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Una discusión insólita para un
gobierno: a quién votar en octubre

De la Rúa dejó en claro que apoyará
a Terragno, aunque éste lo critique. Cavallo votará a Liendo. Pero Bullrich duda acerca de qué hacer. Y Lopérfido elegirá a la Alianza, pero bajo protesta.

Las personas comunes tienen serios dilemas para elegir sus representantes, entre muchas ofertas.

Por Fernando Cibeira

La falta de candidatos que defiendan lo hecho por la Rosada en estos dos años llevó al Gobierno a un extraño debate acerca de a quién votará cada funcionario en las elecciones del mes que viene. Dudas se sabía que había, pero el que inició la polémica fue el ministro de Economía, Domingo Cavallo, cuando en un interesante ejercicio de desdoblamiento sostuvo que la Alianza probablemente perderá porque demostró “que no es capaz de gobernar”. Discretamente, el presidente Fernando de la Rúa le mandó a Cavallo un mensaje para callarlo y, ayer, aclaró que –si alguien no lo tenía claro– el sí votará a Rodolfo Terragno, por más que proponga reprogramar la deuda externa. Fiel ladero y radical de años, el ministro de Salud, Héctor Lombardo, también adelantó su adhesión al ex jefe de Gabinete. Quien se encargó de aportar a la confusión fue la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, que el miércoles lanzó su movimiento político y ayer dijo que, por primera vez en su vida, no sabe a quién votará.
Es sorprendente cómo la sencilla pregunta de a quién piensan votar dentro de tres semanas puede poner en aprietos a los funcionarios del Gobierno. Lo que genera el intríngulis es el discurso opositor que levantan los dos principales candidatos de la Alianza, Raúl Alfonsín en la provincia de Buenos Aires y Terragno en la Capital. Entonces, el efecto que se produce es que aun los funcionarios que responden que los votarán lo hacen a regañadientes y marcando sus diferencias.
Un ejemplo de esta posición intermedia la dio ayer el secretario de Cultura y ex vocero presidencial, Darío Lopérfido, que ahora está seguro pero en unos días tal vez no tanto. “Seguramente me voy a inclinar a votar a la Alianza. Voto en la Capital Federal, donde están muy confundidas las propuestas, no hay espacio claro para el que representa al oficialismo como existe en todos los países del mundo. Me causa decepción que la Alianza quiera hacer campaña diferenciándose del Gobierno de manera a veces un poco ruidosa”, sostuvo. Y su humor coincide con el de la mayor parte del entorno delarruista, desalentado porque nadie se anime a tentar suerte en los comicios llevando como estandarte lo hecho por el Presidente.
El partido de Cavallo, Acción por la República (AR), va en coalición con el menemismo en la Capital y en soledad en la provincia. Por eso no es ilógico que Cavallo –así como los otros funcionarios de su partido como el ministro de Infraestructura, Carlos Bastos, y el vicejefe de Gabinete y titular de AR, Armando Caro Figueroa– adhiera en público a la candidatura de su asesor Horacio Liendo y el justicialista Daniel Scioli. Lo que sorprendió fue lo que hiciera con tanta injundia al nivel de tomársela con la Alianza gobernante –de la que De la Rúa es fundador– en general.
“Lo que quiso decir Cavallo es que la Alianza como Alianza no sabe gobernar, no que este gobierno no sabe”, explicaba dificultosamente ayer un funcionario que se ofreció como intérprete. “Cuando él dice ‘radical’ se refiere a Alfonsín o a Terragno. Ellos son los que estuvieron en el gobierno y tuvieron que irse porque fracasaron”, añadía.
Un vocero aseguraba que las dudas sólo tenían lugar entre los no radicales de la Rosada. Porque, en principio, todos los afiliados al partido de Yrigoyen votarán a los candidatos aliancistas. Por ejemplo, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, ya le dijo a Página/12 que él es “votante cautivo” por lo que apoyará la lista de Alfonsín y Leopoldo Moreau en la provincia. Menos problemas para decidirse tenía el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, cercano al alfonsinismo provincial. Cuando lo consultaron, el ministro de Educación, Andrés Delich, respondió que “por supuesto” votará a Terragno, además de sostener que Cavallo se había equivocado al pronosticar la derrota de la Alianza.
Hasta el vocero Juan Pablo Baylac contestó que votará a Alfonsín y Moreau, con quienes se enfrentó duramente hace un par de semanas cuando los acusó de haber pactado con el gobernador Carlos Ruckauf. “Losconsidero dos tipos de primera. Aparte sé que tener a Alfonsín en el Senado le será de mucha ayuda al Gobierno”, explicó, sin ironías. Una muestra de esa fidelidad partidaria la dio Lombardo. El ministro de Salud dijo que es un cultor de la máxima de Ricardo Balbín: “El que gana gobierna y el que pierde acompaña”. Por eso, aunque perdió las internas, acepta las reglas del juego y se encolumna votando a los candidatos radicales, aunque mucho no les guste.
Pero tanto cuidado por parte de los ministros radicales quedó en la nada cuando la consultada fue Bullrich, que no suele aceptar desvíos de la línea que marca el Presidente. “Me cuesta saber quiénes van a ser los diputados y senadores que van a acompañar lo que el Gobierno va a necesitar”, dijo la ministra, quien sabe que entre los alfonsinistas no tiene mucha popularidad. “Fuera del gobierno es ahí donde están los que nos tiran piedras y que además no saben gobernar”, apuntó. El debate seguirá.

 

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