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LOS GOBERNADORES NO RECLAMAN SU SALIDA, PERO NO CREEN QUE DURE
Para el interior, Cavallo ya fue

La armonía reinó en la reunión de mandatarios en la que se reorganizó el CFI. El acuerdo principal es que la etapa Cavallo está próxima a su fin y ya no le temen a sus amenazas de recorte. Plantean un bono interprovincial, el Libertador, para financiar sus déficit.

Angel Rozas, Eduardo Fellner y Carlos Ruckauf, gobernadores de Chaco, Jujuy
y Buenos Aires.

Por Raúl Dellatorre

El gobernador del Chaco, Angel Rozas, negó “categóricamente” a la salida de la Casa Rosada que los mandatarios provinciales hubieran acordado pedirle al gobierno nacional el desplazamiento de Domingo Cavallo. Otros mandatarios, de origen justicialista, certificaron ante Página/12 que el tema ni siquiera se trató durante el encuentro del mediodía en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). Sin embargo, admitieron que la apreciación común entre los gobernadores de distinto signo es que “la etapa de Cavallo está acabada, hoy está haciendo más para que lo echen que para quedarse” y que, en ese marco, no les preocupan demasiado las amenazas de recorte a los fondos de la coparticipación que periódicamente formula el mediterráneo. “El ministro no está en condiciones políticas de aplicarlo, ni la situación social da para que lo haga, porque se incendia el país”, definió otro mandatario de buen diálogo con las autoridades del Ejecutivo. Los gobernadores adoptaron otra decisión que le da la espalda a Cavallo: acordaron la emisión de un bono interprovincial, el Libertador, que sustituiría y desplazaría, en la práctica, al Lecop propuesto por Economía.
El clima del encuentro entre los gobernadores, que contó con asistencia perfecta, fue cordial como pocas veces. Después de diez años, lograron normalizar la conducción del CFI –Adolfo Rodríguez Saá fue designado titular– con acuerdo de todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Y coincidieron en una serie de propuestas que impulsarán para afrontar los temas de sus déficit y endeudamiento. Entre ellas, el más trascendente es la creación de un bono federal que denominarán “Libertador”, que reemplazará a los distintos títulos que ya circulan en diferentes provincias. El monto de emisión previsto varía según el interlocutor: Rodríguez Saá habló de 1000 millones de pesos, otros gobernadores señalaron una cifra que oscilaría entre 2000 y 3000 millones. Los más prudentes refieren que, en cualquier caso, el mecanismo se pondrá a prueba con una emisión “piloto” que apenas alcanzaría a unas decenas de millones. La propuesta del bono federal fue enfáticamente defendida por Carlos Ruckauf, que ofreció los patacones como instrumento de empalme o transición hacia la nueva moneda provincial. Los mandatarios se quejaron de la escasa predisposición del gobierno nacional para poner en marcha el Lecop, bono que prometía prestar la asistencia crediticia requerida por las provincias, pero que a dos meses de anunciado aún no se inició siquiera su impresión.
A futuro, no menos ambiciosa es la pretensión de negociar “mano a mano” con los organismos internacionales la refinanciación de las deudas provinciales. Cabalgando sobre esa estrategia, se irá delineando la idea de emitir un título de deuda a 30 años que resuma los compromisos del conjunto de distritos. Finalmente, se acordó trabajar en un proyecto común de nueva ley de coparticipación federal.
Algunos gobernadores, particularmente los justicialistas de provincias chicas, conciben la constitución de la nueva conducción del CFI como “un nuevo polo de poder, un gobierno de las provincias, que viene a ocupar un espacio y una temática en la cual el gobierno nacional ni siquiera está pensando”, según definió un representante de ese sector. “El presidente de la Nación no reconoce su poder en las provincias, pero lo peor es que Cavallo prácticamente las odia: intentó compensar su desprestigio en el exterior mostrándose como una víctima de gobiernos provinciales impresentables, que gastan de más, que desvían fondos, y utilizó este argumento para asfixiarnos”, sentenció el hombre del interior.
Sin embargo, estiman que ya no habrá chances para aplicar un nuevo recorte –Economía mencionó 900 millones de pesos en el Memorando elevado al FMI– en las partidas que corresponden a las provincias por coparticipación de impuestos. Los gobernadores ven a Cavallo con un poder político muy recortado y en retirada. No es sólo un enfrentamiento con losjusticialistas. “Los radicales son los que se pintaron más la cara”, afirman los opositores. Y es que el Palacio de Hacienda no ha discriminado al repartir perjuicios. Por eso, unos y otros comparten el diagnóstico de cuáles son los límites políticos y sociales en las provincias: “para que no se incendie el país, es imprescindible recibir los 1364 millones de coparticipación ya comprometidos todos los meses y coparticipar el impuesto a las transacciones financieras; pero con eso sólo logramos mantenernos, porque para arrancar se necesita, además, implementar un fondo de desempleo, un plan de obras públicas y reestructurar las deudas provinciales, como mínimo”, repiten desde distintas latitudes y desde abajo de distintas banderas políticas.

