Por Eduardo Videla
El tránsito pesado que
hoy atormenta a buena parte de los vecinos porteños dejará,
en poco tiempo, de entrar en la ciudad: los grandes camiones fraccionarán
su carga en la nueva playa de transferencias que funcionará en
Mercado Central, ubicado sobre la autopista Riccheri, partido de La Matanza.
Esa es sólo una de las ventajas del proyecto para urbanizar 360
hectáreas en esa zona, que incluirá, además, un gran
parque logístico para la distribución de productos alimenticios
y la instalación del Mercado de Hacienda, que debe mudarse de Liniers
el año próximo.
La Corporación del Mercado Central de Buenos Aires acaba de firmar
el contrato de adjudicación de la obra, que estará a cargo
de la UTE Alimentos y Gestión Logística. La primera
etapa, que consiste en la realización de obras de infraestructura,
como trazado de calles y tendido de electricidad, gas y teléfono,
demandará una inversión de 45 millones de dólares,
dijo a Página/12 el presidente del Mercado Central, Carlos Grinberg.
La inversión total se estima en unos 400 millones, incluyendo los
aportes de la concesionaria, de los futuros locatarios y del propio Mercado
Central. Y se estima que el emprendimiento será una fuente de trabajo
para unas 3000 personas.
La modalidad del negocio es inédita: el Mercado Central concesiona
la consultoría del proyecto, la gestión de negocios y las
obras de infraestructura, sin perder el control del mercado. A cambio
de esto, la concesionaria recibe durante doce años el 35 por ciento
de lo recaudado por el canon que pagarán las empresas que ocupen
lugares en los futuros espacios del mercado.
La UTE está integrada por Spin Internacional, de Madrid, y el Mercado
de Barcelona (dos especialistas en gestión y abastecimiento); la
financiera Price Waterhouse & Cooper; las constructoras Gerlach-Campbell
y Riva SA, y la inmobiliaria Toribio Achával, entre otros.
Después de la firma del contrato, la UTE tiene 90 días para
presentar el plan maestro de negocios. Una vez aprobado, todo estará
listo para iniciar las obras de urbanización, que se irán
realizando a medida que se comercialicen las parcelas, explicó
a este diario Eduardo Althabe, director de proyecto de la concesionaria.
El Mercado Central está ubicado en la localidad de Aldo Bonzi,
camino hacia el Aeropuerto de Ezeiza. Diseñado durante el gobierno
militar, fue inaugurado en 1984 y su destino era ser el único mercado
concentrador de verduras, frutas y hortalizas de toda el área metropolitana.
Pero la desregulación de la actividad impulsada en 1994 por Domingo
Cavallo terminó con este monopolio.
El mercado, un ente tripartito cuya gestión comparten la Nación,
la ciudad de Buenos Aires y la provincia, decidió ampliar su actividad
a las 360 hectáreas que hoy son un campo baldío. Allí
se prevé la creación de un parque agroindustrial, donde
se incorpore valor agregado a la mercaderías alimenticias. Pueden
ser plantas donde se haga el precocido y envasado de alimentos, así
como el congelado, fraccionamiento y packaging de estos productos,
puso como ejemplo Althabe.
En cuanto al centro de transferencia de cargas, el proyecto prevé
recuperar una vieja playa ferroviaria, capaz de centralizar cargamentos
provenientes de todas las líneas ferroviarias con excepción
del Urquiza- para recibir mercadería provenientes del interior
y de países del Mercosur. También tenemos un convenio
con la Administración General de Puertos, para que el mercado sea
un pulmón logístico para el puerto de Buenos Aires, hoy
saturado de containers, al que estará conectado por vía
ferroviaria, explicó Grinberg, representante porteño
en el directorio del Mercado Central.
Esto contribuirá a disminuir el tránsito de camiones pesados
en la ciudad, al igual que el proceso de ruptura de carga,
que consiste en fraccionar los camiones pesados en cargamentos menores.
Será un aliviopara los porteños que viven en barrios
transitados por estos vehículos, agregó el funcionario.
En cuanto al traslado del Mercado de Hacienda, se está negociando
con los consignatarios la asistencia financiera de bancos oficiales para
ese emprendimiento, concluyó Grinberg.
Un reclamo por el
subte en Barracas
Los vecinos de Barracas iniciaron una campaña para reclamar que
la futura Línea F de subterráneos llegue hasta la estación de trenes
Buenos Aires, terminal del Ferrocarril Belgrano Sur. El proyecto
oficial, que debe ser tratado en la Legislatura en los próximos
días, prevé que esa línea una Plaza Italia, en Palermo, con el Riachuelo,
a la altura de la avenida Montes de Oca. Los vecinos, en cambio,
piden que llegue hasta la terminal ubicada en la avenida Vélez Sarsfield
y Olavarría, para conectar con la red a los 50.000 pasajeros que
llegan por día a través de esa vía ferroviaria, que viene desde
el partido de La Matanza y atraviesa los barrios porteños de Villa
Lugano y Pompeya. Vecinos y pasajeros se reunieron ayer en la Estación
Buenos Aires para pedir que su propuesta sea tenida en cuenta por
los legisladores a la hora de sancionar la ley de ampliación de
la red de subtes.
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