Por Nora Veiras
y José Natanson
Los atentados en Estados Unidos
reeditaron en la Argentina una de las pocas discusiones que parecía
saldada tras la recuperación democrática: el rol de las
Fuerzas Armadas en tareas de inteligencia interna. En la reunión
de gabinete de ayer, el presidente Fernando de la Rúa le dio instrucciones
al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, para que se reúna con
las comisiones de Defensa y Seguridad del Congreso y analice si es necesario
adecuar la legislación para enfrentar al terrorismo internacional.
La ambigüedad de la directiva presidencial se traduce en certeza
en el Edificio Libertador. Los dirigentes políticos tienen
que dejar de ser hipócritas y decir la verdad, no hay una inteligencia
externa y otra interna, ese es un invento argentino, debe haber una sola
inteligencia integrada, explican los uniformados confiados en la
eficacia de su lobby.
En el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hace rato que actúan
en consecuencia. Este diario publicó los informes que se realizan
por orden del general Juan Carlos Mugnolo en los que se identifica supuestamente
a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como una de las
organizaciones terroristas infiltradas en el norte que actúan
en los piquetes.
Las dificultades para delimitar el terrorismo es lo que habilita,
para los uniformados, la eliminación de toda frontera entre lo
externo y lo interno. De la Rúa ante sus ministros explicó
primero que el terrorismo internacional es una agresión externa
y, por lo tanto, sin vulnerar las leyes de Defensa y Seguridad, estamos
ante un hecho nuevo y hay que pensar de qué forma participan las
Fuerzas Armadas para evitar esta agresión exterior pero sin hacer
inteligencia interna. Después dio otra vuelta a su razonamiento
y dispuso que Jaunarena, el primer funcionario que el domingo después
de los ataques en Nueva York y Washington se anticipó a proponer
la necesidad de redefinir el rol de las Fuerzas Armadas, analizara con
los diputados y senadores la evolución del conflicto y la posibilidad
de adecuar las leyes. El argumento de varios ministros es que en los 80,
cuando se sancionaron esas normas no existía la amenaza del terrorismo
internacional y estaban en carne viva las heridas provocadas por el terrorismo
de Estado, quince años después aparece este nuevo enemigo
y las Fuerzas Armadas están subordinadas al poder civil.
En el Edificio Libertador consideran que en realidad las atribuciones
pasan más por decisiones políticas que por restricciones
legales. Para muchos es innecesario modificar las leyes, para otros el
Congreso debe reestudiarlas en función del nuevo escenario.
En estricto off the record los militares se sinceran y sostienen que es
ficticia la frontera entre inteligencia externa e interna, obviando que
la diferenciación responde a que durante la mayor parte del siglo
XX actuaron como fuerzas de ocupación internas identificando a
los ciudadanos argentinos como el enemigo. Producto de esa historia el
cuerpo legal sancionado durante el gobierno de Raúl Alfonsín
y el de Carlos Menem restringió el campo de acción de los
uniformados.
Ahora el debate aparece instalado con el más puro estilo De la
Rúa: indefinido. El lunes a la noche invitó a los jefes
de las tres fuerzas a compartir un asado en Olivos y alentó el
protagonismo de los militares. Hace dos meses nos decían
que no servíamos para nada y ahora se dan cuenta que en cualquier
momento pueden aparecer nuevas hipótesis de conflicto, se
envalentonan algunos militares que encuentran en la masacre estadounidense
un renovado sentido.
La discusión sobre seguridad y defensa impregnó la reunión
de gabinete y provocó un cruce entre dos ministros. El jefe de
Gabinete Chrystian Colombo, propuso que el Gobierno afirme que la Argentina
es un país seguro porque ya derrotó al terrorismo una vez,
enlos años 70. Eso es absurdo, lo cruzó
el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero. Con la frase, el
jefe de Gabinete no sólo ignoraba la historia reciente: el discurso
es insólito aún desde su propia lógica, ya que en
los 90, lejos de tener controlado al terrorismo, la Argentina sufrió
dos terribles atentados.
