Ya el viernes pasado el Gobierno
se esforzaba por anunciar que la llamada de George W. Bush era inminente.
En 48 horas, decían. Al final, se demoró un
poco y recién ayer cinco o seis días después
se produjo la ansiada comunicación. Diez minutos antes de las nueve
de la mañana sonó el teléfono de Presidencia. Y sí:
era Bush. Según explicó después Fernando de la Rúa,
el líder norteamericano agradeció vivamente
la decisión de participar sin titubeos de una fuerza multinacional
antiterrorismo, aunque no mencionó en ningún momento la
posibilidad de que la Argentina colabore enviando tropas.
Fue el contacto De la Rúa-Bush aguardado desde el martes pasado,
cuando sucedió la dramática secuencia de atentados en Estados
Unidos. Y la primera comunicación entre el presidente argentino
y un líder de una potencia mundial luego de la masacre. Hasta ayer,
los contactos del gobierno argentino se habían limitado a las conversaciones
con mandatarios de la región. El jueves de la semana pasada, De
la Rúa tuvo una primera comunicación con el chileno Ricardo
Lagos, al día siguiente con el brasileño Fernando Henrique
Cardoso y después con otros presidentes latinoamericanos. En todos
los casos, De la Rúa avanzó en las negociaciones para resucitar
el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y poner
en marcha los mecanismos de la OEA, cuestión de darle un apoyo
regional a la ofensiva liderada por los Estados Unidos.
Como el protagonismo de la Argentina que desde el principio buscó
consolidarse como el principal aliado estratégico de los Estados
Unidos en el hemisferio fue central, el Gobierno esperaba ansioso
un gesto por parte de Bush. Se produjo ayer.
Fue una conversación cordial. Nos saludamos como amigos,
y se expresó, desde luego, el dolor y su enojo frente a la tragedia
ocurrida. Dolor y enojo que yo comparto. Le renovamos las expresiones
de solidaridad frente a este dolor sufrido por el pueblo de Estados Unidos.
Me lo agradeció vivamente y transmitió sus saludos para
todos los argentinos, comentó De la Rúa.
Uno de los temas claves era la posibilidad de que la Argentina participe
de la coalición internacional enviando tropas. Aunque al principio
no descartaron la hipótesis, últimamente los funcionarios
del Gobierno prefirieron bajar el tono inicial subrayando el hecho de
que, hasta ahora, no hubo un reclamo en este sentido por parte de los
Estados Unidos. Ayer tampoco sucedió. No hubo ningún
pedido especial, ninguna cosa que pueda significar una noticia o una información
útil, explicó De la Rúa cuando le preguntaron
si charló con Bush sobre el tema.
No se habló de un eventual pedido de envío de tropas
argentinas, insistió Baylac. Y agregó que Bush está
muy contento por la tarea común que llevan adelante los países
para intercambiar información para prevenir el terrorismo. Fue
una conversación muy importante, concluyó el vocero.
Finalmente, De la Rúa explicó que Bush se interesó
también por la marcha de nuestra economía. No es un
dato menor: antes de los atentados, cuando la crisis financiera argentina
se había convertido en un tema importante dentro de la agenda internacional,
el Gobierno buscaba desesperado un gesto de apoyo explícito por
parte de la administración norteamericana. Hubo dudas, luego una
carta firmada por Bush y finalmente un contacto telefónico. Fue
una señal política en el sentido de que la Casa Blanca había
decidido asumir una postura activa, que luego tuvo su correlato concreto:
la opinión de Estados Unidos fue clave para que el FMI desembolsara
la ayuda financiera.
Más tarde, en la Rosada festejaban la conversación como
un gran acontecimiento. Ante una pregunta de este diario, sin embargo,
un vocero oficial no quiso precisar cuánto había durado,
y le restaba importancia a la demora. También al hecho de que se
produjo dos días después de la llamada de Bush a Cardoso.
Lo importante es que se dio, explicaban.
