Paul ONeill, secretario
del Tesoro de Estados Unidos, y Horst Köhler, director gerente del
FMI, hablaron ayer de la Argentina. Y este hecho de por sí ya es
una noticia, si se tiene en cuenta que en el escenario mundial de los
últimos diez días sólo existió el atentado
a las Torres Gemelas. Pero ONeill y Köhler quebraron la regla.
El primero, frente a senadores de su país, reveló que sigo
de cerca el caso argentino. Y dijo que era posible alguna
acción (de apoyo) adicional, aunque aclaró que la
Argentina ya no forma parte de las prioridades de la Casa Blanca. Köhler,
por su parte, consideró que el ataque a Estados Unidos incrementó
los problemas argentinos, pese a lo cual no es imposible que salga
de la crisis. Las declaraciones de ONeill y Köhler se
produjeron en otro día complicado para los mercados internacionales.
Arrastrado por Wall Street y las principales Bolsas europeas, el índice
de acciones líderes MerVal cayó 4,1 por ciento, acumulando
15,7 por ciento desde que ocurrió el atentado. En Nueva York, el
Dow Jones perdió 4,4 por ciento y el Nasdaq, el 3,7. En Europa,
la peor caída fue el 5,1 por ciento de Francfort. Con esta baja,
el MerVal cerró en 242,2 puntos, el peor nivel desde abril de 1991.
Si bien ONeill concurrió al Congreso estadounidense para
evaluar el impacto del atentado en la economía de su país,
un senador le preguntó directamente sobre la situación en
la Argentina. El secretario del Tesoro dio dos precisiones en su respuesta,
que no sorprendieron ni a los financistas ni al Gobierno argentino. Por
un lado, ONeill habló de una ayuda adicional,
en alusión según se interpretó en la city
a las gestiones para conseguir fondos con los cuales garantizar nuevas
emisiones de deuda o bien para rescatar bonos ya emitidos. Por ahora,
sólo figura la promesa de 3000 millones del FMI. Con el objetivo
de encontrar los respaldos de los gobiernos centrales y ampliar ese monto,
en el mercado especulan que será hasta los 10.000 millones, Daniel
Marx se encuentra en Bruselas y mañana viajará a Estados
Unidos. Por otro lado, ONeill repitió su idea de crear un
foro internacional donde debatir los casos de los países que caen
en cesación de pagos. Y apuntó que ese proyecto ya lo debatió
con Köhler.
A propósito del número uno del Fondo, ayer señaló
que con el Déficit Cero los argentinos pueden demostrar que
son capaces de atacar el problema central: la sustentabilidad fiscal.
Pese a dejar trascender su preocupación por el impacto negativo
que la recesión mundial tendrá sobre la delicada economía
argentina, el directivo del FMI aseguró que el país no
está solo. Ni las declaraciones de ONeill ni las de
Köhler sirvieron de estímulo a los inversores de la plaza
porteña, que acentuó la tendencia negativa al ritmo de lo
que sucedía en Nueva York.
Precisamente, Wall Street se desbarrancó cuando los operadores
se enteraron de las manifestaciones de Alan Greenspan en el Capitolio.
El jefe de la Reserva Federal dijo que los atentados golpearán
a la economía estadounidense en el corto plazo. De hecho,
parte de la actividad se paralizó la semana pasada, apuntó.
A pesar de añadir que la economía tiene bases sólidas
para recuperarse pronto, los dichos del banquero sacudieron los mercados.
Mientras las acciones retrocedían con fuerza, los bonos argentinos
mostraron caídas del 1 por ciento en promedio y el riesgo país
se anotó una suba de 20 puntos, hasta los 1612.
Las turbulencias en las distintas Bolsas tienen un solo origen: el temor
creciente de los inversores a una profunda recesión económica
en Estados Unidos que termine afectando sensiblemente al resto del mundo.
Y que la impresionante inyección de liquidez que está otorgando
la Reserva Federal ni las bajas de las tasas de interés consensuadas
entre Europa y los Estados Unidos alcancen para morigerar la caída.
