Es
una bobería, no dudó en responder ayer el presidente
del Banco Central brasileño, Arminio Fraga, cuando lo consultaron
sobre una versión periodística que daba cuenta de que tomaría
medidas drásticas, como el control de capitales, para frenar la
persistente devaluación del real. La semana pasada el real llegó
a cotizar 2,76 por dólar, acumulando una devaluación en
lo que va del año de casi el 40 por ciento, lo que disparó
una guerra verbal entre Cavallo y Brasilia que hizo tambalear al Mercosur.
Mientras esta disputa parece lejos de saldarse, el canciller Adalberto
Rodríguez Giavarini y sus pares del Mercosur se reunirán
hoy en Washington con el influyente representante norteamericano de Comercio
Exterior, Robert Zoellick, para iniciar las negociación llamada
4 + 1, con el fin de negociar una área de libre comercio
entre el Mercosur y Estados Unidos. El encuentro es clave porque, pese
a los ataques terroristas, Washington decidió mantenerlo en la
agenda, como una demostración de que está entre sus prioridades
estratégicas avanzar en un bloque de comercio continental.
El contexto en que se desarrollará la reunión es conocido:
un mundo avanzado a paso seguro a la recesión. Y un situación
de creciente incertidumbre en todos los mercados financieros, que hace
que los inversores se desprendan de manera generalizada de papeles de
los llamados mercados emergentes, como Brasil y Argentina,
para refugiarse en activos más seguros para preservar sus valores,
como plazos fijos en los países centrales, bonos del Tesoro norteamericano,
oro, etc.
Más aún, el derrumbe de Wall Street durante toda la semana
pasada se explica porque los inversores también se deshacen de
acciones de las compañías norteamericanas que viven en carne
propia las consecuencias de los atentados (seguros, compañías
aéreas) para poner a salvo sus fondos en esos mismos activos.
El último informe de la Fundación Capital es claro al respecto:
La Argentina soporta desde hace tres años una recesión
y el nuevo contexto que se abre luego del 11 de setiembre despierta un
nuevo foco de incertidumbre, ya que por primera vez en muchos años
puede darse una situación en la cual todo el mundo desarrollado
se encuentre en recesión, afirma.
La fuga de capitales desde los países emergentes es lo que, a su
vez, está provocando el hundimiento del real, pese a los esfuerzos
del gobierno de Cardoso para frenar la corrida, al mantener elevadas las
tasas de interés. Sin embargo, aunque Cavallo proteste porque la
devaluación del real descoloca a la producción argentina
dentro del bloque regional, Brasil ha dado señales contundentes
de que no fijará su tipo de cambio, ni adoptará la Convertibilidad.
Ayer, Arminio Fraga insistió sobre el punto, al desmentir que fuera
a instrumentar controles a la salida de capitales o, incluso, la fijación
del tipo de cambio. Quien me conoce sabe que no creo en esas cosas
como salida para nada, sostuvo Fraga.
Así las cosas, la reunión que hoy celebrarán en Washington
los cancilleres del Mercosur y Robert Zoellick, el representante de Comercio
de Estados Unidos, podría trascender los aspectos comerciales e
incluir también los aspectos financieros, que tanto preocupan a
los ministros de Economía de la región. Por lo pronto en
la Cancillería argentina festejan como un triunfo que Washington
haya mantenido en agenda el encuentro, siendo que las prioridades de la
administración Bush cambiaron radicalmente desde los atentados.
Hace diez años, en 1991, bajo la presidencia de George Bush padre,
se gestó el proceso 4+1, cuando los miembros del Mercosur
firmaron con Estados Unidos un compromiso para desarrollar un área
de libre comercio y promover las inversiones a nivel regional. Formalmente,
la agenda incluye las condiciones de acceso a mercados, la reducción
de trabas arancelarias y paraarancelarias en el sector agrícola
y otros sectores considerados sensibles. Pero por sobre todo, Washington
busca acercándose al Mercosur dar un paso hacia un área
de libre comercio continental para balancear elsurgimiento de la Unión
Europea como polo económico mundial, como reconoció el propio
Zoellick.
El
nuevo record de Mingo
Domingo Cavallo se convirtió hoy en la persona
que ocupó la titularidad del Ministerio de Economía
por más tiempo en los últimos cien años, al superar
por un día los seis años de Domingo Salaberry y Ramón
Cereijo, quienes secundaron respectivamente a Hipólito Yrigoyen
y Juan Domingo Perón. Sin embargo, Salaberry y Cereijo aún
mantienen el record de permanencia ininterrumpida en el cargo, ya
que los seis años y un día de Cavallo se cumplieron
en dos etapas: cinco años, cinco meses y veintisiete días
durante la presidencia de Carlos Menem; y hasta el momento
seis meses y cuatro días con la de Fernando de la Rúa.
En el medio, entre uno y otro ministerio, pasaron cuatro años,
siete meses y veintidós. |
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