la dio a Página/12 el director de Verificaciones y Habilitaciones de la ciudad, Horacio Spandonari: “El cine no está habilitado porque la cantidad de metros cuadrados construidos, en principio, no se ajusta a la normativa vigente”, aseguró el funcionario. Ante un pedido de la empresa, el gobierno podría suspender la clausura, “para evitar perjuicios económicos”, por lo que los cines volverían a la actividad aun sin habilitación.
El multicine clausurado es el Cinemark ubicado en Beruti 3999, esquina Bulnes. Este diario intentó conseguir la versión de la empresa pero sólo se topó con el malhumor de los custodios del cine, que intentaron impedir que se tomaran fotografías del frente de la sala.
La clausura se hizo efectiva el martes 11, después de que inspectores de Verificaciones y Habilitaciones comprobaran que el edificio de cinco pisos no tenía su correspondiente habilitación. La medida fue confirmada al día siguiente por el propio Spandonari.
El área a cargo del funcionario es, justamente, la encargada de otorgar habilitaciones a los comercios en la ciudad. Según confirmó Spandonari, Cinemark había iniciado el trámite de habilitación antes de la inauguración, pero la gestión no prosperó porque “la cantidad de metros construidos supera el máximo permitido”. Además, se encontraron fallas menores como la ausencia de máquina expendedora de preservativos y falta de indicadores de salida.
El viejo Código de Planeamiento Urbano –vigente cuando se inició la obra– establece que para el uso cine, en esa zona, el máximo es de 2500 metros cuadrados cubiertos. “Si se tienen en cuenta solamente las salas, hay 2420 metros cuadrados cubiertos. Pero no se toman en cuenta el hall, los baños y las boleterías, que forman parte del cine y sumados exceden largamente ese límite”, explicó Spandonari. La obra tenía el visto bueno de la Dirección de Planeamiento e Interpretación Urbanística, a cargo del arquitecto Francisco Pratti. Voceros de la Secretaría de Planeamiento Urbano ratificaron que el expediente de Cinemark Palermo había sido aprobado allí sin objeciones.
Según el funcionario encargado de la clausura, los constructores podrían acogerse al nuevo Código de Planeamiento Urbano –vigente desde noviembre último– que no pone límite de superficie construida con destino a cine pero exige la previa realización de estudios de impacto ambiental. “En cualquier caso, la empresa no cumple con ninguno de los dos requisitos.”
Cinemark presentó un recurso de apelación contra la medida y solicitó la suspensión de la clausura. El gobierno porteño aceptó el primer pedido y estaría dispuesto a conceder el segundo “tras verificar que se cumplen las mínimas medidas de seguridad”. El levantamiento de la clausura se ordenaría “para evitar perjuicios económicos a la empresa y posibles reclamos indemnizatorios futuros al gobierno de la ciudad”, argumentó Spandonari. “De todas formas, que se levante la clausura no quiere decir que el cine esté habilitado”, aclaró el funcionario.
Mientras tanto, el trámite seguirá su curso. Por lo pronto, el director de Verificaciones volvió a pedir a Planeamiento Urbano “una nueva interpretación, más clara, de las normas”. También envió copias al procurador general de la ciudad, Juan Carlos López, para que determine si hubo irregularidades en algún área o se actuó correctamente.

 


 

INSOLITA DEMORA EN EL CASO DE LAS MUERTES DE VARELA
Intoxicaciones sin pericias

La causa de la muerte por intoxicación de tres personas de una misma familia en Florencio Varela está cada vez más lejos de ser esclarecida. El fiscal que investiga el caso no encuentra un laboratorio donde hacer las pericias: el de La Plata no está en condiciones de hacerlo y el presupuesto judicial es demasiado exiguo para el costo de uno privado. En tanto, lo que sí pudo hacer el fiscal es ordenar el allanamiento de cinco almacenes del Barrio Pepsi, en el que viven los Martínez. De allí se sacaron de circulación, preventivamente, los alimentos que la familia consumió el domingo por la tarde –queso fresco, roquefort y salamines–, hasta que se obtengan los resultados definitivos sobre su estado. Los tres sobrevivientes siguen internados en el hospital de Florencio Varela y se encuentran en buen estado de salud.
El lunes por la mañana, Carlos Alberto Martínez, de 33 años, y dos de sus hijos, Paola, de 10, y Gabriel, de 12, murieron intoxicados, mientras que su esposa Sandra López, de 33 años, y sus hijos Flavia, de 8 y Hernán, de 2, quedaron internados pero están en buen estado. El domingo por la tarde la familia había comido pizza, salamines y queso roquefort, y las sospechas recayeron sobre el probable mal estado de esos alimentos, lo que llevó al fiscal Ricardo Maidana a ordenar el allanamiento de cinco almacenes del Barrio Pepsi, donde vive la familia intoxicada.
El fiscal relató a Página/12 que decidió, preventivamente, “sacar de circulación los productos sospechados para evitar nuevas intoxicaciones, dado que los cultivos bacteriológicos demandan más de una semana”. Además, Maidana ordenó una pericia sobre los alimentos secuestrados en el hogar de la familia y sobre el vómito y las vísceras de las víctimas. Pero el laboratorio pericial de La Plata no puede hacer los estudios por falta de equipos y “ahora falta quien haga los informes que necesitamos: el Malbrán nos dijo que no podían hacerlos porque estaba fuera de jurisdicción y yo no puedo estar recorriendo todos los laboratorios”, apuntó, preocupado, el fiscal, que detalló que “los informes toxicológicos demoran, por lo menos, 14 días”.
A Maidana le llamó la atención “la rapidez de la intoxicación y la muerte. No podemos descartar ninguna hipótesis”. Por su parte, el subdirector de medicina preventiva de Florencio Varela, Gabriel Nauda, explicó a este diario que “desde el punto de vista sanitario estamos investigando si se trató o no de un alimento en mal estado, pero hasta ahora no hay nada concreto. No encontramos otros casos y además es raro que si las seis personas comieron lo mismo tres hayan muerto y tres estén estables”, observó. En tanto, la subsecretaria de salud de la comuna, Susana del Río, descartó la posibilidad de una enfermedad epidemiológica o infecciosa.

 

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