Por
Gustavo Veiga
El
fútbol no puede apartarse de esa costumbre atávica y casi
natural de vivir en crisis continuadas, como ciclos que se repiten de
manera inexorable. Hoy, ese cuadro del expresionismo futbolero resulta
evidente en los numerosos procesos de quiebra, concursos de acreedores
y fideicomisos que rigen la vida de los clubes como consecuencia de sus
graves problemas económicos y financieros. Sobre todo porque, curiosamente,
Racing y Belgrano de Córdoba, los dos equipos que lideran el torneo
Apertura, con 17 y 16 puntos, respectivamente, atraviesan esos procesos,
desde que, la semana pasada, Eddy Carazas, un ignoto jugador peruano que
apenas jugó siete partidos para Belgrano en la temporada 20002001,
le pidió la quiebra por una deuda de 15 mil pesos. Así como
había sucedido antes con Racing o Español y también
con otras instituciones del ascenso, la situación de quebranto
se ha convertido en el estado ideal para quienes no conciben otro tipo
de salida. De ahí las palabras de Gregorio Ledesma, el último
presidente de Belgrano: La quiebra acuesta a un montón de
ladrones que ahora no van a poder cobrar lo que reclaman.
A juzgar por el mensaje del dirigente cordobés y ex concejal peronista,
la bancarrota podría transformarse en un curioso deporte. La
quiebra es lo mejor que le podía pasar al club, insistió
Ledesma. De ese modo, emuló a Daniel Lalín, el ex presidente
de Racing, cuando en julio de 1998 apeló a esa fórmula jurídica
para terminar con los males de la Academia. El transcurso del tiempo demostró
que no sería así. La entidad de Avellaneda cerró
sus puertas el 4 de marzo de 1999, atravesó un largo y conflictivo
período entre avenimientos y posibles gerenciamientos, hasta que
nadie más volvió a hablar de los acreedores. Entre ellos,
cabe recordar, hay ex empleados, futbolistas, gremios y, además,
algunos advenedizos que presentaron créditos de dudosa legitimidad.
Ledesma quizá considere que entre quienes le reclamarán
deudas a Belgrano haya más personajes con oscuros intereses que
verdaderos damnificados por la quiebra. Tal vez, razón no le falte.
Un repaso a las transacciones de futbolistas que el club realizó
durante la presidencia de su antecesor, el escribano Eduardo Schröder,
es elocuente. El acaudalado empresario inmobiliario cordobés Jorge
Petrone posee los derechos económicos de Julio López, Darío
Zárate, Gastón Martina y Gustavo Bordicio, entre otros.
Su aporte habría rondado los 3.500.000 pesos que, ahora, le resultaría
difícil acreditar. Otro hombre de negocios, Marcelo Simonián
-.quien pidió su propia quiebra hace un tiempo-., también
adquirió jugadores por porcentajes diferentes. Y hasta el ex funcionario
menemista Hugo Gaggero, procesado en la causa IBM-Banco Nación,
integraría la nómina de antiguos acreedores. Todos ellos
tienen plazo hasta el 3 de diciembre próximo para confirmar sus
acreencias.
La administración de Belgrano, mientras tanto, quedará provisoriamente
en manos de un órgano fiduciario integrado por el contador Marcelo
Badra, el abogado Fabián Barberá y el ingeniero José
Rufeil. La doctora Beatriz Mansilla de Mosquera, a cargo del Juzgado N
7 en lo Civil y Comercial de Córdoba, dictó la quiebra el
martes pasado y de inmediato integró el fideicomiso que establece
la Ley 25.284. Los nombres de estos profesionales, en el futuro inmediato,
se tornarán en Córdoba tan familiares como los de Enrique
Gorostegui, Liliana Ripoll o Luis Cambra, quienes tuvieron o tienen que
ver, aún hoy, con el proceso de quiebra que enfrenta Racing.
Pero más allá de Belgrano y el club de Avellaneda, los dos
únicos de Primera que se encuentran en esa situación, son
varias más las instituciones que están concursadas en las
tres categorías profesionales de la Argentina. El de Newells
es el caso más curioso. Actualmente está sometido al status
jurídico de Concurso por Conversión, luego de
haber pasado de manera efímera por una quiebra. Eduardo López,
su presidente, unhombre difícil si los hay en el ambiente del fútbol,
debe consultar cada decisión que toma respecto de la compra y venta
de jugadores con el juez Rodolfo Bruch, quien tiene a su cargo el concurso
de acreedores.
Talleres, Huracán y Banfield son las otras entidades que juegan
en Primera que dependen de un juez porque están concursadas. De
las tres, el club del sur del Gran Buenos Aires es el que está
mejor parado ante los acreedores. En cambio, los cordobeses, además
de la complicada situación jurídica que atraviesan, esta
semana podrían quedar desafiliados si la AFA decide sancionarlos
porque incumplieron los acuerdos firmados con Agremiados para abonarle
una deuda considerable al plantel profesional. Y, como si no bastara con
esa pesada carga, la FIFA le notificó a Talleres que el 11 de octubre
vence el mes de plazo que le dio para indemnizar al Racing de Estrasburgo,
Francia, por haberle vendido a un jugador que portaba un pasaporte falso,
Diego Garay. El monto a pagar es inaccesible para un club desquiciado
como el cordobés: alrededor de 2.185.000 pesos.
En las categorías menores de nuestro fútbol también
han sido moneda corriente las quiebras, cierres y concursos desde que
Temperley sufrió la clausura de sus instalaciones el 28 de agosto
de 1989, medida que realmente se hizo efectiva el 11 de junio de 1991.
Atlanta y Excursionistas superaron situaciones de ese tipo y otras entidades
aún las padecen. Son los casos de Atlético Tucumán,
Instituto, Deportivo Español (ver aparte), Deportivo Morón,
All Boys, Ferro, Talleres de Remedios de Escalada y Comunicaciones, entre
otras. La lista podría engordar en los próximos meses alimentada
por las ruinas de clubes que, vaya paradoja, son apetecidos por mercaderes
de un fútbol que continúa siendo de exportación.
Grondona,
el acreedor
Por G. V.
El
próximo 4 de octubre a las 19.30, los 227 acreedores del
club Deportivo Español se reunirán para determinar
si aceptan un avenimiento que saque a la institución de la
quiebra en que se encuentra. El monto total de lo que reclaman llega
a los 10.945.504 pesos con 46 centavos. La salida a la situación
de quebranto la aportaría una empresa .-Constructora San
José S.A. que levantaría un complejo de departamentos
en torre sobre 3 hectáreas y media de las que posee Español
en su predio del Bajo Flores. Con el producto de sus ventas se abonaría
aquella suma.
Entre los acreedores de la institución cuyos bienes son administrados
desde hace tiempo por el juez del fuero Comercial Luis Garibotto,
se encuentran el ex presidente de Español, Francisco Ríos
Seoane (reclama 524.000 pesos), UTEDyC, la obra social OSPEDIC,
el último presidente Daniel Calzón (118.000); Rotamund,
la agencia de viajes que trabaja con la AFA (7.000) y varios ex
futbolistas que pasaron por la institución. En la nómina
también figura una empresa con el n 204 que acreditó
la suma de 2.809,49 pesos. Es Lombardi y Grondona, la histórica
ferretería que posee el presidente de la AFA en Sarandí.
|
|