Por Cledis Candelaresi
¿Dónde
está escrito en la Constitución argentina que un contrato
no se puede renegociar?, protestó ayer ante la prensa Francisco
Macri, admitiendo que el único propósito de la convocatoria
de acreedores del Correo Argentino es, precisamente, forzar esa renegociación.
La apuesta es fuerte, ya que los principales argumentos para promoverla
fueron rechazados debidamente por varias instancias oficiales, incluida
la Sindicatura General de la Nación. Sin embargo, el jefe de Socma,
líder del grupo adjudicatario, recuerda otras promesas oficiales
incumplidas tanto por el gobierno de Carlos Menem como por el de Fernando
de la Rúa.
La sociedad de Sideco Americana con el Banco de Galicia y la Corporación
Financiera Internacional (Banco Mundial) acaba de presentarse en convocatoria
de acreedores, para reestructurar su pasivo superior a los 700 millones
de pesos. Casualmente, monto semejante al que asegura haber invertido,
incluyendo en este rubro el pago de indemnizaciones para achicar drásticamente
la plantilla de personal.
El 26 de marzo pasado, la Sigen rechazó a través de su nota
715 esa pretensión, cargando sobre las inversiones comprometidas
25 millones de pesos por cada uno de los diez primeros años
el pago de sus indemnizaciones. Básicamente, el organismo que preside
Rafael Bielsa consideró que el caso no cumple con la condición
de que el dinero aportado, 126 millones de pesos, generen una rentabilidad
tal que suponga su recuperación en un plazo razonable.
La misma misiva rechazó un reclamo central del concesionario, por
el cual éste exige una indemnización superior a los 300
millones de pesos: las asimetrías laborales entre el Correo y sus
competidores. Macri recrimina al Estado no haber convocado a paritarias
que permitieran equiparar hacia abajo esos costos. La Sigen advierte que
nada permite garantizar el resultado de esa negociación con los
sindicatos y, por lo tanto, ésta bien podría haber redundado
en salarios aún mayores.
De la deuda que acusa el Correo Argentino, 257 millones corresponden al
canon que no paga al Estado desde 1999; 380 millones a obligaciones financieras
contraídas con el Galicia, Río, Citi, BID, Banco Mundial
y el Nación, entidad a la que sólo el debe 6 millones, magra
cuenta en relación al resto, y con la propia Sideco. Pero del mismo
modo que el concurso derrumba los convenios colectivos de trabajo que
tanto irritan a Macri, también suspende la obligación de
honrar aquellos compromisos. La situación parece inmejorable para
el concesionario: poco para pagar, todo para revisar.
Fue el último recurso que nos quedó, sentenció
ayer Macri en relación al concurso, que, según los directivos
de la empresa privatizada constituye un bloqueo legal a un eventual quite
de la concesión. Descarto totalmente que nos quieran quitar
la concesión, se jacta Macri, para quien el Estado no
tiene motivación, ni posibilidad efectiva de reasumir la
administración de la empresa privatizada hace cuatro años.
Que el correo privatizado facture menos de la mitad de lo proyectado en
el momento de hacer su oferta es para Macri consecuencia directa de las
incumplidas promesas estatales, entre ellas, la de dictar un marco regulatorio,
que a juicio del grupo privado hubiera eliminado la competencia desleal
de empresas que operan total o parcialmente en negro. Nos está
matando la economía y el trabajo en negro: el problema del Correo
es el problema del país, sentenció el empresario.
Una inquina similar le inspiran los funcionarios que habrían dejado
promesas sin cumplir. Según detalló ayer el pope industrial,
el gobierno anterior eludió el compromiso que surgiría del
pliego de promover convenios colectivos de trabajo que permitieran abaratar
el costo de la mano de obra, de sancionar un nuevo marco regulatorio para
acorralar a la competencia y de respetar a rajatabla del contrato.
