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JAUNARENA Y SU RETROCESO SOBRE LAS FF.AA. EN INTELIGENCIA
“La mía era solamente una idea”

El ministro de Defensa no logró
apoyo ni siquiera en el Gobierno para
su proyecto de reformular el régimen legal de las Fuerzas Armadas, que hoy tienen prohibido cualquier forma de acercamiento a la inteligencia interna. Los senadores, en contra.

José Horacio Jaunarena y Carlos Corach, ex ministro del Interior de Carlos Menem.

Por Felipe Yapur

Volviendo atrás de la contundencia del último domingo, cuando reconoció su adhesión a la necesidad de vincular inteligencia interna con la externa tras los atentados en los Estados Unidos, el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, aseguró ayer ante los senadores que “el Gobierno no está pensando en involucrar a las Fuerzas Armadas en tareas de inteligencia interior”. Jaunarena dijo que cuando propuso estudiar un cambio de funciones no estaba diseñando una propuesta. “La mía era solamente una idea”, explicó.
El funcionario mantuvo una corta reunión con algunos de los integrantes de la comisiones de Seguridad Interior y Defensa de la Cámara alta, donde mostró un perfil “nada belicoso”, como lo graficó un legislador del oficialismo, y más inclinado a “mejorar la articulación entre los diferentes organismos de inteligencia” que a modificar el contenido de las leyes de Seguridad Interior y Defensa Nacional. Anoche el presidente Fernando de la Rúa dijo que a pesar de los ataques terroristas, no se permitirá que los militares realicen inteligencia interna, aunque afirmó que “estas leyes están desactualizadas”. (Ver página 10.)
El Jaunarena que llegó hasta el Salón Rosado del Senado no tenía nada que ver con aquel que declaró que había que “repensar las definiciones tradicionales porque el terrorismo ha dejado de ser una agresión de origen interno” y que “cada vez será más necesario vincular la inteligencia interna con la externa”. Una frase que fue interpretada como una venia por los miembros del Estado Mayor Conjunto que trabajan en la reformulación de la ley de Defensa –situación que se incrementó a partir de los atentados– y que motivó el envío de varios de sus representantes a realizar lobby con los senadores, según confiaron fuentes castrenses.
No es un dato menor la posible modificación de cualquiera de estas dos leyes. La de Defensa, por caso, desarticula las prerrogativas legales e institucionales que detentaban las Fuerzas Armadas en materia de seguridad interior hasta 1988. En tanto que la de Seguridad Interior –aprobada en 1992– detalla las circunstancias y condiciones en las que éstas podrían intervenir de manera excepcional en actividades referidas a seguridad interior.
En la reunión secreta con los legisladores, el ministro dijo que a pesar de la inmediata condena a los atentados de la semana pasada y la comunicación al gobierno norteamericano de la disposición de la Argentina a colaborar en lucha contra el terrorismo internacional, “no hemos recibido ningún tipo de requerimientos para participar de acciones militares y tampoco de cooperación”. De todas maneras, Jaunarena insistió en la necesidad de mejorar “la articulación de los sistemas de inteligencia en el orden interior y exterior”. Esto provocó la reacción de los senadores Leopoldo Moreau (UCR) y los justicialistas Carlos Corach y Jorge Villaverde, quienes le pidieran precisiones al respecto: “Esto no significa que querramos involucrar a las Fuerzas Armadas en tareas de inteligencia interior”, agregó entonces Jaunarena.
De todas formas, y como para que no quedaran dudas, durante la conferencia de prensa posterior, Corach se preocupó en enfatizar este concepto. “Las Fuerzas Armadas no hacen inteligencia interior y no hay ningún proyecto en que está involucrado el gobierno en ese sentido”, dijo.
Más allá de los argumentos del ministro, para el senador justicialista Villaverde todavía hay motivos suficientes como para prevenir un posible cambio de opinión en el gobierno. El bonaerense mantiene firme la esperanza de que la semana próxima se apruebe –tal como se lo prometieron peronistas y radicales– un proyecto de su autoría, que incorpora una modificación a la ley de Superpoderes. Es sólo un párrafo en el que se prohíbe expresamente utilizar las facultades delegadas para modificar las leyes de Defensa Nacional, de Seguridad Interior, o la competencia, misión y funciones de las Fuerzas Armadas o de Seguridad. “De esta manera evitamos cualquier decreto presidencial se ampare en estanorma para modificar las leyes y así no evitamos una sorpresa desagradable”, indicó a Página/12.
Para algunos justicialistas que participaron de la reunión, la primigenia posición oficial se modificó por una simple y sencilla razón: las elecciones de octubre. “Es muy claro lo que ocurre, no hay misterios. Cambiaron por conveniencia electoral, sobre todo después de que leyeron las encuestas que dicen que el 70 por ciento de la gente rechaza la participación de militares argentinos en las represalias a los atentados. Por eso aflojaron, no hay otro motivo”, señaló a este diario un senador del PJ.
“Lo vi distinto, lo vi light”, aseguró por su parte un senador oficialista tras el encuentro con el ministro. Para los radicales, el origen de la flexibilización de la posición de Jaunarena está en el “error estratégico” que cometió cuando salió a exponer sus ideas “bélicas” antes de tiempo. “Era preferible una posición más cauta como la del canciller (Adalberto Rodríguez Giavarini)”, sostuvieron los radicales que se resisten a ver una razón electoral en el cambio.

