Por Diego Schurman
No pierden oportunidad de imprimirle
un tono épico. Por eso las dos CGT ya anuncian la convocatoria
a un nuevo Rodrigazo. Es decir, a realizar tras los comicios
un maratón de protestas hasta obtener la renuncia de Domingo Cavallo.
Se valdrán para su demanda de la segura derrota aliancista en las
urnas que hoy por hoy confirman todas las encuestas.
El Rodrigazo fue el prólogo de una histórica movilización
popular en 1975, motorizada por la dirigencia sindical, contra un duro
plan de ajuste. La protesta logró su objetivo: primero renunció
el ministro de Bienestar Social, José López Rega, y después
el titular de Economía Celestino Rodrigo, autor del programa repudiado.
La CGT oficial de Rodolfo Daer y la CGT rebelde de Hugo Moyano buscan
ahora capitalizar la victoria que todos asignan a la oposición
en las elecciones de octubre. Por eso fijaron un cronograma de protestas,
con movilización a Plaza de Mayo incluida, contra el modelo económico
y la continuidad de Cavallo, el padre de la criatura.
Los sindicalistas abonarán lo suyo para crear un clima de descontento:
el plan de lucha, que se iniciará a fines de octubre, incluirá
cortes de rutas y accesos a la Capital y también la toma de varios
ministerios. Pero el epicentro será la cartera de Trabajo. Daer
y Moyano ven en Patricia Bullrich la versión femenina de Cavallo.
Para desplegar su furia contra los dos ministros fuertes del Gobierno,
los jefes cegetistas hicieron una larga travesía en los últimos
días, que incluyó contactos con banqueros, representantes
del Grupo Productivo de la Unión Industrial, la denominada Mesa
de Consenso de la Iglesia, y el grupo Fénix de la Facultad de Economía.
Todos coincidieron en que el plan económico no da para más,
dijo un sindicalista de peso.
Las dos CGT ya habían llamado al voto castigo durante la reciente
movilización a Plaza de Mayo, donde reunieron a 50 mil personas.
Ese día Cavallo se hizo único acreedor de las críticas.
En cambio, a De la Rúa ni se lo mencionó. Había una
razón: horas después Moyano compartió un encuentro
con el presidente y el banquero Eduardo Escasany. Allí el gremialista
escuchó cómo el jefe de Estado defendía a rajatabla
a Cavallo. Hizo un gesto patriótico, dijo el presidente
de su ministro, quien se acercó al Gobierno cuando todos tomaban
distancia.
Si bien Moyano y Daer adoptaron últimamente un bajo perfil a la
hora de atacar la figura presidencial, uno y otro han sabido sumarse a
los vientos de elecciones anticipadas que soplaban desde la provincia
de Buenos Aires. Muchos recuerdan cuando el líder de la CGT rebelde
consideró delante de los micrófonos que había que
echar a patadas a De la Rúa.
Un tema tangencial, pero no menor: la baja cotización del Gobierno
incrementó las acciones de la unidad sindical. La CGT sabe que
siempre es mejor inmiscuirse en la interna del PJ desde un lugar de poder.
Y no se descarta que el año próximo ya se hable de una sola
central. Una muestra de acercamiento es el plenario conjunto que realizarán
el próximo viernes en la sede de la CGT oficial, en Azopardo e
Independencia. No es un dato menor para quienes sobrevaloran los símbolos.
Haz lo que yo digo
Patricia Bullrich cuestionó ayer a las dos CGT por anunciar
un plan de lucha para después de los comicios de octubre.
Y dijo que si Hugo Moyano y Rodolfo Daer creen ser los intérpretes
del voto popular deben presentarse como candidatos y
veremos si la gente los vota o no.
Ellos deben ser quienes organicen las relaciones entre los
trabajadores y los empresarios y no hacerse psicólogos de
la gente, porque esto de decir si el 14 de octubre pasa tal o cual
cosa y ellos se ponen en intérpretes y plantean hacer el
15 cortes de ruta y toma de edificios, dos cosas que saben están
prohibidas, me parece que se equivocan, agregó la ministra
de Trabajo.
Las críticas llegaron el mismo día en que la cartera
laboral puso en funcionamiento la Oficina de Transparencia Sindical,
ante la cual los dirigentes gremiales deberán presentar antes
del 24 de octubre una declaración jurada con sus datos y
bienes personales, a los que se podrá acceder por Internet.
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