Por
Julian Borger y Richard Norton-Taylor
Desde Washington y Londres
En
lo que parece ser el primer episodio de la nueva guerra en Afganistán,
los talibanes dijeron ayer que derribaron un avión espía
sin piloto, y el Pentágono admitió que uno de estos aviones,
el que habrían derribado los talibanes anteayer, efectivamente
está perdido. La agencia oficial de noticias de los
talibanes, Bajtar, dijo que el avión fue derribado sobre el paso
de Tashgurgan, en la provincia norteña de Samangan. La agencia
dijo que los funcionarios talibanes están esperando para determinar
qué país lanzó el avión.
En Washington, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo que el
Pentágono perdió contacto con el avión espía,
pero negó que haya sido derribado. Estados Unidos ha perdido
contacto con un vehículo aéreo no pilotado, dijo a
los periodistas luego de aparecer en un talk show. Esto ocurre cada
tanto. No tenemos por qué pensar que fue derribado. Estados
Unidos desplegó equipamiento de vigilancia electrónica en
Uzbekistán, pero lo que no era claro hasta ayer es si ese equipamiento
incluía aviones espías como el Predator, que puede volar
a baja altura y enviar imágenes detalladas de paisajes y movimientos
de tropas. Si se confirma lo dicho por los talibanes, el avión
espía derribado podría haber estado estudiando rutas de
entrada a Afganistán desde Uzbekistán y verificando las
defensas talibanes. Se sabe que tanto el Predator como otros equipos de
vigilancia son y serán utilizados en busca de Osama bin Laden,
el principal sospechoso de los ataques del 11 de setiembre.
La aparente pérdida del avión espía llega luego de
que comandantes militares británicos dieran ayer los toques finales
de un plan de guerra sin precedentes que apunta a capturar o eventualmente
matar a Bin Laden y sus seguidores en Afganistán. El general Anthony
Pigott, subjefe del Comando de Operaciones de Defensa, informará
a los ministros y a la cúpula militar, incluidos los jefes de inteligencia,
sobre el rol de Gran Bretaña en el plan de asalto. El Comando Conjunto
de las Fuerzas Armadas británicas, que debería haber sido
desplazado a Omán para ejercicios militares a gran escala (incluyendo
24.000 soldados y una fuerza naval de 28 buques), debe ahora permanecer
en el país. Será el comando central de las fuerzas especiales
que estarán involucradas en la operación que el Ministerio
de Defensa llama Operación Veritas.
Más de 5000 reservistas norteamericanos fueron llamados este fin
de semana, elevando a 10.000 el número total de los convocados
desde el 11 de septiembre. Tropas de las SAS (fuerzas especiales británicas)
están probablemente ya en contacto con la Alianza del Norte antitalibán.
Un escuadrón de 50 efectivos de SAS están haciendo ejercicios
en Omán a la espera de la entrada en acción en Afganistán.
Las fuerzas navales británicas incluyen un grupo comando de 1500
soldados a bordo del buque HMS Ocean, que transporta helicópteros.
El conocimiento de las SAS de los movimientos y la capacidad de las fuerzas
talibanes, así como en el reconocimiento de minas terrestres, serán
cruciales en cualquier incursión terrestre en el norte de Afganistán,
adonde habría ido Bin Laden según algunos informes.
Las SAS y las fuerzas especiales norteamericanas también necesitan
ayuda local para los ataques a los bunkers de Bin Laden y los túneles
cerca de Kandahar y Farah que unen el sur y el oeste de Afganistán,
y en donde se pueden esconder cientos de personas. Una de las tareas más
importantes de las fuerzas especiales, incluyendo a las SAS, será
transmitir información de inteligencia desde el terreno, vía
satélite, para guiar a los pilotos a blancos específicos.
Dentro del plan de juego norteamericano-británico, primero se encuentra
la concentración de unidades de fuerzas especiales en torno de
Afganistán, y luego empezaría una fase inicial signada por
la destrucción aérea de los misiles antiaéreos de
que dispone Afganistán, así como de su fuerza aérea.
Ambos blancos parecían encontrarse hasta ahora bastante maltrechos
segúnla opinión de los especialistas, por lo cual la desaparición
de dos aeronaves parece un mal modo de comenzar.
