Por Verónica
Abdala
La Historia no es una ciencia
estática. Por el contrario, es, por definición, materia
susceptible de debate. Apuntando a ese ejercicio, el Departamento de Historia
del Colegio Nacional de Buenos Aires se propuso rastrear el origen y repensar
la naturaleza de cuestiones particularmente urticantes de la historia
nacional, que siguen generando polémica, en un trabajo que desde
mañana publicará Página/12, como un tesoro a compartir
con sus lectores. Esos temas aún no resueltos, que dieron pie a
los 28 fascículos que integrarán la colección Grandes
Debates Nacionales, subrayarán hasta qué punto la Historia
es, además de lo que ocurrió en tiempo pasado, esto que
está pasando. Y de qué manera aquello que para una sociedad
es en cierta medida irresoluble, esas contradicciones internas que arrastra
desde sus orígenes como preguntas selladas a fuego, revelan más
sobre sus características que aquellos puntos sobre los que se
ha llegado a algún tipo de acuerdo. Los responsables de la colección
son los mismos que generaron las colecciones Historia Argentina e Historia
Universal, ya publicadas por este diario.
Son algo así como los puntos calientes de nuestra Historia
y nuestra identidad, define Aurora Ravina (profesora titular de
la materia Historia Universal y Argentina Contemporánea del CNBA
e investigadora del Conicet), a cargo de la dirección del equipo
de investigadores y redactores de la colección (Gabriel Ribas,
María Cristina San Román y Fernando García Molina,
entre otros). Con una escritura ágil y atractiva (tanto para los
lectores más informados como para los que se inician en el repaso
de los hechos que signaron la historia de este país), el grupo
de investigadores se adentra en interrogantes que arrastramos desde
hace tiempo, en torno a los cuales todavía se producen encendidos
debates, que seguramente no resolveremos en el corto plazo.
En todos los casos, y más allá de las diferencias, las cuestiones
que el equipo se propuso investigar permiten confrontar las posiciones
en conflicto. Muestran, además, cuán dolorosas y trabajosas
fueron y son estas disputas históricas: para las minorías
étnicas, para las mujeres, para los afectados en cada área,
y para la sociedad en su conjunto, más allá de que se haya
alcanzado o no un punto de consenso, reflexiona la historiadora.
La idea central de este equipo de profesionales, en términos
generales, es mostrar cómo y por qué surgieron estos debates
sociales, políticos y económicos. Y qué alternativas
de resolución tuvieron o podrían tener en el futuro. A partir
de éstos se pueden rastrear los puntos débiles de la sociedad
argentina, los hechos históricos más irritantes, las más
sobresalientes contradicciones. Sin duda esta serie de fascículos
dejan entrever ciertas improntas básicas de nuestra sociedad.
¿Y qué se desprende de estos debates, en lo relativo
al funcionamiento histórico de la sociedad argentina?
Lo interesante es que cada lector pueda arribar a su conclusión,
aunque lo que surge de manera evidente es que en los temas que a los argentinos
nos resultan más conflictivos siempre hay una cuestión de
poder en el centro de la pelea. Que hay también encendidas defensas
de intereses sectoriales, que siempre hay importantes resistencias a los
cambios. En el orden económico, históricamente se evidencia
una pelea muy dura entre los sectores por obtener porciones mayores, pero
que en realidad se disputan valores o posiciones que exceden lo meramente
económico: como los recursos son siempre escasos, lo que se discute
en realidad son las posiciones políticas y sociales que asoman
por detrás.
Lo que se desprende de la lectura de estos fascículos es
la premisa de que el debate histórico es siempre un debate abierto,
sometido a una revisión permanente...
Sí, porque a pesar de que algunos conflictos de este tipo
pueden resolverse momentáneamente, se resuelven en relación
a condicionantes propios de cada época. Eso demuestra lo endebles
que son, lo permeables que son a nuevas transformaciones y revisiones
a lo largo de las décadas. El tema de la neutralidad, por ejemplo,
que en algún momento pudo parecer resuelto en base a determinadas
coordenadas históricas, cobra en la actualidad una vigencia inesperada.
Y el debate se reabre nuevamente...
¿En qué se diferencia el abordaje de un historiador
en relación a un tema como la neutralidad y el que por estos días
concreta el periodismo, más allá de los casos históricos
que el primero está obligado a contemplar?
El historiador o, más puntualmente nuestro equipo, además
de pensar en base a lo que ocurrió en el pasado, se cuida de hacer
juicios o predicciones acerca de lo que va a pasar, como muchas veces
pretenden hacer los periodistas. Tampoco nos interesa comentar la noticia
del momento, por eso no nos preocupa que los dos fascículos de
Neutralidad vayan a publicarse al final de la colección. Sabemos
que los pronósticos o los comentarios inmediatos no son lo que
nos corresponde como analistas.
