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Guerra financiera contra la Osama bin Laden Inc.

Una orden ejecutiva congelará los fondos en EE.UU. de cualquier banco, nacional o extranjero, que haga negocios con Osama bin Laden y sus asociados. Es el golpe económico más fuerte de Bush hasta ahora.

Por Brian Whitaker
y David Pallister *
Desde Washington

El presidente George W. Bush abrió ayer un nuevo frente en su “guerra contra el terrorismo” al atacar las finanzas de Osama bin Laden. “Acabaremos con los terroristas financieros”, dijo. Su acción congela cualquier activo que éstos últimos tengan en Estados Unidos pero, lo que es más importante aún, amenaza con congelar los bienes de cualquier banco que haga negocios con ellos. “Si hacen negocios con los terroristas, si los apoyan o los patrocinan, no harán más negocios con Estados Unidos de América”, advirtió Bush. La lista de 27 nombres incluye 12 organizaciones, 12 individuos, dos organizaciones de caridad y una empresa. Las organizaciones operan en Argelia, Egipto, Kashmir, Líbano, Libia, las Filipinas, Uzbekistán y Yemen (ver infografía a la derecha).
Seis ya fueron prohibidas en el Reino Unido bajo la ley antiterrorista que entró en vigencia en marzo pasado. Estas son al-Qaida; dos grupos argelinos, el Grupo Islámico Armado y el Grupo Salafista de Llamado al Combate; la Jihad Islámica egipcia; un grupo independiente de Kashmir, Harakt ul-Mujaidin; y el Ejército Islámico de Aden. El Ejército de Aden fue responsable del secuestro de 16 turistas en su mayoría británicos en el sur de Yemen en 1998. Cuatro de los rehenes murieron mientras las fuerzas de Yemen trataban de rescatarlos. El líder del Ejército Islámico, Abu al-Hassan al-Mihdar, fue ejecutado y funcionarios yemenitas sostienen que el grupo ya no existe. Poco después del secuestro de los turistas, Mihdar telefoneó a un amigo en Londres, Abu Hamza al-Marsi, un predicador de la mezquita en Finsbury Park, en el norte de Londres. Los yemenitas dicen que Mihdar secuestró a los turistas en un esfuerzo por asegurar la libertad de un grupo de jóvenes de Gran Bretaña, asociados con Abu Hamza, que había sido arrestado en Yemen acusado de terrorismo.
Otros grupos nombrados por Bush son el Abu Sayyaf, que está activo en las Filipinas y que ha estado frecuentemente relacionado con Bin Laden, el Grupo de Combate Islámico de Libia y el Movimiento Islámico de Uzbekistán. Al-Ittihad al-Islamiya es un grupo africano oriental que se dice que opera fuera de Somalia y Kenia. Asbat al-Ansar estaría operando desde Ain alHilweh, el campo de refugiados palestinos más grande del Líbano, bajo el liderazgo de Ahmed Abdel-Karim al-Saadi, también conocido como Abu Mohjen. Makhtab al-Khidamat –nombre que significa “oficina de servicios”– fue establecida por Bin Laden durante la década de 1980 para albergar y financiar a los reclutas extranjeros para la guerra afgana contra la Unión Soviética. Entre las organizaciones de caridad, la Organización Humanitaria Wafa es una agencia de asistencia con sede central en la ciudad de Kandahar, al sur de Afganistán, y está financiada por millonarios árabes de varios países. Su rol ostensible es distribuir alimentos, medicinas y ropa a los afganos pobres. Al-Rashid Trust es una organización basada en Pakistán que maneja dos panaderías en Kabul y cuatro en la ciudad que sirve de sede central a los talibanes, Kandahar. También publica un diario talibán, Dharb-i-Momin.
La lista de personas da la impresión de haber sido una compilación preparada con apuro a la que le falta añadir nombres. Incluyen a Bin Laden mismo y Ayman al-Zawahiri, el jefe de Jihad Islámica de Egipto, que es considerado el número dos de Bin Laden. Zawahiri estaba en la lista de los más buscados del FBI por los atentados a las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998. Ese mismo año firmó la fatwa de Bin Laden llamando a ataques a civiles de Estados Unidos. Está sospechado de ser el cerebro detrás del fallido intento de asesinato del presidente Hosni Mubarak en Egipto en 1995. La lista, que a los bancos se les pide chequear con sus registros, da nombres alternativos o sobrenombres de algunas de las personas. Esto, junto con la dificultad de adaptar los nombres árabes al alfabeto romano, probablemente cause a los bancos algunos dolores de cabeza. Abu Zubaydah es un alias de Muhammad Hassan, un veterano de guerra de Palestina y Afganistán que ascendió velozmente en las jerarquías de alQaida. Los funcionarios de Estados Unidos lo describen como una figura clave que asignaba reclutas a las campos afganos después de examinarlos en Pakistán. “Abu Hafs el Mauritano” fue descripto como un lugarteniente clave de Bin Laden basado en Sudán. Ha sido un blanco de las agencias de Estados Unidos desde los ataques a las embajadas.
El anuncio de ayer de Bush fue hecho después que se distribuyera a los centros financieros una lista separada nombrando a los secuestradores sospechados y a otras personas asociadas con la red de Bin Laden. La lista incluye a tres empresas de Bin Laden en Sudán: Inversiones Taba, construcciones Al-Hijra y la Compañía Internacional Ladin.
Aunque se cree improbable que Bin Laden y sus asociados tengan bienes significativos en Estados Unidos, también se cree que usan la red de bancos internacionales. Una cuenta en una sucursal del Barclays en Londres ya fue congelada. Las autoridades de Estados Unidos dicen que están buscando cuentas en la Isla de Man, en Gibraltar y Suiza.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