Todos subestimamos la fuerza del lobby temerario, de cuya acción
tenemos pruebas, se despachó Macri, en previsible alusión
a sus competidores más poderosos, entre los que podría incluirse
Oca. Sin embargo, eludió nombres y cualquier otra precisión
sobre los supuestos lobbistas. También hubo reproches para la Alianza,
por el compromiso asumido por Nicolás Gallo de suspender el pago
del canon para abrir una negociación que, sin embargo, no le impidió
intimar al pago.
Seguiremos trabajando normalmente, prometió Macri,
quien lejos de retirarse del negocio busca fortalecerlo con una negociación
que lo exima, en principio, de la obligación de pagar 103 millones
anuales de canon.
Lo debe devolver
Por C.Z.
Macri debe devolver el Correo porque no es de él.
La compañía es de toda la sociedad argentina.
Juan Navarro, presidente de The Exxel Group, salió con dureza
contra el Grupo Macri, concesionario del Correo. Anteayer, se presentó
en concurso de acreedores y le debe al Estado cuotas impagas del
canon. La crítica de Navarro tiene su motivo: el Exxel es
dueño de OCA, uno de sus principales competidores. No
nos parece que Macri plantee una competencia leal, disparó
Navarro. Hacia el final de una exposición ante empresarios,
el CEO del Exxel comparó esa supuesta competencia desleal
de Macri con la piratería discográfica y la fabricación
de ropa trucha. En estos dos últimos casos, el Exxel es víctima
por su participación en Musimundo y en varias empresas de
vestimenta. El principal problema de la Argentina es que no
se cumple la ley, diagnosticó. Justamente, sobre Musimundo,
que acaba de presentarse en convocatoria de acreedores, Navarro
admitió que la inversión fue deficiente. Perdimos
casi todo el capital invertido y no tenemos capacidad para seguir
invirtiendo, asumió. El ejecutivo prometió que
la cadena minorista seguirá abierta. Sobre la situación
económica.
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SE
PRONUNCIA LA AUDITORIA GENERAL DE LA NACION
La inversión fue un buzón
Por
Julio Nudler
La Auditoría
General de la Nación emitiría a comienzos de semana un dictamen
adverso a Correo Argentino, sociedad del Grupo Macri y el Banco Galicia
que anteayer se presentó en convocatoria de acreedores. Ese mismo
día se publicó en el Boletín Oficial un decreto por
el cual el Gobierno resolvió que la AFIP le pague a la empresa
de Franco Macri y Eduardo Escasany algo más de 29 millones de pesos
en Bocones, cifra que resulta de detraer 13 por ciento de la deuda de
$34 millones reconocida por el Estado con los carteros. Lo sorprendente
de la decisión es que Correo no saldó ni un peso de los
257 millones que le debe al fisco, según éste. El pertinente
decreto 1176, firmado el 14 de setiembre, no menciona en ningún
momento que es el Correo el destinatario del pago dispuesto.
Dentro de la azarosa historia de la privatización postal figuran
99 millones de pesos que los adjudicatarios de los buzones carmín
gastaron en indemnizar a trabajadores, ahuyentados de sus empleos mediante
planes de retiro voluntario hasta 1998. El hecho es que Correo computó
esas indemnizaciones como inversiones, criterio que le fue avalado por
Germán Kammerath, entonces secretario de Comunicaciones, aliado
de Domingo Cavallo y hoy del gobernador De la Sota. El asunto no era menor,
ya que el monto en cuestión equivalía a cuatro años
de inversiones, según el piso de $ 25 millones anuales que se comprometió
a efectuar Correo.
Diputados frepasistas denunciaron en su momento a Kammerath. La causa
derivó a manos del ahora ex juez Adolfo Bagnasco, quien sobreseyó
por dos veces al acusado. Pero la Cámara Federal revocó
en otras tantas oportunidades el sobreseimiento, de manera que Kammerath
sigue imputado, ahora con Rodolfo Canicoba Corral a cargo de la causa.
La controversia llegó ya en tiempos de Bagnasco a la AGN, con un
informe de la Dirección Nacional de Inversiones que rechazaba la
pretensión empresaria. Pero la Auditoría no consiguió
ponerse nunca de acuerdo sobre la actitud a asumir.