Además de la advertencia de Greenspan en el Congreso, hay otros
datos que hacen pensar en un escenario económico complejo:
- Muchas de las principales empresas estadounidenses ya avisaron que sus
ganancias trimestrales sufrirán serios recortes después
de los ataques.* A su vez, reportaron fuertes reducciones en sus planteles.
A la cabeza están las compañías de los sectores ligados
al turismo y el aerocomercial.
- ONeill admitió que tendrán que pasar varias
semanas hasta evaluar correctamente el impacto de los ataques terroristas
sobre la economía, alimentando las conjeturas de los analistas
e inversores.
- A pesar del accionar coordinado de los bancos centrales de los países
centrales, en los principales bancos de inversión de Wall Street
especulan que la rebaja en el costo del dinero recién tendrá
efectos en la segunda parte del año 2002.
Para la Argentina, una complicación extra es lo que ocurre en Brasil.
A pesar de las constantes intervenciones del Banco Central, el real no
para de depreciarse. Ahora cerró en el nuevo record de 2,764 unidades
por dólares, ensombreciendo aún más la gestión
de Domingo Cavallo. Con más razón, si el Tesoro toma nuevas
medidas con la Argentina podrían cambiar los ánimos.
Suiza bloqueó
una cuenta
Suiza bloqueó ayer una cuenta bancaria en el marco de la
investigación judicial abierta tras los atentados en Estados
Unidos, informó el Ministerio Público de la Confederación.
Las diligencias del MPC se realizaron a la espera de recibir una
petición de ayuda judicial por parte de Estados Unidos, aunque
las fuentes no dieron más detalles en interés
de la investigación. Sin embargo, aseguraron que hasta
el momento no hay ningún indicio de la presencia en Suiza
de fondos procedentes de medios terroristas cercanos a Osama bin
Laden. El Consejero Federal de Economía, Kaspar Villiger,
por su parte, negó en una rueda de prensa que Suiza sea un
refugio para el dinero de terroristas. Villiger contestó
así a las críticas vertidas por su colega británico,
Gordon Brown, quien atacó el secretario bancario helvético
y consideró que Suiza debe aceptar cooperar con la acción
internacional para desenmascarar las finanzas del terrorismo. Villiger
indicó que el secreto bancario sólo es válido
para los ciudadanos honestos y no se aplica a operaciones criminales.
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Menos fondos a emergentes
El Instituto Internacional de Finanzas (IIF) estimó que
habrá una fuerte desaceleración de los flujos de capitales
hacia los países emergentes este año, cuyo crecimiento
caerá de 5,6 por ciento en el 2000 a 2,8 por ciento en 2001,
según sus previsiones difundidas ayer. El IIF, que agrupa
a los bancos privados más importantes del planeta, estimó
que los flujos de capitales hacia los países emergentes,
entre los que se cuenta la Argentina, deberían pasar de 167.000
millones de dólares el año pasado a 106.000 millones
este año. No obstante, el IIF pronosticó que el flujo
de capitales privados hacia los países emergentes debería
mejorar en 2002 y alcanzar los 127.300 millones de dólares.
Los acontecimientos trágicos del 11 de setiembre agravaron
las incertidumbres económicas y financieras en un entorno
ya débil. Esto implica desafíos excepcionales a los
responsables económicos mundiales y el IIF llama a una respuesta
coordinada para reactivar el crecimiento, teniendo en cuenta particularmente
las condiciones difíciles a las que están confrontados
los países emergentes, indicó el instituto.
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PRESION
AL CONGRESO DE EE.UU. POR EL FAST TRACK
Libre comercio como bandera
El representante
de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Zoellick, reclamó
al Congreso de su país que otorgue la Autoridad de Promoción
Comercial (TPA por sus siglas en inglés), conocida anteriormente
como vía rápida (fast track). Este mecanismo,
que infructuosamente intentó obtener la administración de
Bill Clinton, permitiría al gobierno de George W. Bush establecer
acuerdos de libre comercio con terceros países sin que puedan ser
modificados posteriormente por el poder legislativo. Se estima que la
existencia de la TPA significará en la práctica acelerar
los tiempos de integración del Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA). Lo sorprendente (o no tanto) es que la demanda de la rápida
sanción de la TPA fue invocada como un instrumento para la lucha
contra el terrorismo, pues según Zoellick este es el
momento de impulsar los valores que nos definen contra nuestro adversario,
y el libre comercio es uno de ellos.