De la Rúa aprovechó el silencio para cambiar de tema: pidió
informes sobre las distintas acciones que se vienen implementando para
mejorar la seguridad. El ministro del Interior, Ramón Mestre, explicó
que se ha reforzado la custodia en puntos estratégicos, en los
accesos y en las centrales atómicas y de energía. En cuanto
a la Triple Frontera, el titular de Interior anticipó que se mandó
un un comando de monte de la Gendarmería e informó
sobre el Comando Tripartito integrado por Argentina, Brasil y Paraguay
que se reunirá mañana en Puerto Iguazú. Después,
el titular de la SIDE, Carlos Becerra,pidió reforzar la coordinación
entre los organismos de inteligencia.
La discusión no quedó saldada. Mestre, Cafiero y Jorge de
la Rúa, se opusieron a una ampliación del rol de las Fuerzas
Armadas. Jaunarena optó por el silencio en la reunión y
no planteó la necesidad de incrementar el presupuesto militar.Si
lo hubiese dicho, la carcajada hubiera sido general. El único que
puede decir algo así es Cavallo, que elaboró un presupuesto
con una previsión del 6 por ciento de crecimiento para el 2002,
malició otro ministro que dice entender los tiempos del presidente.
LUIS
TIBILETTI, CO-REDACTOR DE LA LEY DE DEFENSA
Cualquier amenaza no es para usar FF.AA.
Por Martín
Granovsky
Profesor de la Escuela de Defensa
Nacional desde hace siete años y asesor del justicialismo en temas
de defensa desde 1983, Luis Tibiletti participó en la redacción
de las leyes de Defensa y Seguridad Interior. En su especialidad, dice,
se guía por una frase que le escuchó al ex ministro de Defensa
español Narcís Serra: Las relaciones civiles-militares
son como andar en bicicleta; si uno no pedalea, indefectiblemente se cae.
¿Las Fuerzas Armadas deben hacer inteligencia externa?
Pueden hacerla.
¿Deben?
Solo cuando lo justifique el planeamiento estratégico militar,
que es el que establece los elementos esenciales de inteligencia a obtener.
De hecho todas las fuerzas armadas del mundo hacen inteligencia para conocer
las capacidades y vulnerabilidades de los aparatos militares de aquellos
países de interés.
Usted habla de países. El terrorismo no es un Estado. Las
Fuerzas Armadas, ¿deben interesarse en el aparato militar del terrorismo?
Como quedó demostrado en los últimos atentados, el
aparato militar en sí mismo se limitó casi a la nada. El
arma verdadera fueron los aviones y sus tanques de combustible casi llenos.
Y los mismos suicidas. Por eso los medios de inteligencia se centran más
en el descubrimiento de redes, intenciones y apoyos que en la capacidad
militar. Sin duda, especialistas militares en temas como armas químicas
o bacteriológicas, o inclusive radiológicas, que son de
uso más fácil que las nucleares, pueden sumarse a una tarea
de inteligencia antiterrorista.
¿Solo especialistas sueltos?
Si definimos al terrorismo como una hipótesis de conflicto
que debe ser enfrentada por la defensa nacional, obviamente todo el planeamiento
estratégico militar debe prepararse para esa hipótesis.
Por lo tanto no solo la inteligencia sino todas las capacidades militares
deberían volcarse a esa actividad.
¿Y está bien que el terrorismo sea una hipótesis
de conflicto central para la defensa nacional?
Le contesto con la Ley de Defensa que se aprobó en 1988.
Dice la ley que la defensa nacional es la preparación de la nación
para enfrentar agresiones externas que requieran el uso de las Fuerzas
Armadas, es decir de la capacidad militar del Estado. Tanto el terrorismo
como muchas otras amenazas externas, como las ecológicas o las
criminales, que sin duda afectan a la seguridad de los Estados, solo pueden
ser enfrentadas teniendo en cuenta la naturaleza de la amenaza. La ruptura
de la capa de ozono es una amenaza, pero yo no usaría a las Fuerzas
Armadas para combatirla. Definir cualquier amenaza como objeto de la defensa
nacional por el solo hecho de ser amenaza, es volver a la Doctrina de
la Seguridad Nacional.