Flores, el decepcionado
El ex secretario de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental,
Rafael Flores, sostuvo que la decisión del presidente Fernando
de la Rúa de separarlo de cargo fue producto de operaciones
de personajes que merodean la Casa Rosada que tratan de mostrar
al jefe de Estado como un hombre con autoridad y que, por
cosas como ésa, la Alianza gobernante se está
deshilachando. Flores, quien debió renunciar a su cargo
por tener una postura diferente a la que muestra el Gobierno ante
la respuesta bélica a los atentados terroristas que prepara
Estados Unidos, remarcó que fue muy distinta la actitud de
los allegados al Presidente frente a la dureza del ministro
Domingo Cavallo, quien dijo que la Alianza perderá las elecciones
por culpa de De la Rúa, porque no es capaz de gobernar.
En lugar de pedir renuncias en ese caso, todo el mundo miró
para otro lado, resaltó Flores, quien volvió
a ocupar su banca de diputado en donde tiene mandato hasta diciembre.
El ex funcionario agregó que me voy decepcionado, además,
porque desde el Gobierno se empezó a instalar una suerte
de tergiversación de las cosas, que pretendía fijar
mi postura como si yo estuviera justificando los atentados contra
Estados Unidos, lo que es un verdadero disparate. Y concluyó
opinando que la Alianza se está deshilachando y el
Frepaso tiene una situación de crisis que no se puede negar,
pero está buscando una salida.
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MESTRE
Y LOS JEFES DE SEGURIDAD
Frontera caliente
Para controlar
la seguridad (de la triple frontera) funciona el comando tripartito compuesto
por Paraguay, Argentina y Brasil, respondió ayer el ministro
del Interior, Ramón Mestre, cuando, en Posadas, en un acto en el
que entregó créditos para 12 municipios por 5 millones,
se le preguntó si había que militarizar la zona por la supuesta
presencia de grupos fundamentalistas.
Franqueado por los jefes de la Policía Federal, comisario Rubén
Santos y de la Prefectura, Juan José Beltritti, el ministro señaló
que en la triple frontera hay un perfecto control de las fuerzas
de seguridad. Acerca de las informaciones sobre la presencia de
fundamentalistas árabes en Ciudad del Este y Foz de Iguazú,
la minimizó recordando que eso se ha conocido desde hace
tiempo.
A pesar de que Mestre se mostró públicamente proclive en
no militarizar la región, horas antes el comandante de Gendarmería,
Hugo Miranda -también en Misiones, relativizó sus
dichos al afirmar que la participación de los gendarmes en las
tareas de control viene incrementándose. En este momento el total
de efectivos destacados a la zona suman unos mil setecientos efectivos.
Incluso Miranda señaló que antes de fin de año, podrían
sumarse unos mil doscientos gendarmes más.
El titular de la Gendarmería precisó que no sólo
su fuerza viene aumentando su compromiso en la triple frontera, sino que
también es acompañada por otros organismos del estado.
Al contrario de Mestre, Miranda no minimizó la presencia de grupos
fundamentalistas en la triple frontera. Hay algunas manifestaciones,
en algunos momentos concretos. Claro que a la hora de precisar a
quienes se refería, se refugió en el secreto, ya que dijo
que se están llevando adelante investigaciones para identificar
a esos grupos que se investigan desde 1992.
Al federalismo no sólo hay que mencionarlo sino practicarlo,
dijo el ministro del Interior al explicar los motivos por los que la próxima
semana volverá a Posadas. En esta ocasión será para
participar de la reunión del Consejo de Seguridad Interior. Para
que no queden dudas, minimizó la posibilidad de aumentar el presupuesto
destinado al área.
EN
LA OEA HOY REVIVIRAN AL TIAR Y AL COMITE CONTRA EL TERRORISMO
Aquel invento de Carlos Vladimiro
Los países
americanos darán hoy un fuerte respaldo político a Estados
Unidos, pero no se comprometerán con ninguna acción militar
en represalia por los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono.