 

Reunión de mediterráneos

Antes de participar en la reunión de los gobernadores, José Manuel de la Sota fue a verlo a Domingo Cavallo al ministerio de Economía. Entre ambos viene creciendo una relación política que podría llegar a juntarlos en algún momento. La entrevista de ayer se extendió por algo más de una hora, durante la cual el gobernador cordobés explicó cómo es la situación fiscal de la provincia, y planteó su preocupación por los perjuicios que ocasiona en la recaudación y en el empleo la grave crisis de la industria automotriz. De la Sota enfatizó que la crisis económica es “muy dura” y que el Gobierno “no tiene un plan”, pero rescató la figura de Cavallo, de quien dijo que “hace muchos esfuerzos” pero “no se siente acompañado” por el resto del gabinete. En tanto, por la noche Cavallo se refirió a la relación entre la Nación y las provincias. Sostuvo que “todo lo que tenemos que transferirles lo estamos haciendo, pero no les vamos a girar dinero que no tenemos”. Y en cuanto a la nueva moneda que proponen los gobernadores, señaló que “servirá o no dependiendo de la prudencia con que la administren”.

 

Presupuesto que ofende

El proyecto de Presupuesto que el Poder Ejecutivo envió al Congreso “ofende el respeto entre los poderes del Estado”, se quejó ayer el diputado justicialista Oscar Lamberto. El bloque de diputados de esa fuerza anunció que impulsará la devolución del proyecto al Gobierno, sin siquiera tratarlo, porque “no se ajusta a derecho”. Los diputados Miguel Angel Pichetto, Jorge Matzkin, Graciela Caamaño, Lelia Chaya y Eduardo Di Cola dieron una conferencia de prensa para exponer la dura posición de la principal bancada opositora. En realidad, no sólo los justicialistas se sorprendieron con el proyecto, ya que carece de toda asignación de gastos y se limita a vagas proyecciones generales, como que la economía crecerá 6 por ciento. “Es un Presupuesto que no trae nada”, resumió Lamberto, al reclamar que el Gobierno envié una nueva propuesta.

 

CAVALLO ES EL CENTRO DE LAS CRITICAS BRASILEÑAS
“No entendemos qué quiere”

