El público no está
para bromas ni los comediantes para hacer chistes, por lo que los directivos
de los canales de televisión están procurando ajustar sus
programaciones a la tristeza de Estados Unidos por los atentados de la
semana pasada en Washington y Nueva York. Mientras tanto, las radios no
pasan decenas de temas musicales, por una recomendación del gobierno.
Entre esos temas están Escalera al cielo, de Led Zeppelin,
Golpeando las puertas del cielo, de Bob Dylan, Puentes
sobre aguas turbulentas, de Simon y Garfunkel, e Imagine,
la arenga de John Lennon por la paz que parece ir a contramano de la euforia
bélica estadounidense. No hay columna de humor hoy. No quiero
escribirla y ustedes no quieren leerla, escribió el humorista
Dave Barry en el diario Miami Herald dos días después de
los atentados. La imagen de la implosión de las Torres Gemelas
de Nueva York dejó a la industria televisiva sumida en la búsqueda
de qué ofrecer al angustiado público. Las largas transmisiones
de noticias hicieron trizas las programaciones, y las comedias, especialmente
las de sátira política, fueron virtualmente proscriptas
hasta nueva orden.
The Daily Show With John Stewart, un noticiero satírico
nocturno, fue suspendido hasta la semana próxima junto con las
repeticiones de Thats my Bush, una sátira presidencial.
Un portavoz de la NBC dijo que un viejo episodio de la serie The
West Wing, una parodia de la Casa Blanca protagonizada por Martin
Sheen, recién se emitirá hoy. Como en tantas otras
cosas ya no sabemos qué es lo apropiado en televisión. El
papel de la TV tras los atentados es territorio desconocido, escribió
Ken Tucker, columnista de la revista Entertainment Weekly. Esta semana
enmudecieron los programas nocturnos de entrevistas, una verdadera institución
estadounidense basada en el tratamiento irreverente de los temas de actualidad.
Varios conductores de esos programas dicen no estar seguros de cómo
realizarlos. Jamás me sentí tan inseguro sobre cómo
proceder, dijo a su audiencia Conan OBrien, anfitrión
del talk show que lleva su nombre en la NBC. David Letterman abrió
su programa nocturno del lunes en la CBS con un sombrío y emocionado
monólogo de cinco minutos en el que, con voz por momentos entrecortada
por el llanto, rindió tributo a Nueva York. Dan Rather, la estrella
periodística de CBS, estalló en lágrimas dos veces
mientras describía el sitio del desastre. Rather pidió disculpas
a los televidentes pero Letterman, que estaba a su lado, le dijo: Sos
un profesional pero, por Cristo, sos un ser humano.
El Tonight Show de Jay Leno retornó a la NBC y su conductor
rindió homenaje a los policías y bomberos que dieron su
vida para intentar rescatar a las miles de personas sepultadas en las
Torres Gemelas. Son las más grandes personas de nuestra generación,
dijo. Bill Maher, conductor de Politically Incorrect de ABC,
dijo que los atentados alteraron la naturaleza de su programa. Va
a ser más serio. Pienso que es correcto, dijo en medio de
aplausos de los espectadores presentes en el estudio. En el programa del
lunes una de las sillas estaba vacía: era la que habitualmente
ocupaba una de las columnistas del programa, que pereció en el
avión estrellado contra el Pentágono en Washington. El martes
y por primera vez desde el 11 de setiembre, un programa de ficción
de comedia, la sitcom Everybody loves Raymond, fue el más
visto en Estados Unidos, según la empresa Nielsen Media Research.
El público comienza a necesitar algo para aliviarse de tanta angustia.
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