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LA REGION CRECERA MENOS POR LOS EFECTOS DEL ATAQUE, SEGUN CEPAL
Sólo subirá la cantidad de pobres

Debido a los efectos del ataque terrorista, la Cepal revisó sus proyecciones de crecimiento para América latina. Más fragilidad social.

 

La caída de las Bolsas provocará un efecto pobreza que debilitará más las expectativas del consumidor.

Los recientes atentados en Estados Unidos repercutirán negativamente en la economía latinoamericana y por ende en sus indicadores sociales. A raíz de los efectos de los ataques, la Cepal revisó sus proyecciones de crecimiento para el 2001, el que no estará en torno del 2,0 por ciento anunciado sino que rondará entre el 0,5 y el 1,0 por ciento. El organismo de las Naciones Unidas también informó en Santiago de Chile que en la década del 90 la cantidad de pobres de América latina se incrementó en 11 millones y, en contrapartida, los más ricos aumentaron su participación en el producto regional.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, con sede en la capital chilena, recortó así por segunda vez en el año su estimación de crecimiento. “Estrictamente hablando tenemos una nueva proyección que da en torno del 1,0 por ciento, pero la probabilidad de que sea menor es alta”, declaró José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo del organismo. “Estamos hablando entonces entre un 0,5 y 1,0 por ciento”, agregó.
La caída en las proyecciones, dijo Ocampo, se relaciona estrechamente con una reducción en las expectativas para la economía estadounidense, cuyo consumo se verá restringido debido a “la cautela de los hogares ante eventualidades futuras”, detalló.
El directivo de Cepal reconoció que aún no hay claridad respecto de los efectos que tendrá una mayor desaceleración mundial sobre las principales economías de la región, aunque anticipó que podrían ser las más vulnerables. “Esperamos que haya un mayor efecto de las economías grandes, en particular sobre México y Brasil”, estimó. Aunque no dio números para cada país, el funcionario consideró que, en el caso de Argentina, no debería haber cambios notables respecto de la estimación inicial del organismo, que había proyectado una caída del producto de 1,0 por ciento para el 2001.
Sin embargo, a pesar de los malos números, Ocampo consideró que actualmente los países de la región se encuentran en una situación mejor para enfrentar el empeoramiento del escenario internacional. A diferencia de anteriores crisis, explicó, “la inflación internacional está relativamente controlada y las tasas de interés externas son bajas”.
De la investigación de Cepal surge también que, debido a las malas perspectivas de crecimiento económico, son escasas las posibilidades de reducir la pobreza en el corto plazo, especialmente la pobreza extrema. El “Panorama Social de América Latina 2000-2001”, difundido ayer, muestra que el 44 por ciento de los latinoamericanos, más de 211 millones, son pobres. En tanto el 18,5 por ciento, 89 millones, se encuentran en situación de pobreza extrema o indigencia.
La interpretación dada por Cepal fue que “la reducción de los porcentajes de pobreza no fue suficiente para contrarrestar completamente el crecimiento demográfico”, con lo que “el número de pobres creció en 11 millones” entre 1990 y 1999.
La evolución en la década generó, según el director ejecutivo de Cepal, “altísimos niveles” de mala distribución del ingreso, pues “el 10 por ciento más rico, que en la mayoría de los países capta más del 35 por ciento del ingreso total”. Además, “el ingreso per cápita de este 10 por ciento supera en la mayoría de los países cerca de 20 veces o más el del 40 por ciento más pobre”. El desempleo también aumentó: la tasa de desocupación pasó durante los ‘90 de una media de 6 al 9 por ciento, elevando de 7,6 a 18,1 millones las personas sin empleo.

 


 

La confianza por el piso

Las acciones argentinas no pudieron pegarse a la buena racha de Wall Street. El índice MerVal perdió 1,3 por ciento, influenciado por las malas perspectivas de la economía brasileña. En el país vecino, a pesar de una revaluación del real, a 1,716 por dólar, los economistas prevén una fuerte desaceleración económica y la bolsa de San Pablo bajó 2,9 por ciento. Distinto fue lo sucedido en Nueva York. A pesar del brusco descenso en el índice de confianza de los consumidores estadounidenses tras los atentados –la caída más importante en 11 años, desde la Guerra del Golfo–, el índice Dow Jones subió 0,7 por ciento. Y el Nasdaq, el 0,2. El índice de confianza se ubicó en 97 puntos, frente a los 114 de un mes atrás.

 

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