¿Por qué?
Porque el esquema básico y fundamental de esa doctrina es
que la seguridad es una situación ideal y la defensa está
compuesta por todas las medidas que se adoptan para llegar a ese ideal.
Esto es lo que dijo el ministro Horacio Jaunarena el jueves pasado.
¿Su posición fue incorrecta?
Es obvio. Resulta absurdo pensar que un área estatal como
la de la defensa, pensada, como la ley dice, para cuando es necesario
el empleo de las Fuerzas Armadas, pueda dar respuesta a la enorme complejidad
de agresiones a la seguridad que hoy reciben los Estados. ¿Cómo
puede la defensa enfrentar la amenaza de la inestabilidad financiera,
que identificó el propio Paul Volcker, el ex presidente de la Reserva
Federal, como una amenaza a la seguridad de los Estados Unidos? Por eso,
y no porque sea externo o interno, es que se debe determinar que algo
pertenece al campo de la defensa nacional. ¿Sabe qué pasa
cuando se identifican comoun problema de la defensa amenazas de naturaleza
no militar? Se militariza toda la vida de una comunidad.
¿Qué pasa por ejemplo en Europa?
Casi en simultáneo con el atentado a la AMIA se produjo un
ataque terrorista en el Reino Unido. Ante el reclamo de algunos sectores
el Lord Mayor de Londres contestó: No estoy dispuesto a militarizar
la ciudad. Tenía razón, y la tenía, además,
porque cuando se militariza gana el terrorismo. Los terroristas quieren
escalar al máximo una respuesta violenta desde el Estado. Como
nunca puede saberse que no se producirá un nuevo atentado, cuanto
más rápido se escale tanto más rápido la sociedad
agredida llegará a su punto de impotencia. Por el miedo, y porque
no quedarán posibilidades de seguir escalando. Así es como
la sociedad queda paralizada, que es el objetivo principal del terrorismo.
Por eso hablo de comprender la naturaleza de cada tipo de amenaza.
El general Juan Carlos Mugnolo, jefe del Estado Mayor Conjunto,
dijo que ya estaba haciendo inteligencia antiterrorista.
Hay que hacerse una pregunta: ¿se referirá a los informes
que publicó Página/12 donde el Estado Mayor Conjunto hablaba
de las FARC, la ruta de las drogas de Colombia a Rusia y el problema de
los Sin Tierra brasileños? Cuando el Estado no conduce políticamente
las actividades de las instituciones militares, eso lleva a que un funcionario
pueda ver como terrorista cualquier tipo de problemática social.
No es cuestión de si las Fuerzas Armadas de hoy son más
o menos democráticas que las de ayer, sino de cuál es su
papel en una sociedad con instituciones y roles bien definidos.
Claves
- El Presidente pidió a Jaunarena que explore en el Congreso
si hay que redefinir el papel de los militares.
- Lo apoyaron el delarruista Pascual y Duhalde.
- Jefes militares quieren recuperar funciones de inteligencia diciendo
que el terrorismo es un enemigo externo.
- El experto Luis Tibiletti, que participó en la elaboración
de las leyes de Defensa y de Seguridad Interior, dijo que no cualquier
amenaza a la seguridad puede ser resuelta en términos militares.
- Dijo que el aparato militar del terrorismo, eventual blanco de
la inteligencia castrense, no fue lo importante en el caso de las
Torres Gemelas: armas blancas, el combustible de los aviones y los
propios suicidas.
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DEBATES
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Choque. El ministro del Interior, Ramón Mestre,
volvió a mostrarse en contra de que la necesidad de modificar
las leyes de Seguridad Interior y de Defensa para mejorar las condiciones
de seguridad. No se trata de reformular las formas de las Fuerzas
Armadas sino de manejarnos dentro del criterio de las leyes tal como
están, sostuvo el ministro luego de la reunión
de gabinete. Por ese tema, Mestre ya se había enfrentado con
el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, cuando dio a conocer su
proyecto de unificar las Fuerzas Armadas con las de seguridad. Mestre
también dijo que la seguridad del país está
garantizada.
