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III FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES
ENTREVISTA AL DIRECTOR URUGUAYO ALBERTO RIVERO
“Es un chiquero de cristal”

Así define el teatrista el paso del hombre por la vida. Está presentando en el Festival de Buenos Aires �El cerdo�, una obra que plantea la metamorfosis del hombre en un animal preocupado ^ por su condición. La compañía canadiense Les Deux Mondes, en tanto, se inspira en fábulas infantiles para hacer una reflexión sobre la crueldad.

Iván Solarich, el actor que afronta
el desafío de mutar en un cerdo.
“Esta es una obra que lleva la impronta
de Artaud”, dice el director.

Por Hilda Cabrera

La idea de darle vida escénica a un hombre que se metamorfosea en cerdo (o bien a un cerdo que, puesto a reflexionar, puede parecer un hombre) resultó –según cuenta el director montevideano Alberto Rivero– de una sugerencia hecha por un colega para que fuera él quien se encargara de esos papeles. Pero este artista, también autor y poeta, escenógrafo y compositor, no se atrevió. De todas formas no desechó totalmente la propuesta. La ocasión de concretar el trabajo llegó tiempo después, cuando, luego de mostrar ese material al grupo Trenes y Lunas, que integra, halló en el fundador de esa compañía al actor capaz de afrontar el rol. El intérprete es Iván Solarich, destacada figura del teatro uruguayo. La obra lleva por título El cerdo y resume a modo de monólogo una historia de metamorfosis que ha sido extraída de la novela Strategie pour deux jambons, del francés Raymond Cousse. Premiado con el Florencio Sánchez en su país (en el rubro Revelación) por su puesta de Hamlet?, e invitado a presentar El cerdo en el marco del Festival (hoy y el martes 25 a las 20.30, y mañana a las 17.30 y 20.30, en el Teatro San Martín), Rivero adelanta –en entrevista con Página/12– detalles de un trabajo que incursiona en temas tales como el crecimiento (que aquí es engorde) y la muerte. “Lo complejo de esta parábola no es el texto, que es sencillo, sino la comparación entre el animal y el hombre”, dice el director.
–¿Cuáles serían en esta obra los puntos en común?
–Lo que relaciona a este cerdo con lo humano es el encierro y su engorde (o crecimiento), que sólo le sirve para terminar en el matadero. En la obra, el cerdo reflexiona sobre su condición. Tiene conciencia de que cuánto más engorde, mayor será su legado. El beneficio, claro, es de los consumidores.
–¿Es un texto político?
–Yo diría existencial, porque se hacen alusiones a temas vinculados al cristianismo y a formas de vida dentro del sistema capitalista. Para este hombre-cerdo la comida es su capital. Pero sí, la obra tiene una impronta ideológica.
–¿Cómo resolvió el tema del encierro en la puesta?
–El actor se encuentra dentro de un cubo de acrílico. Antes que Iván (Solarich), el actor español Juan Echanove hizo este mismo papel en su país. Fue en 1993. El autor de la novela sobre la cual se inspira, Raymond Cousse, murió joven, en 1992, dejando en este relato la impronta de los años 70. Me refiero a la manera en que plantea sus reflexiones. No lo hace a la velocidad de hoy, por ejemplo. Se toma su tiempo y es sobre todo mucho más profundo.
–¿Qué técnicas y estilos influyeron en este trabajo?
–Lo que el espectador va a encontrar es una obra de búsqueda personal y una impronta tomada del poeta, actor y director francés Antonin Artaud, en el sentido de que la palabra no está dicha porque sí. La obra plantea no sólo un problema técnico –el de trabajar en un espacio que mide dos metros cuadrados, y además está cerrado con paredes de acrílico–, sino también las dificultades de un hombre para relacionarse consigo mismo en ese espacio, cuál es el grado de libertad que tiene, y, en cuanto a nosotros, cómo lograr transmitir a la platea la idea de encierro. Para eso, tenemos que evitar atarnos a una formulación estética a priori e intentar que aquello que aparece en escena sea verdad para el público.
–¿Qué importancia tiene para usted el encierro?
–El hombre-cerdo de la obra vive en su pocilga y no quiere salir. Antes del estreno, durante los ensayos, tenía la sensación de que los seres humanos pasamos por la vida metidos en un chiquero de cristal. Vemos lo que sucede afuera, pero no queremos salir. Tampoco permitimos que otro ingrese a esa casa nuestra. Esta obra propone cosas con las que yo personalmente puedo no estar de acuerdo, pero creo que nos facilita eldiálogo sobre los porqués de las imposiciones que uno mismo se hace para vivir apartado.
–¿Qué opina del teatro uruguayo actual?
–En el plano oficial, el teatro, y la cultura en general, sólo interesa para adornar los discursos, porque en la práctica el hecho artístico no está comprendido. Afortunadamente, desde hace seis años hay gente que está creando cosas interesantes dentro del teatro. Se ha empezado a entender el hecho teatral de manera diferente, solicitando, por ejemplo, la asistencia del espectador al actor. Esto significa pedir al espectador que actúe su rol, que se asuma como espectador y no esté ahí en la platea, dispuesto solamente a ver algo. Los que hacemos teatro estamos obligados a tener la cabeza joven, no en el sentido de edad sino de vivencia frente a este tiempo, que es muy visual y tiene un ritmo muy diferente al de años atrás.
–Ese ritmo se resuelve a veces mediante la incorporación de otras disciplinas...
–Sí, porque el teatro, en términos generales, no encontró una formulación propia que lo supere, como pasó con la música, por ejemplo.
–¿Cuáles serían esas formulaciones?
–Mis referentes en la Argentina son Ricardo Bartís, Eduardo Pavlovsky y El Periférico de Objetos. Cuando uno ve una pintura de Vincent Van Gogh, siente que está viendo a su creador, y esto me ocurre con el teatro de estos artistas argentinos. Ellos firman sus espectáculos, opinan a través de éstos, saben decir quiero contar esto.