Por Claudio Scaletta

Los ánimos de los diplomáticos brasileños contra Domingo Cavallo siguen exaltados. El ministro especial para el Mercosur, José Botafogo Gonçalves, volvió ayer a la carga contra la pretensión del ministro argentino de establecer mecanismos que compensen la devaluación del real, moneda que ayer se depreció nuevamente hasta los 0,37 centavos de dólar. “Vamos a hablar claramente: que la economía más grande se adapte a la política monetaria de la economía más chica me parece que no es una propuesta muy razonable”, consideró. En tanto, una fuente de la embajada de Brasil en Buenos Aires señaló a este diario que existen fluidas relaciones con la Cancillería local, “el cortocircuito es con Economía, que se comporta como los aviones que impactaron en las Torres Gemelas”, disparó.
“Nosotros llegamos a la conclusión de que el tipo de cambio flotante es la mejor solución para Brasil”, señaló Botafogo. “Hay muchos otros países que tienen cambio flotante, en el Nafta cada uno tiene su moneda, tiene su cambio distinto. Entonces, este argumento de que dos políticas de cambio en una misma zona no funcionan, no es verdad”, explicó.
Cavallo había afirmado la semana pasada que el Mercosur marchaba hacia una ruptura si Brasil no replantea su régimen cambiario. El ministro argentino es afecto a sugerir su propia receta cualquiera sea el país de que se trate, lo hizo en Ecuador, luego en Rusia en 1998 y ahora lo hace con Brasil. Según Cavallo, la persistente devaluación del real, a la que llegó a tildar de “robo”, afecta seriamente la competitividad de las exportaciones argentinas debilitando la relación intra Mercosur.
La Unión Aduanera ha entrado en una crisis profunda, muy visible porque las partes hacen poco por ocultar las fricciones. Y si las economías de la región atravesaban dificultades, estas se han profundizado a partir del 11 de septiembre. Por ello, la creciente debilidad del real no parece responder a una estrategia deliberada del ministro de Hacienda, Pedro Malán. Además, el nuevo contexto internacional supone que los problemas que no se resolvieron con anterioridad difícilmente puedan resolverse en las nuevas circunstancias, más cuando los objetivos actuales parecen más ligados a los acuerdos con Estados Unidos que a los modelos monetarios internos.
Desde Brasil, en tanto, rechazan que el tipo de cambio afecte la competitividad de las exportaciones argentinas. Como argumento principal destacan que la balanza comercial entre ambos países será este año superavitaria para Argentina en más de 1000 millones de dólares. En paralelo, fuentes de la Embajada de Brasil indicaron a Página/12 que tienen una excelente relación con la Cancillería argentina. “La relación entre (Adalberto Rodríguez) Giavarini y (Celso) Lafer es excelente, el cortocircuito es con Economía”, destacaron. Precisamente esta falta de un interlocutor claro fue el reclamo de Botafogo Gonçalves.
“No entendemos que quiere Cavallo”, refexionó la fuente diplomática brasileña. “Todos los países tienen cambio flotante, solamente Argentina lo tiene fijo. Si quiere destruir el Mercosur e ir a un acuerdo de libre comercio, podemos empezar con los autos. El resultado será que ya no entrará un sólo vehículo argentino, porque podremos importarlos de otro lado más baratos”, sostuvo. “Fue Cavallo quien firmó los acuerdos de Ouro Preto y (la actual secretaria de Comercio Exterior) Débora Giorgi quien firmó el acuerdo automotor. Ahora no pueden comportarse como los aviones que golpearon en Estados Unidos”, graficó. Hay que entender que “la reacción de Brasil es la natural en un socio que se siente golpeado”.
Sobre la pretensión de Cavallo de negociar directamente con Estados Unidos, el diplomático se preguntó “¿Que piensan venderle? ¿Autos, trigo? Si cada vez que le exportan algo les meten un antidumping, como pasó con la miel y el acero”, describió. “Además seguramente les exigirían que cumplan con las leyes de propiedad intelectual, lo que sería el fin de los laboratorios argentinos”, concluyó.

 

OPINION
Por M. América González *

El día del jubilado

El siglo XX consolidó sistemas sociales donde los trabajadores podían vivir “seguros” frente a los riesgos de vejez, invalidez o muerte. Producidas estas contingencias, los sistemas sociales protegían al trabajador y a su familia con una compensación económica que reemplazaba al salario perdido. Los avances en materia de bienestar hicieron posible ampliar la cobertura a otras contingencias, como las cargas de familia o el desempleo, dando origen al sistema de “seguridad social”.
Cabe preguntarse hoy, ¿qué ha sucedido para que los beneficiarios actuales tengan tantas incertidumbres, se les restrinjan sus derechos y hasta llegue a recortarse sus haberes? No ha existido aún un verdadero debate social sobre si queremos seguir manteniendo un sistema de “seguridades” para los trabajadores y sus familias o si, en cambio, queremos un modelo social de individuos aislados de toda protección que asumen su propia suerte. Es decir, el reino del individualismo en detrimento del compromiso intergeneracional.
Los cambios en la legislación vigente no han hecho más que cercenar beneficios, restringir derechos, dejar fuera del sistema a un gran número de personas y, en definitiva, retroceder en los niveles en protección social. En el convencimiento que, sin la planificación pública de un sistema de seguridad social, la seguridad social desaparece, debemos impedir cualquier intento de disolución, aniquilación o eliminación de los derechos sociales reconocidos en nuestra Carta Magna.
Hoy la crisis se acentúa en la contingencia del desempleo, pero ello no significa que deba descuidarse las jubilaciones y pensiones. Por el contrario, su efecto distribuidor hace necesario que, hoy más que nunca, los beneficios se paguen en tiempo y forma. Debemos resistir a toda vulneración de derechos, llámese aumento de la edad jubilatoria de la mujer, baja de la prestación básica universal, topes, recortes, dilación en los pagos, retraso en el pago de sentencias, ya que cada restricción genera miseria, dolor y muerte.
Hay alternativas económicas válidas que permiten evitar medidas arbitrarias e inconstitucionales como los recortes vigentes, que sólo provocan más gastos al Estado. Debemos procurar que la decisión política sea en beneficio del pueblo y no de los mercados. El día del jubilado son todos y cada uno de los días del año, pero hoy más que nunca ratificamos nuestra disciplina única, que es el compromiso de cumplir y hacer cumplir sus derechos adquiridos.

* Presidenta de la Comisión de Previsión de la Cámara de Diputados.

 

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