WASHINGTON
Y LONDRES DICEN QUE NO SERA UN PASEO
Preparen
muchas bolsas de cadáveres
Por
Ewen MacAskill,
Richard Norton Taylor y Gary Younge
Desde Londres y Washington
Washington y Londres se están preparando para una elevada tasa
de mortalidad entre los soldados enviados a Afganistán para luchar
contra las fuerzas de Osama bin Laden y los talibanes. Fuentes de defensa
británicas predijeron que las bajas serían relativamente
altas porque el conflicto implicará contacto cercano,
en lugar de ser librado principalmente desde el aire, como lo fue en Kosovo
en 1999 y el Golfo Pérsico en 1991. Nadie está acercándose
a la acción sobre la base de la regla de que no habrá bolsas
de cadáveres, dijo una fuente de defensa.
Afganistán será extremadamente peligroso para las fuerzas
especiales norteamericanas y británicas, porque estarán
enfrentadas a guerreros curtidos en batallas que conocen bien las montañas
y los pasajes. El brigadier general Reinhard Gunzel, jefe de las fuerzas
especiales alemanas, advirtió que cualquier intento de capturar
a Bin Laden llevará a un baño de sangre. Gunzel
aceptó que, debido a la escala de la atrocidad en Nueva York y
Washington, los soldados iban a tener que intentarlo, en cualquier caso.
Washington y Londres están ansiosos por el posible impacto en la
moral de la gente del espectáculo de montones de bolsas de cadáveres
traídas de regreso al hogar desde una guerra que han predicho que
será larga. El gobierno británico empezó a preparar
a la opinión pública ayer. El ministro para Irlanda del
Norte, John Reid, a quien a menudo se lo pone a expresar lo que piensa
el gobierno, dijo al programa de televisión Breakfast with
Frost que la gente debía prepararse para mayores sacrificios
que los sufridos en Kosovo: Creo que tenemos que esperar eso. Y
tenemos que estar preparados para tolerarlo. Agregó que debemos
evitar la idea de que no seremos dañados. Somos el aliado más
grande de Estados Unidos. Obviamente, al contestar al terrorismo existe
el peligro del sacrificio de vidas... (pero) hacer cualquier otra cosa
es capitular al terrorismo.
Los servicios de inteligencia están trabajando a toda marcha en
el intento de averiguar dónde están Bin Laden y su fuerza
árabe. Se cree que dispone de una fuerza de guardaespaldas personales
de 350 hombres. El brigadier Gunzel dijo a la revista alemana Der Spiegel
que consideraba la tarea de capturar a Bin Laden como bastante imposible,
y sostuvo las fuerzas especiales en Estados Unidos, Gran Bretaña,
Israel y Francia compartían este punto de vista, pero agregó
que los ataques contra Washington probablemente habían cambiado
la disposición de los políticos a correr riesgos. Si
termina salvando miles de vidas en el futuro, pienso que probablemente
acepten la muerte de soldados especialmente entrenados para combatir al
terrorismo, declaró.
Aunque Alemania todavía está debatiendo si sus tropas deberían
estar involucradas en la ofensiva, los medios alemanes informaron que
una pequeña fuerza de elite está a punto de ser enviada
en misión secreta a Asia Central. Más de 3000 hombres del
Kommando Spezialkrafte están listos para tomar parte en las operaciones,
según algunos informes. Cuatro de los ocho miembros de organizaciones
humanitarias detenidos en Afganistán a principios de agosto por
promover el cristianismo son alemanes.
Una fuente de defensa británica anticipó que habrá
varias bajas. Señaló que incluso en una operación
específica, limitada y meticulosamente planeada para rescatar soldados
británicos tomados como rehenes por un grupo de rebeldes en Sierra
Leona el año pasado, un soldado de la SAS (fuerzas especiales británicas)
fue asesinado y otros resultaron heridos. Gran Bretaña perdió
a 26 efectivos en la Guerra del Golfo, 11 de los cuales eran pilotos y
otros nueve soldados alcanzados por fuego amigo norteamericano.
En el caso de Estados Unidos, las bajas fueron 148, y 20 por fuego amigo.
En Kosovo no hubo muertos ni heridos en los aliados hasta que entraron
en la provincia serbia: después, dos gurkas murieron mientras limpiaban
el terreno de minas. Desde que la guerra de Kosovo terminó, varios
británicos murieron en los Balcanes. La administración Bush
ya ha estado preparando a la opinión pública para lo que
se viene. Se desvivió por advertir a los ciudadanos norteamericanos
de que esta será una campaña militar como no hubo otra y
que deben estar preparados para sacrificios. En su discurso televisado
del jueves ante las dos cámaras del Congreso, Bush dijo: Esta
guerra no será como la de Irak, hace una década, donde había
que liberar un territorio y cuya conclusión fue rápida.
No será como los bombardeos sobre Kosovo hace dos años,
donde tropas terrestres no intervinieron y ningún norteamericano
se perdió en combate.
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