EL CANCILLER BRITANICO EN IRAN
Gran Satán en casa

Desde la Revolución Islámica de 1979, el gobierno iraní consideró a Estados Unidos y a su gran aliado, Gran Bretaña, como “el Gran Satán”. Pero como la necesidad tiene cara de hereje, hoy llegó a Teherán el canciller británico Jack Straw, en lo que es la visita diplomática más importante del mundo occidental a Irán desde aquel año. Es que Irán, país limítrofe con Afganistán, tiene dos tesoros súbitamente preciados en Occidente: el apoyo a la coalición en la que se apoyará Estados Unidos para atacar a los talibanes, e Imad Mughniyeh, terrorista que podría estar vinculado con los ataques del martes 11.
A pesar de todo lo que los enfrentan, Estados Unidos e Irán están unidos por el espanto a los talibanes. En el caso de Irán, existen muchos motivos para enfrentarse al régimen que gobierna Afganistán: el religioso (los talibanes representan la versión más extrema del Islam sunnita, lo que lo pone en contra del Irán chiíta), el militar (Irán estuvo a punto de entrar en guerra con los talibanes por el secuestro y muerte de cuatro iraníes en territorio afgano) y hasta humanitario, ya que la guerra de los talibanes expulsa una cantidad enorme de afganos hacia Irán.
El gobierno de Mohamed Jatami condenó los atentados del martes 11 y dispuso el cierre de la frontera con Afganistán. Pero allí se acabó el amor: Irán se opone a una ofensiva sobre Afganistán si no es legitimada por la ONU y mucho menos permite el uso de su espacio aéreo para los ataques norteamericanos. Los medios conservadores iraníes desconfían de “la histórica visita” de Straw, ya que consideran que es tan sólo un emisario de Estados Unidos que necesita hoy a Irán. Sobre todo, en lo inmediato, para que entregue a Mughniyeh, quien se supone que está en el sur del país.
Antes de llegar a Teherán, Straw estuvo en Jordania, donde se entrevistó con el rey Abdalá II y con el líder palestino Yasser Arafat, que le reclamaron más mediación norteamericana y británica en Medio Oriente.

 

 

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