Valijas. El vocero Juan Pablo Baylac contó que el presidente
Fernando de la Rúa dio instrucciones para que se realicen mayores
controles de equipajes y en los temas de migraciones, en colaboración
con el resto del Mercosur. Según dijo, como consecuencia de
los controles, disminuyeron los vuelos clandestinos en la frontera.
Iguazú. El Gobierno decidió reforzar la seguridad en
la zona de la Triple Frontera enviando un contingente extra de gendarmes
para vigilar la zona. El anuncio se hizo después de la reunión
de gabinete en la que el ministro del Interior, Ramón Mestre,
y el jefe de la SIDE, Carlos Becerra, dieron su informe sobre el nivel
de seguridad del país luego de los atentados terroristas en
Estados Unidos. Estamos empeñados en brindar la mayor
seguridad posible, aseguró el titular de la Agrupación
Misiones de Gendarmería, comandante Juan Barrios. Para eso,
además de los efectivos enviarán un helicóptero,
cuatriciclos, motos y un perro labrador entrenado para detectar explosivos.
Luego de los atentados, hubo 3 mil cancelaciones de reservas en hoteles
de Puerto Iguazú.
Comando. No será la única medida de precaución
en la zona. Se anunció que el jueves se reunirá el Comando
Tripartito que integran los jefes de las fuerzas de seguridad de Argentina,
Paraguay y Brasil para poner en común la información
con la que cuenta cada uno. Por otro lado, el mismo día, se
hará el primer encuentro regional del Consejo de Seguridad
Interior que convocará a los encargados de seguridad de las
provincias del noreste: Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa
Fe, Formosa y Chaco.
Frepaso. Los legisladores del Frepaso anticiparon que en la próxima
sesión presentarán una propuesta propia sobre seguridad
y la posición que Argentina debe tomar en el conflicto bélico
internacional. Entre cosas prevé rechazar las modificaciones
destinadas a provocar la incursión de las Fuerzas Armadas en
tareas de inteligencia interior. También propone respaldar
sin cambios la Ley de Inteligencia que se encuentra actualmente en
el Senado, para aumentar el control parlamentario sobre los servicios
de inteligencia. |
Dos
voces en favor de revisar el régimen actual
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RAFAEL PASCUAL (UCR).
El poder político
es el que decide
Por Fernando Cibeira
Anoche, el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael
Pascual, estaba enojado porque aseguraba que alguien tergiversó
las palabras que dijo por la mañana al ingresar a la Casa
de Gobierno para la reunión de gabinete. Supuestamente, allí
Pascual sostuvo que Argentina estaba en buenas condiciones para
luchar contra el terrorismo si aprovechaba la experiencia de los
dos atentados y en la guerra contra la subversión.
No dije eso, además siempre aclaré que la lucha
contra el terrorismo debía hacerse en términos democráticos,
dijo.
¿Qué quiso decir con que debíamos utilizar
la experiencia de la lucha contra la subversión?
Lo que yo dije era que en la Argentina hubo una década
de violencia terrorista que trajo como consecuencia el desborde,
el revanchismo y el terrorismo de Estado. Y que esa experiencia
permite sacar conclusiones y reflexionar sobre las medidas que debemos
tomar.
¿Y cómo se debe actuar en prevención
de los atentados?
Lo primero que no puede generar ninguna duda es la vigencia
de las instituciones democráticas. El atentado contra las
Torres Gemelas demuestra que por el momento la única forma
posible de prevención es a través de una buena tarea
de inteligencia.
¿Usted propone modificar la ley de Seguridad Interior?
Posiblemente haya que mejorarla y adaptarla a los nuevos elementos
que hay en el mundo.
¿Está entre los que piensan que los militares
podrían volver a actuar en la seguridad interior?
Las Fuerzas Armadas son una institución que forma parte
de la República. Siempre que lo que se haga respete la Constitución,
las leyes y la división de poderes, es el poder político
el que tiene que decidir quién actúa.
