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DE LA RUA LE PIDIO A CAVALLO QUE SE CALLE LA BOCA
Malhumor en la Casa Rosada

El ministro había vaticinado que �la Alianza va a perder; ha demostrado que no sabe gobernar�. En una reunión reservada el Presidente lo reprendió. Duras reacciones desde la Alianza.

Cavallo profetizó que la Alianza iba
a perder las elecciones de octubre, �porque no sabe gobernar�.

Por Santiago Rodríguez

En la Casa Rosada se notaba ayer el malhumor. El motivo no era otro que el pronóstico público de Domingo Cavallo de que “la Alianza probablemente pierda las elecciones porque ha demostrado no ser capaz de gobernar”. “Hay que decirle que se calle”, reaccionó Fernando de la Rúa frente a las declaraciones de su ministro de Economía y anoche mismo se encargó de impartirle esa orden. Si ésa fue la reacción del Presidente, de más está decir que desde las filas del radicalismo y del Frepaso surgió una andanada de réplicas contra Cavallo, a quien se llegó a calificar de “talibán del mercado”.
Más que el augurio de la derrota en octubre, lo que irritó sobremanera a De la Rúa y el resto de los funcionarios radicales fue la razón que Cavallo invocó para anticipar la derrota aliancista en las urnas. El ministro de Economía le puso nombre y apellido a su virulencia al mencionar a Rodolfo Terragno, Federico Storani y Carlos “Chacho” Alvarez como “los que fueron votados para gobernar y se fueron”. Hasta ahí todo previsible, pero se pasó de la raya cuando dijo que la Alianza “ha demostrado no ser capaz de gobernar”. En ese análisis no se salvan los radicales que permanecen en el Gobierno, empezando por el Presidente.
Dos veces estuvo ayer Cavallo en el despacho de De la Rúa y allí recibió la orden de callarse la boca, aunque en la Casa Rosada nadie se arriesgó a dar por cerrado el asunto. El margen de duda tiene una razón de ser: De la Rúa no tiene –según dejaron claro hombres de su confianza– la más mínima intención de echar al titular de Hacienda por lo que dijo, pero le resultaría difícil mantenerlo a su lado si insiste con declaraciones de estilo. Y hay más de uno que no descarta que así sea porque especula que “frente a su fracaso en la solución de la crisis económica y su pérdida de prestigio interno y externo Cavallo podría empezar a buscar el modo de desvincularse del Gobierno”.
Los que rodean al ministro de Economía niegan que ese sea el objetivo y sostienen que lo que exaspera a su jefe son “los radicales opositores”. “Mingo maneja los códigos del peronismo en cuanto a que hay que ser leales al jefe y cerrar filas detrás suyo y se pone loco cuando ve que le tiran a él y al Presidente”, argumentan y –con el mismo toque de dramatismo al que suele apelar el mismo Cavallo– agregan: “Vino (al Gobierno) porque lo llamaron, se juega la vida y encima se tiene que bancar a esos tipos”.
No hay dudas de que uno de “esos tipos” es Storani, quien salió al cruce de Cavallo y lo calificó como un “talibán del mercado”. “Cada vez que advierte que está fracasando, y está claro que ya ha fracasado, trata de transferir su responsabilidad a otros; me hace acordar al Cavallo desequilibrado cuando fue derrotado por (Aníbal) Ibarra y lo acusó de tramposo e impotente”, señaló Storani a Página/12. También marcó que el ministro “hace bien en elegirnos como sus adversarios porque ni aún cuando tenía el 70 por ciento de popularidad creíamos en lo que decía porque fue en buena medida el padre del modelo que hoy padecemos”.
El “tramposo e impotente”, como efectivamente Cavallo lo calificó al perder el año pasado las elecciones a jefe de Gobierno porteño, tampoco dejó pasar sus declaraciones. “Habría que ver de qué Alianza habla: si es la que votó la gente o la que él integra ahora en el Gobierno”, sostuvo Ibarra –quien apostó fuerte a la lista aliancista en la ciudad– y vaticinó que la “gente en cada distrito sabrá si sus gobernantes han hecho una buena tarea y resolverá su voto en función de ello”. “Llegó como el salvador y ahora tenemos que evitar que se convierta en el enterrador”, ironizó Terragno, aludido directamente por Cavallo. El candidato a senador porteño por la Alianza atribuyó los dichos del ministro a que “ha fracasado” y destacó que “iba a reactivar la economía, crear empleo, resolver el déficit, manejar la deuda y bajar el riesgo-paísy en seis meses hay más recesión, más desempleo, nos quedamos sin crédito y el riesgo-país pasó de 800 a 1600 puntos”.
El gobernador chaqueño, Angel Rozas, también recurrió a la ironía como réplica: “Con la ayuda que nos está dando Cavallo no tengo dudas de que la Alianza va a perder las elecciones.”

 


 

BAUZA AUGURA UNA POSIBLE DERROTA DEL GOBIERNO
“Nueva alianza” en la agenda

Cuando el debate sobre la posibilidad de formar un gobierno de unidad nacional comenzaba a acallarse, Eduardo Bauzá habló ayer de la necesidad de armar una “nueva alianza” tras los comicios de octubre. “Si se dan las cifras que marcan las encuestas habrá que sentarse a replantear muchas cosas y a reconstruir un consenso firme donde estén todos comprometidos”, dijo el senador justicialista.
Bauzá no eligió cualquier escenario para volver sobre el tema: habló en la puerta de la sede de la Unión Industrial, a donde desembarcó como secretario nacional del PJ para entregar la plataforma electoral suscrita por legisladores y gobernadores del partido diez días atrás.
La idea de un gobierno de unidad, que luego se devaluó a un “acuerdo nacional”, ya había generado un duro cruce entre el presidente Fernando De la Rúa –y algunos de sus funcionarios– con el titular de la UCR, Raúl Alfonsín, y los justicialistas Carlos Ruckauf y Eduardo Duhalde. Por esos días el vocero presidencial Juan Pablo Baylac llegó a hablar de un “pacto de Buenos Aires” para desplazar al Gobierno.
Puertas adentro, Bauzá no habló de un gobierno de unidad sino de un “paquete de diez puntos” que el PJ llevará a De la Rúa luego de consensuarlo con distintos actores sociales. Los industriales (rurales y constructores) y los sindicalistas (de la dos CGT) que estuvieron presentes coincidieron en que el modelo “está agotado” e insistieron en avanzar con un tema espinoso: la salida de la paridad cambiaria. El documento del PJ, llamado “Compromiso: Argentina 2001”, dice justamente lo contrario. Es decir, no tocar la convertibilidad.
Por eso Bauzá, flanqueado por el titular del bloque del PJ, José Luis Gioja, pidió un cuarto intermedio para seguir debatiendo la próxima semana no sólo el conflictivo tema sino también el resto del paquete -reactivación industrial, rebaja del IVA, protección de productos Mercosur, entre otros– en el que hay un ítem que nadie discute: la reprogramación de la deuda externa.

 

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