El menemista Rodolfo Barra, titular de la Auditoría, adoptó
de inmediato una postura favorable a Macri/Escasany, que redactó
un pronunciamiento de seis páginas, destinado a volcar la voluntad
judicial en favor de los empresarios. El resto de los siete auditores
generales sustentan posiciones divergentes, que impiden lograr consenso,
según confiaron fuentes del organismo parlamentario de control
a Página/12. Las discrepancias dividen aguas en el propio bando
justicialista. Mientras César Arias aboga por emitir un veredicto
descriptivo y prescindente, Héctor Durán Sabas aduce no
tener clara la cuestión y Julio César Casavelos parece
inclinado a expedirse contra la empresa. Si Casavelos vota finalmente
en este sentido, los radicales Francisco Fragoso y Alfredo Fólica,
junto al frepasista Mario Fadel, lograrán que la Auditoría
alumbre entre lunes y martes un dictamen que contribuiría a oscurecer
las perspectivas de Correo, dejándole incumplido su programa de
inversiones. Pero la empresa mostró, al lograr la sanción
del decreto arriba mencionado a pesar de la renuencia del Jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, que mueve importantes resortes en el Gobierno. Este
reincidió en la discutible práctica de dividir ventanillas
frente a los grupos económicos: paga por una aunque no cobre por
la otra.
JUAN
NAVARRO, DEL EXXEL, AL ATAQUE
Listo para decir adiós
Por
Claudio Zlotnik
Si no somos
bienvenidos, nos vamos. Con esta frase, Juan Navarro, presidente
de The Exxel Group, resumió lo que él mismo fue esbozando
a lo largo de una exposición de una hora y media: la posibilidad
cierta de que uno de los grupos económicos más importantes
de la Argentina reduzca a una mínima expresión su presencia
en el país. Incluso, algunas versiones mencionan la alternativa
de una mudanza del Exxel al vecino Uruguay. Aquella frase de advertencia
de Navarro dio cuenta de su enojo por las investigaciones sobre lavado
de dinero impulsadas por Elisa Carrió. Aunque también es
cierto que al grupo no le está yendo bien económicamente
y, al respecto, el empresario adelantó que hacia fin de año
seguirá desprendiéndose de empresas. Continuará
nuestra concentración. El horizonte no es bueno dado el actual
contexto económico, explicó Navarro.
Durante la última parte de los 90, el Exxel tuvo una notable expansión.
Pero con la llegada del nuevo siglo se sucedieron las malas noticias.
Entre las últimas más notorias figuran el concurso preventivo
de Musimundo y la cesión de Freddo al Banco Galicia a cambio del
pago de una deuda. Antes, perdió a manos de Pérez Companc
el control de Molinos.
Frente a un centenar de empresarios, Navarro dividió su extenso
discurso en dos partes. Por un lado, se focalizó en una fuerte
defensa de la actividad del fondo de inversión de las acusaciones
de la comisión del Congreso encabezada por la diputada Carrió.
Después dio paso a contar la realidad económica del Exxel,
aunque se guardó los detalles.
Quienes tengan dudas sobre el funcionamiento de nuestros fondos
de inversión deberían ser menos haraganes y consultar la
producción intelectual que tiene esta industria. Hay cientos de
miles de páginas escritas. Hasta una universidad de Pakistán
se encargó de investigar el asunto, exclamó. A esa
altura, Navarro ya había dado detalles de las inversiones realizadas
por el Exxel. Y hasta dio la nómina de inversores asociados para
que la audiencia tomara nota de la confianza que despertamos en
el mundo, y en la que figuran varias universidades estadounidenses,
la familia Rockefeller y bancos americanos de primera línea. En
ese momento, Navarro salió al cruce de las sospechas de lavado
de dinero en los paraísos fiscales. Los utilizamos por neutralidad
impositiva. Nuestros inversores vienen desde distintos países y,
a su vez, el Exxel opera en varias regiones. En los paraísos fiscales
se realiza la distribución de los dividendos para que cada inversor
haga su liquidación impositiva en su propio país. Le podemos
dar muchas vueltas al asunto. Pero la verdad es ésta, concluyó
Navarro.
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