Estados Unidos se prepara cada
día un poco más. Ayer, mientras el presidente George Bush
y sus asesores discutían los planes militares del ataque a Afganistán,
aumentaban las fuerzas en camino. El Pentágono dispuso un segundo
envío de aviones de guerra, entre ellos bombarderos B-1 y B-2,
elevando a 550 los aviones en el Océano Indico y el Golfo Pérsico,
además del traslado del portaaviones USS Kitty Hawk
y de un barco de asalto desde Japón a la región de Asia
Central. También se hizo un segundo llamado de 5172 reservistas
de las Fuerzas Armadas norteamericanas y la Guardia Nacional. Del otro
lado, los talibanes afirmaron haber derribado un avión espía
no tripulado y un helicóptero en el marco de combates contra la
antitalibán Alianza del Norte en el norte del país, que
afirmó que el helicóptero cayó por razones técnicas.
La Alianza del Norte es la fuerza afgana con la que cuenta Estados Unidos
para una operación terrestre. Emiratos Arabes Unidos rompió
relaciones con el régimen talibán, que ahora sólo
es reconocido por Pakistán y Arabia Saudita.
Entre el viernes y ayer, al menos seis aviones bombarderos B-52 abandonaron
sus bases en Estados Unidos con un destino no especificado. Según
la agencia rusa Interfax, dos aviones norteamericanos Hércules
C-130 de transporte de tropas aterrizaron ayer en Tashkent, capital de
Uzbekistán, donde otros dos aviones similares habrían llegado
a principios de esta semana. Uzbekistán, ex república soviética
que tiene fronteras con el norte de Afganistán, parece ser el terreno
elegido para establecer las tropas de tierra y de operaciones especiales
que Estados Unidos usará de manera combinada con bombardeos. En
este sentido, Emomali Rahmonov, presidente de Tajikistán, país
vecino de Uzbekistán y limítrofe con Afganistán,
declaró que su país estaba listo para cooperar con
la comunidad internacional, entre ella el gobierno norteamericano.
Sin embargo, el gobierno tajiko, un satélite de Rusia, se niega
por ahora a ofrecer su territorio para la instalación de bases
militares.
En la actualidad, sin contar los aviones que están llegando, se
calcula que Estados Unidos tiene apostados 350 aviones en Medio Oriente
y Asia Central, por mar o por tierra: cazas F-15E y F-16, aviones nodriza
y otros AWACS de vigilancia, en las bases norteamericanas de Arabia Saudita
y la isla Diego García (Océano Indico), en la base de la
OTAN en Turquía y en los portaaviones USS Carl Vinson
y USS Enterprise. Turquía anunció ayer que pondrá
a disposición su espacio aéreo para el paso de aviones norteamericanos.
Pero Arabia Saudita, el aliado más importante de Estados Unidos
en el mundo árabe, se niega a que los norteamericanos utilicen
la base Príncipe Sultán como centro de mando de las fuerzas
militares, lo que podría retrasar el comienzo de la ofensiva. Según
informó ayer The Washington Post, el secretario de Estado Colin
Powell está tratando de persuadir al gobierno saudita para que
revise la decisión.
OPINION
Por Tamim Ansary *
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Lo que quiere Bin
Laden
Soy un americano afgano que odia a los talibanes y a Osama bin
Laden. No tengo dudas de que ellos fueron responsables por lo que
pasó en Nueva York y Washington, y estoy de acuerdo en que
hay que hacer algo con esos monstruos. Pero los talibanes y Bin
Laden no son Afganistán. Ni siquiera son el gobierno de Afganistán.
Los talibanes son una secta de psicóticos ignorantes que
tomaron mi país en 1997. Bin Laden es un delincuente. Cuando
piensen en los talibanes, piensen en los nazis. Cuando piensen en
Bin Laden, piensen en Hitler. Cuando digan los afganos
piensen en los judíos en los campos de concentración.
No es solamente que el pueblo afgano no tiene nada que ver con esta
atrocidad: el pueblo afgano fue la primera víctima de estos
terroristas. Si alguien entrara en Afganistán y destruyera
a los talibanes, si alguien destruyera el nido de ratas que se armó
en su país, los afganos festejarían.
Algunos dicen: ¿por qué los afganos no se alzan
contra los talibanes? Es porque están hambreados, exhaustos,
heridos, aplastados. La ONU estimó hace unos años
que hay 500.000 huérfanos de guerra en un país que
ya no tiene una economía. Hay millones de viudas, y los talibanes
las entierran vivas en tumbas masivas. El país está
cubierto de minas antipersonal y antitanque, las granjas fueron
destruidas por los soviéticos.
Hay quienes dicen van a bombardear Afganistán hasta hacerlo
volver a la edad de piedra. Llegan tarde: los soviéticos
ya lo hicieron. ¿Quieren hacer sufrir a los afganos? Demasiado
tarde. ¿Quieren destruir sus casas? Está hecho. ¿Quieren
dejarlos sin escuelas? Ya son ruinas. ¿Aplastar los hospitales?
¿Destruir la infraestructura? ¿Dejarlos sin medicina?
Lo único que lograrán los bombardeos será entremezclar
las ruinas.
Y difícilmente tocarán a los talibanes, que son los
únicos afganos que comen todos los días y tienen la
capacidad de esconderse. Las bombas les pegarán a los huérfanos
y a los muchísimos lisiados de guerra, que no pueden moverse
muy rápido porque no tienen sillas de ruedas. Bombardear
Kabul otra vez equivale a completar el trabajo de violación
y muerte de los talibanes.
¿Qué hacer entonces? Digo esto con miedo: la única
manera de atrapar a Bin Laden y sus gente es llevar tropas. Por
lo que estamos hablando de ver morir a norteamericanos. Y no sólo
en Afganistán: la única manera de llevar tropas a
donde está Bin Laden es a través de Pakistán,
y será difícil que nos dejen pasar. Primero habría
que conquistar Pakistán y entonces ¿qué harán
las otras naciones musulmanas? Estaríamos coqueteando con
una guerra mundial entre Occidente y el Islam.
Esto es exactamente lo que quiere Bin Laden. Para eso atacó
los Estados Unidos. Está en sus discursos y escritos: él
realmente cree que el mundo musulmán puede derrotar a Occidente,
que si provoca esta guerra mundial tendrá 1000 millones de
soldados que pelearán por él. Si Occidente hace llover
bombas sobre el Islam, mejor para Bin Laden. La guerra durará
años y costará millones de vidas.
Bin Laden quiere eso. ¿Alguien más?
* Escritor afgano.
Traducción: S. K.
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