River tenía que ganar, y ganó. Ramón Díaz se volverá de Chile con la sensación de una misión cumplida, aunque todavía necesita dos victorias más, ante Palmeiras y el rival de anoche, como local, para especular con la clasificación a la siguiente fase de la Copa Mercosur. Pero anoche, ante la Universidad de Chile, en Santiago, no dejó dudas. Fue un enfrentamiento de dos equipos remendados con suplentes, pero los del equipo local no tuvieron la jerarquía de Fernando Cavenaghi y Damián Alvarez, que jugando alrededor de Andrés D’Alessandro, el juvenil conductor, le sacaron lustre a la victoria riverplatense.
Empezó mejor el conjunto chileno, que puso seis suplentes en la cancha, reservándose a los titulares para el torneo local. Ese dominio duró 20 minutos, porque River, prácticamente en su primera llegada con cierto peligro, abrió el marcador. Fue una pelota de Alvarez para Cavenaghi, que no pudo controlarla, pero que aprovechó la confusión de los centrales Cáceres y Castañeda, que le regalaron el balón, para que sacara un derechazo seco y bajo, esquinado, que batió a Herrera.
El 1-0 abrió más el partido. River empezó a acercarse con más ambición, mientras el fondo, acaudillado por Yepes, controlaba bien los arrestos de la U, que en el segundo tiempo salió con todo en busca del empate. Y esa intención resultó ser su suicidio.
En los primeros cinco minutos del segundo tiempo, River lo liquidó. Porque aprovechó muy bien los espacios que le quedaban en el medio y, especialmente, en el fondo del equipo chileno, lanzado en ataque, para fabricar sendas réplicas. Primero fue Cavenaghi, usufructuando una cesión de Alvarez, casi como en el primer tanto. Dos minutos más tarde, le llegó el turno al delantero de devolver atenciones: inició una corrida por el centro, cedió a la izquierda hacia Alvarez, que corrió solo y a la entrada del área sacó un zurdazo cruzado que entró por el ángulo.
La delegación de River llegará hoy a las 17 a Ezeiza, y se sumará al resto del plantel, para realizar el último entrenamiento con miras al partido del domingo ante Banfield, que cerrará la 7ª fecha del Apertura.

GRAN VICTORIA DE SAN LORENZO
La noche de Romagnoli

Con una gran actuación de Leandro Romagnoli y ante 5 mil espectadores, San Lorenzo batió sin atenuantes al Olimpia paraguayo en su estadio, y ahora lidera el Grupo B con Flamengo, al que enfrentará la próxima semana. De no haber sido por la buena noche del arquero paraguayo Ricardo Tavarelli, el marcador habría sido más abultado. Esta fue la sucesión del mismo:
1-0. Tras una combinación entre Walter Erviti y Estévez, Romagnoli sacó un espléndido derechazo al ángulo, que superó la estirada del portero paraguayo.
2-0. Una infracción dentro del área sobre Bernardo Romeo puso a Romagnoli y Tavarelli, las dos figuras del encuentro, cara a cara, un duelo que ganó el delantero, con un remate al palo derecho.
3-0. Romeo quedó mano a mano con Tavarelli, la pelota rebotó en el arquero, y la definición del centrodelantero que dejó muchas dudas, porque pareció que le había cometido infracción a Franco.
Con este resultado, el Olimpia –cuyos jugadores protestaron vivamente al árbitro los tres goles– quedó eliminado del torneo continental.

GIMNASIA–INDEPENDIENTE, A LAS 21.10
El Lobo acecha al Rojo

Gimnasia buscará mañana llegar a la punta del torneo Apertura cuando visite a partir de las 21.10 a Independiente, que no está en su mejor momento, en el primer partido adelantado de la séptima fecha del certamen. Los platenses llegan con un invicto de seis fechas, con tres triunfos y tres empates, mientas que los de Avellaneda, que están a cuatro puntos más abajo en la tabla, obtuvieron dos victorias, dos derrotas y dos empates. El entrenador Enzo Trossero hará un modificación obligada: Matías Vuoso irá desde el arranque por Andrés Silvera (lesionado). Griguol, por su parte, no pondrá a Mariano Messera y formará con cuatro en el fondo, con San Esteban.

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