Si se pensaba que la nueva guerra a la que se apresta Estados Unidos contra
un enemigo de rostro presuntamente musulmán se jugaría sólo
en el plano militar se estaba en un error. Puesto que el atentado ocurrido
en un país geográficamente determinado es un ataque a la
humanidad, la defensa de los valores de tal país tiene también
carácter universal.
El Congreso necesita aprobar la TPA para que Estados Unidos pueda
negociar acuerdos que defiendan las causas de apertura, desarrollo y crecimiento,
escribió el funcionario estadounidense en una columna publicada
ayer por el diario The Washington Post. De esta manera, se podrán
impulsar los valores que nos definen contra nuestro adversario,
graficó.
En lo que respecta a Latinoamérica, Zoellick consideró que
su país debe seguir esforzándose por lograr un acuerdo de
libre comercio con Chile y avanzar hacia la creación del Area de
Libre Comercio (ALCA) en el 2005. Además, el Congreso debe extender
la ley de preferencias comerciales para las democracias andinas
que luchan contra amenazas internas, señaló sin precisar
a qué amenazas se refería.
El Congreso necesita enviar una inequívoca señal al
mundo de que Estados Unidos está comprometido con el liderazgo
mundial de la apertura y comprende que el poder de nuestra nueva coalición
depende del crecimiento económico y la esperanza, añadió
sobre la verdadera utilidad del libre comercio. Para Zoellick, los ataques
que derribaron las torres gemelas en Nueva York y parte del Pentágono
en Washington, han reafirmado el compromiso de Estados Unidos en
liderar la apertura del comercio mundial.
El alcance concreto del TPA es permitir al presidente de Estados Unidos
firmar acuerdos comerciales con terceros países que el Congreso
debe posteriormente confirmar o rechazar, sin posibilidad de enmendarlos.
ARGENTINA
Y BRASIL, SEGUN EL FMI
No exagerar el pesimismo
El director gerente
del FMI, Horst Köhler, señaló ayer que los atentados
terroristas del 11 de setiembre en Estados Unidos dificultan la situación
económica y financiera de la Argentina, aunque confió que
el plan de déficit cero ayudará al país a salir de
la crisis. No hay dudas de que las dificultades se han incrementado
para América latina, para la Argentina y para Brasil. No hay duda.
Pero igual, yo pienso que también sería bueno que la Argentina
y Brasil no exageraran el pesimismo, dijo Köhler, en declaraciones
difundidas en la página en Internet del FMI.
Según Köhler, el plan de déficit cero, que fue una
respuesta de la Argentina y no una imposición del FMI,
puede realmente demostrar a los mercados que ellos son capaces de
atacar el problema central, la sustentabilidad fiscal. Depende
del sistema político argentino y de la gente en la Argentina demostrar
que pueden implementar esto y cumplirlo. Pienso que en esta base, no es
imposible que la Argentina salga de la crisis. Por lo que creo es que
deben mantenerse en el curso que habían definido antes, opinó.
Y agregó que Argentina no está sola porque tiene
el apoyo del FMI, que aprobó el mes pasado una ampliación
del crédito stand-by de 8000 millones de dólares, incrementando
el total a 22.000 millones de dólares. Pensamos que estuvo
bien apoyar sus esfuerzos. Pero ahora depende de ellos que dé resultado.
No estoy hablando sin estar conciente de cuán difícil es
este plan de déficit fiscal cero para la gente. Es realmente duro,
señaló.
En cuanto a Brasil, Köhler señaló que tiene bases
mucho mejores que hace cinco o diez años, que el sector bancario
está mucho más fuerte, y elogió lo que el gobierno
hizo para favorecer la inversión directa extranjera. Por
lo tanto, pienso que la política económica de Brasil (debería)
mantener el curso de reforma estructural, de estimular la competitividad
de su economía, una buena política fiscal. La inversión
directa extranjera va a continuar yendo a Brasil porque es un país
grande, con mucha gente. Hay potencial para el crecimiento, afirmó.
No creemos que Brasil esté al borde del colapso. ¿Por
qué deberíamos creer eso?, se preguntó Köhler.
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