Por Horacio Cecchi
Las 37 líneas aéreas
nacionales e internacionales que operan en el país, agrupadas en
la Jurca, firmaron ayer un documento dirigido al Gobierno, en términos
duros, exigiendo que se cumplan en forma real y efectiva las
medidas de control dentro de los aeropuertos. El trasfondo de la reunión
fue el impacto económico de los atentados en el presente y el futuro
de las aerolíneas, ya golpeadas por la retracción en la
venta de pasajes anterior al 11 de setiembre. Por eso, además de
exigir que sea el Estado y no guardias privados los que se encarguen del
control, el borrador del paper al que tuvo acceso Página/12 reclama
la revisión total de los costos de aeropuerto consideran
a Ezeiza como uno de los más caros del mundo. El tercer punto
del documento es un preanuncio de lo que se viene después de la
caída de las Gemelas: las aseguradoras aéreas abrieron un
impasse, continuarán con las coberturas, y a fin de mes anunciarán
los nuevos valores de las pólizas. Obviamente, el costo se trasladará
a los pasajes. También se debatió la custodia en vuelos
de cabotaje. No hubo consenso: algunos seguirán viajando con guardias
armados.
La reunión plenaria fue convocada por la Jurca la semana pasada
para tratar el tema del impacto económico de las medidas de seguridad
a partir de los atentados en Estados Unidos. Se realizó en el hotel
Crillón y concurrieron los representantes de las 37 líneas
que operan en el país (6 locales, 28 internacionales y 3 de carga).
Las aerolíneas son responsables de la seguridad desde la nave hasta
llegar a destino. En tierra, corresponde al Estado. Pero en Argentina,
la privatización de los aeropuertos agregó la figura de
la seguridad privada. Aeropuertos Argentina 2000 cuenta con su propia
gerencia de seguridad, a cargo del ex jefe de la Policía Federal,
Adrián Pelacchi. Nosotros siempre vimos confuso que existan
dos cabezas, deslizó a este diario uno de los concurrentes
a la reunión de Jurca.
En su primer punto, el documento insta al Ministerio de Defensa
y a las autoridades nacionales a que se adopten y cumplan todas las medidas
necesarias para alcanzar una seguridad real y efectiva.
¿Significa que la seguridad es formal?
No respondió otro integrante de la Jurca, decimos
que al haber dos responsables no se cumple como debiera.
¿Qué zonas no tienen control?
Queremos más control en los accesos, los alambrados, en la
posesión de credenciales de los empleados, que haya la menor cantidad
posible de gente dando vueltas por todos lados. Que se tome en serio.
¿Se puede interpretar como una crítica?
No. De ningún modo. Es una exigencia. Es hora de que el Estado
retome sus atribuciones indelegables y que la seguridad no sea sostenida
a costo de las aerolíneas. Las tasas por uso de aeropuerto, por
uso de radiofrecuencias, el alquiler de stands, están entre los
precios más altos de la región.
Voceros de la Fuerza Aérea y de AA 2000 negaron que existieran
roces o conflictos en la seguridad. Es una responsabilidad nuestra
e indelegable, que nos da la ley. Es un conflicto que tienen con los costos
del concesionario, respondió una fuente de la FA. Nosotros
nos ocupamos de la prevención, colaboramos con la PAN. Como cualquier
empresa de seguridad, la nuestra no está capacitada para detener
a nadie, aseguró Pelacchi.
La exigencia de mayor control real y efectivo viene atada a una lógica
de hierro: el impacto de los atentados, sin precedentes en la economía
de las líneas. Durante la Guerra del Golfo pasó lo
mismo. Se produjo una retracción muy grande, explicó
Fernando Dozo, presidente de Jurca. Pero ahora no son vuelos internacionales.
El impacto es en el corazón de Estados Unidos. Las líneas
americanas sufrieron un golpe durísimo porque se resintió
muchísimo el mercado interno. Y eso ocurre en un momento que ya
pasaba por la retracción. El segundo punto del documento
plantea al gobierno y al concesionario la necesidad de un reestudio
completo de los costos del aeropuerto. El tercero anuncia otra de
las repercusiones de los atentados: las aseguradoras anunciaron a las
aerolíneas que, a partir del mes próximo, incrementarán
las pólizas. Por el momento no especificaron en qué proporción.
El documento de Jurca informa que se encuentra bajo análisis
un sobrecargo a los pasajes, que sea libre de imposiciones, destinado
a pagar el aumento.
Durante la reunión se discutió además la custodia
de hombres armados en vuelos de cabotaje, una práctica que tal
como adelantó este diario se inició la semana pasada
en algunos vuelos. Muchos están en contra de que vayan hombres
armados reveló uno de los participantes. Otros ni siquiera
admiten que vaya un custodio desarmado. No parece una buena solución.
Por eso tiene que haber un control de alto rendimiento en tierra, que
impida que pasen armas. De todos formas, hay quienes están a favor.
En la reunión no hubo consenso. Por ahora, todo seguirá
dependiendo del criterio de cada empresa y habrá que esperar una
decisión unificada a nivel internacional. Nadie sabe todavía
hacia dónde van a ir las normas nuevas. Solamente sabemos que va
a llevar tiempo decidir en qué consisten, y que van a restringir
algunas libertades. Nosotros lo que estamos queriendo es parar un poco
la pelota y discutir más el tema.
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