 

Cancilleres y TIAR

La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó a una reunión de cancilleres de todos los países miembros de esa agrupación e invocó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que establece que la agresión a un país que firmó ese pacto obliga a los otros firmantes a apoyarlo, en relación con los atentados del martes 11 contra las Torres Gemelas y el Pentágono. “Al invocar al Tratado, reconocemos y enviamos un fuerte mensaje a los terroristas, sobre que en nuestro hemisferio democrático un ataque contra uno es un ataque contra todos”, dijo el embajador estadounidense ante la OEA, Roger Noriega. Sin embargo, no todos los países que integran la OEA firmaron el TIAR, aunque uno de ellos, Canadá, en tanto miembro de la OTAN, está dispuesto a acompañar un despliegue militar de Estados Unidos. La reunión de los cancilleres de la OEA en Washington será “para considerar la amenaza a la seguridad hemisférica que representa el terrorismo internacional”, según una resolución del organismo. En tanto, también se reunirán los cancilleres de los países que adhirieron al TIAR “para acordar las medidas que deban ser tomadas para la defensa común y para el mantenimiento de la paz y de la seguridad en el continente” La aplicación del TIAR para el caso de los atentados del martes fue solicitado por Brasil, con el apoyo de Argentina y de otros 14 países.

 

Mugnolo, con la idea fija

El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Juan Carlos Mugnolo, aseguró ayer que, en caso de que los Estados Unidos lo requieran, los militares argentinos “están en condiciones operativas” de participar en alguna acción bélica contra el terrorismo internacional. Destacó que una de las cualidades de los 18 mil uniformados que participaron en las diferentes operaciones de paz es “la posibilidad de comunicarse en inglés” con las tropas norteamericanas.
Mugnolo reconoció que a pesar de dicha “capacidad” todavía no recibió ningún pedido en concreto por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Sin embargo, el militar, quien realizó estas declaraciones al programa “Otra Cosa” de radio Splendid, advirtió que tras los atentados de la semana pasada, es necesario que tanto los gobiernos como los uniformados deben prepararse para “esta nueva guerra”.
“Las naciones –insistió Mugnolo– deben desarrollar sus sistemas de inteligencia, para tener asesorados a los líderes políticos a fin de que se adopten las resoluciones más adecuadas para el caso. Hay un terrorismo internacional que requiere de una inteligencia estratégica, que es agresiva y permite evitar la acción del enemigo. Pero también hay un terrorismo doméstico, que normalmente es atendido por las agencias de nivel táctico, como es el caso de las fuerzas de seguridad”, aclaró.

 

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