Pero, justamente, invocando la experiencia de décadas
anteriores a las que usted hacía referencia, ¿no ve
perjudicial que los militares se dediquen de vuelta a los asuntos
internos?
Pero la actuación de las Fuerzas Armadas en la seguridad
interior ya fue condenada con la vuelta de las instituciones. El
gobierno militar se vio obligado a llamar a elecciones y los responsables
fueron condenados.
¿Y no ve peligro de desbordes como, por ejemplo, que
después de un tiempo los militares se pongan a hacer inteligencia
a los piqueteros?
Mientras sea el poder político el que dé las
órdenes, yo creo que la sociedad argentina está lo
suficientemente madura para contener cualquier posibilidad de desbordes.
Es una cuestión de inteligencia. Siempre será una
decisión del poder político. Aparte, cualquiera que
cumpla ese papel puede hacer lo mismo, sea la Policía Federal
o la Gendarmería. La experiencia de los 70 sirve también
porque queda claro que estas Fuerzas Armadas no son las mismas.
Ahora están subordinadas al poder político.
¿Cree como dijo Enrique Mathov que la Argentina no
es un país seguro?
No es un país en riesgo. Se podría decir que
es un país seguro aunque hay que ver en comparación
con qué.
EDUARDO DUHALDE.
Que las FF.AA.
cuiden la seguridad
Por Felipe Yapur
Los atentados a los Estados Unidos abrieron un debate clausurado
en la Argentina: la participación de las Fuerzas Armadas
en seguridad interior. Ayer el candidato a senador bonaerense por
el PJ, Eduardo Duhalde, aseguró a Página/12 que los
militares deben garantizar la seguridad interna, aunque con
control parlamentario.
¿Cree conveniente que los militares participen en cuestiones
de seguridad interna?
Sí. Deben garantizar la seguridad interna, pero le
aclaro que sólo en el combate al terrorismo internacional.
Pero antes hay que modificar las leyes de Seguridad Interna y Defensa
Nacional. Son las únicas fuerzas que están en condiciones
de ayudar en este sentido. A las otras las veo totalmente desmembradas.
¿Se refiere a la Gendarmería Nacional?
Exactamente. La Gendarmería está cuidando a
los piqueteros. Desgraciadamente es una fuerza que está metida
en temas internos, no la veo en condiciones.
¿Antes que convocar a las FF.AA., no sería mejor
acondicionar estas fuerzas de seguridad?
Mire, si tenemos Fuerzas Armadas creo que tenemos que hacerlas
participar en toda aquella agresión externa que podemos sufrir.
¿Coincide con el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena?
Sí, coincido con él y con el Gobierno.
¿Lo conversó con los diputados que responden
a su conducción? ¿Llevará al Congreso estos
cambios?
No, no. Esto fue sólo un comentario. Es lo que yo pienso,
no es ni siquiera la opinión del justicialismo.
¿Usted pide la participación de los militares
en cuestiones internas a pesar de lo que significó durante
los años 60 y 70?
Bueno, sí. Pero tenemos que controlarlos y creo que
debería ser a través del Parlamento.
La ley de Inteligencia prevé que la SIDE coordine todas
las agencias de inteligencia. ¿No es mejor eso, y no que
los militares participen en seguridad interna?
En el caso particular de las agencias de inteligencia creo
conveniente que las coordine la SIDE. Yo hablo de la participación
activa. Es decir, una vez que tengamos resuelto el tema de la inteligencia,
los militares deben participar como fuerzas con capacidad para desmantelar
una operación terrorista de las características que
nos preocupan ahora.
Pero para ello es preciso modificar las leyes de Seguridad
y Defensa.
Mire, no soy un especialista en este tema. Simplemente tengo
la sensación de que estamos frente a un problema serio y
hay que encararlo. Los atentados en los Estados Unidos no son los
primeros, ya hubo otro en las Torres Gemelas años atrás.
Y ahora se repiten. Bueno, nosotros tuvimos experiencia en ello,
somos un país vulnerable y no podemos esperar que vuelva
a ocurrir. Tenemos que poner las barbas en remojo.
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