Esa era al menos la idea que primaba anoche, al cierre de esta edición,
en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde
cancilleres de todos los países del continente buscaban consensuar
una propuesta que casi con seguridad sí contemplará la cooperación
policial, como el intercambio de información e inteligencia para
poder detectar las redes terroristas y prevenir futuros ataques. El ministro
de Relaciones Exteriores, Adalberto Rodríguez Giavarini, aprovechó
su presencia en Washington para participar de ese encuentro y se reunió
ayer con la asesora de Seguridad Nacional estadounidense, Condoleezza
Rice, a quien le transmitió la solidaridad argentina frente a los
atentados en Nueva York y Washington.
El edificio de la OEA será sede hoy de dos reuniones que convocaron
de urgencia anteayer los mismos embajadores acreditados ante esa organización
continental: por un lado se juntarán todos los cancilleres americanos
para considerar la amenaza a la seguridad hemisférica que
representa el terrorismo internacional y por otro los ministros
de los 22 países signatarios del Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR).
La primera de las reuniones promete ser más sencilla que la segunda
porque dada su naturaleza será el ámbito de discusión
de una declaración de tono político, que no genera mayores
divergencias. La otra, en cambio, atañe a la seguridad ya
que el TIAR es un pacto militar de 1947 que establece que la agresión
a cualquiera de los países firmantes obliga al resto a apoyarlo
y en ese punto no todos están de acuerdo.
La aplicación del TIAR para el caso de los atentados contra las
Torres Gemelas y el Pentágono fue solicitada por Brasil, con el
apoyo de Argentina y otros 14 países, y recibida con agrado por
los Estados Unidos, que aclaró que por ahora no está
pidiendo apoyo militar pero considera al tratado como un factor
de presión que puede resultarle de utilidad en el futuro. La cuestión
es que no todos los miembros de la OEA son signatarios del TIAR tal
el caso de Canadá y otros 11 países del Caribe- y entre
los que sí lo son hay varios que pusieron reparos a su implementación.
En ese lote sobresalen México, Uruguay y Venezuela, que consideran
al TIAR como un tratado obsoleto de la época de la Guerra Fría.
De hecho, Estados Unidos durante la Guerra de Malvinas ignoró el
acuerdo y apoyó abiertamente al Reino Unido en lugar de a la Argentina.
Aquellos países que tienen menos entusiasmo por un organismo
que muchas veces no funcionó cuando fue necesario no quieren presentar
un obstáculo, adelantó, de todos modos, el canciller
peruano Diego García Zayán, lo cual da la pauta de que en
alguna medida el TIAR será activado.
Más que en la aplicación del TIAR que la Argentina
ha denunciado en varias oportunidades, Rodríguez Giavarini
hará hincapié en la puesta en marcha del Comité Interamericano
de Lucha contra el Terrorismo. El TIAR sirve para algunas cosas
y para otras no. Canadá, por ejemplo, no está entre los
firmantes y trabajó mucho con la Argentina en favor de reestablecer
la democracia en Perú, explicó a Página/12
un diplomático que acompaña al canciller en Washington.
La propuesta de Rodríguez Giavarini no desentona con el consenso
que primaba entre los cancilleres sobre la necesidad de coordinar las
tareas policiales y de inteligencia e impulsar el intercambio de información
y la cooperación para prevenir atentados. La OEA aprobó
la creación del comité antiterrorista en 1998 por iniciativa
del ex ministro del Interior menemista Carlos Corach, cuya intención
era volcar a las fuerzas armadas a la lucha contra el terrorismo y el
narcotráfico.
Además de participar en los preparativos de la reunión con
varios de sus colegas y con el titular de la OEA, César Gaviria,
Rodríguez Giavarini la transmitió la solidaridad argentina
a Rice. Ambos estuvieron reunidos una hora en la Casa Blanca y la funcionaria
norteamericana agradeció la posición de Argentina con calificativos
de país aliado y amigo.
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