 

Capítulo XV, hoy gratis
Actividades y espectáculos para hoy. Para las obras nacionales, retirar las entradas una hora antes de la función.
- 10.30 a 13.00: Encuentro Teatro y Estado. Espacio de diálogo. Organizan Getea, la Facultad de Filosofía de la UBA y Fundación SOMI. En el Teatro del Pueblo, Diagonal Norte 943. Entrada gratuita.
- 15.00: South, Wall & After y Cenizas de tango (Danza). En Teatro de la Ribera, Av. Pedro de Mendoza 1821. Gratis.
- 17.00: Museo de objetos de hace mucho. Espectáculo de teatro y música para adolescentes. En Plaza Defensa, Defensa 535. Gratis.
- Guernica. Por el Grupo La Resaca, de Córdoba. Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715.
- 17.30: Recuentos (Cuentos y títeres). Para niños mayores de 3 años. En el C.C. Lino Spilimbergo, Roque Pérez 3545 (Saavedra). Gratis.
- 19.00: La Boxe. Por el Muererío Teatro. En La Fábrica, Querandíes 4290. Gratis.
- De cómo el señor Mockimpott... Dirección de Roberto Castro. En el C.C. San Martín, Sarmiento 1551. Gratis.
- 20.00: Capítulo XV (Teatro para toda edad). En Adán Buenosayres. Av. Asamblea 1200 (Parque Chacabuco). Gratis.
- María Gabriela Epumer (Música pop). En Plaza Defensa, Defensa 535. Gratis.
- El cerdo. Por la Compañía Trenes y Lunas (Uruguay). Dirección de Alberto Rivero. En la Sala Cunill Cabanellas del Teatro San Martín, Corrientes 1530.
- 20.30:La Biblioteca de Babel. Dirección de Rubén Szuchmacher. En la Biblioteca Miguel Cané, Carlos Calvo 4319. Gratis.
- Drácula (The music and film). Por Philip Glass Ensemble (Estados Unidos). En el Teatro Colón, Libertad 621.
- 21.00: Iets op Bach (Danza). Por Les Ballets C. de la B., dirigido por Alain Platel (Bélgica). En la Sala Martín Coronado del San Martín, Corrientes 1530.
- Noches brasileñas. Programación con músicos brasileños y argentinos. (Brasil). En el Teatro Regio, Av. Córdoba 6056.
- 21.30: Les menus plaisirs. Por la Compañía Ilotopie (Francia). C.C. Recoleta, Junín 1930.
- 23.00: Disco (genética en movimiento). Dirección de José María Muscari. En C.C. Adán Buenosayres, Av. Asamblea 1200. Para mayores de 16 años. Gratis.

 

�La historia de la oca�, que su dueño maltrataba

Por H. C.

En esta fábula que cuenta el debate interno de un joven campesino maltratado, la compañía canadiense Les Deux Mondes, con sede en Montreal, recurre sistemáticamente a imágenes que traducen conceptos opuestos, incluida la del vuelo como liberación de un entorno oprimente. La historia del campesino Maurice y su oca Teeka es narrada por el mismo personaje en su fase adulta, de modo fantasioso, otorgándole voz y reflexión al ave. Los opuestos sobre los que trabaja esta compañía fundada en 1973, tales como jóvenes y viejos, ricos y pobres y muchos más (de ahí su nombre: Los dos mundos), están aquí referidos básicamente a una situación de sojuzgamiento, con Maurice como víctima. Lo manifiesta a través de la inquietud que le provoca la presencia de gente que tiene autoridad sobre él (acaso sus patrones o sus padres) y lo evidencian las marcas de latigazos en su espalda. La historia de la oca (de 1991) es tan explícita como imaginativa. Maurice dialoga con el ave amistosamente, pero se contradice cuando, compulsivamente, le arranca plumas. Una forma de relacionarse que enlaza con el deseo de victimizar y dar muerte, incluso a quien se quiere preservar de todos los males.
El elenco canadiense escenifica esa contradicción a través de un texto sencillo dicho en castellano, puesto que el grupo está preparado para llevar su trabajo por el mundo en diferentes idiomas. El decorado es atractivo y transformable: es casa, granero, establo y selva, donde Maurice juega a ser Tarzán. El espectáculo cuenta con una original partitura de Michel Robidoux, que se complementa con los sonidos que uno de los actores arranca de las placas de metal que cubren las paredes de la casa. Destinada a despertar la conciencia de los espectadores (sean éstos niños o adultos, puesto que la obra es para toda edad) respecto del maltrato y sus consecuencias, la obra se construye a partir de un narrador (Maurice adulto), cuya función es informar y dirigir el desarrollo de la acción, y de escenas que se contraponen visualmente, conformando una serie de “cuadros animados”, una característica de los trabajos elaborados con un fin didáctico.
En este aspecto, Les Deux Mondes recurre a elementos utilizados de modo más contundente en épocas anteriores. Entre otros los de “animación teatral” de las décadas del 60 y 70 realizados en apoyo de acciones de interés social, como las marchas por la paz. A semejanza de aquellos montajes que confrontaban dialécticamente fantasía y crítica, La historia... se inspira en cuentos infantiles tradicionales. En este caso, los de Perrault. La diferencia entre aquellos trabajos y el que trajo Les Deux Mondes no reside tanto en la propuesta estética –que en La historia... es de corte setentista–, sino en la receptividad del entorno. En sociedades en las que la estrategia pacifista (como forma de resistencia y conquista) está quebrada, obras como ésta pueden resultar ingenuas.

 

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