La colección se inicia con los capítulos dedicados
a Amnistías e indultos, ¿Por qué?
Porque nos pareció que era uno de los temas más polémicos,
y por ende, más atractivos para el público. Indudablemente,
tocan un punto muy sensible de nuestra historia. Como el tema del Petróleo
y las Privatizaciones, que generaron una discusión muy amplia por
el control de ese recurso, que perdió el Estado. Nosotros consideramos
que esta discusión está vigente, pese a que a veces se lo
traslade a un segundo plano. En tercer lugar, pusimos el Sufragio Femenino
porque también pensamos que las mujeres son esa mitad del mundo
que aún permanece relegada, en la Argentina y en el mundo. En este
marco, cabe el debate acerca de si, en el plano de la representatividad
política, por ejemplo, las soluciones como el cupo obligatorio
son válidas. O si son en cambio la prueba de que persiste cierta
resistencia masculina al aporte de las mujeres en política.
Cada uno de los catorce temas que integran esta colección
obligan inevitablemente a quien los analiza a tomar una posición
ideológica. ¿Cómo resuelven ustedes, como historiadores,
la tensión entre la descripción de los casos históricos
y los cuestionamientos éticos, o jurídicos que se les pueda
hacer, como las que surgen al analizar cuestiones como las amnistías
y los indultos?
Al historiador no le queda más remedio que ofrecer un panorama
de cuáles fueron las posiciones en relación a ese tema,
más allá de lo que él piense u opine al respecto
acerca de lo que éticamente cree que es correcto. En el caso de
los indultos, por ejemplo, hay una cuestión ética, pero
también unos cuestionamientos jurídicos puntuales que vale
la pena rever. Nosotros pretendemos ofrecerle al lector un trabajo muy
serio para que el lector disponga de los elementos necesarios como para
asumir su posición personal. No nos interesa transmitir nuestra
opinión, sino los elementos históricos que permitan a los
lectores construir, a partir de elementos sólidos, uno u otro punto
de vista. Todos los temas fueron trabajados con suma delicadeza, porque,
sabemos, van a seguir generando polémica. Conocer el pasado, aunque
no nos habilita a predecir lo que va a pasar, ni a cambiar lo que ya ocurrió,
nos acerca más a la verdad. Nosotros pretendemos haber hecho un
trabajo muy serio, que nos acerca más a la verdad, o a lo que es
nuestra realidad, para que podamos repensarla, abrirnos al diálogo
y actuar en función de ella.
Un combate contra
el olvido
Si los periodistas cumplen con los insustituibles servicios
de poner en circulación las noticias de lo que ocurre en
el orden político, social, económico y cultural, de
acercar el análisis de la información, y de contribuir
con ello a la formación de la opinión pública
y a la conservación de la memoria colectiva, los historiadores,
desde la investigación y desde la docencia, cumplen con ese
singular cometido que les asigna Eric Hobsbawm: ser los recordadores
de todo aquello que sus conciudadanos olvidan o prefieren olvidar.
Y por otra parte, ayudan a la conformación de una conciencia
crítica que mantiene la capacidad de la sociedad para razonar
y preguntar, para advertir qué inagotable cantera de reflexión
es el pasado cuando se busca respuesta en el presente y surgen inquietudes
sobre los desafíos del futuro. Mirar desde la historia la
propia comunidad es tratar de combatir el olvido, de procurar entender
mejor cómo y por qué se ha llegado a este presente.
No parece poco para un colegio de la universidad pública
y un diario, que tratan cotidianamente de honrar sus responsabilidades
en una sociedad que, deprimida por el descreimiento y la desconfianza,
encuentra pocas cosas que le permitan renovar la esperanza en el
porvenir. (Extracto de una columna de opinión de Aurora
Ravina.)
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Los
temas de la colección
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Los temas que integran la colección �Grandes Debates Nacionales�,
que serán publicados en el marco de una serie de veintiocho fascículos,
a partir de mañana, son los siguientes:
- Amnistías e indultos políticos, de 1810 a 1990.
- Petróleo
- Sufragio femenino
- Migraciones-Racismo-Xenofobia
- Servicio militar obligatorio
- La cuestión de la Capital Federal
- Censura y Libertad de prensa
- Coparticipación federal
- La condición indígena
- Divorcio
- El negocio de las carnes
- La neutralidad argentina
- Educación
- Privatizaciones
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