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Galeano, dispuesto a ponerle un
moño al expediente de la AMIA

El juez prepara una resolución que supuestamente resolvería la conexión internacional. Se aparentaría que no queda más nada para investigar. Pero el razonamiento es endeble y sin pruebas.

Miguel Angel Romero y Alberto Nisman, fiscales que llevan adelante la acusación en el caso AMIA.

Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

Todos los cañones apuntan al cierre de la causa AMIA. Mientras se realiza el juicio oral, el juez Juan José Galeano prepara una resolución para darle un marco casi definitivo a la llamada conexión internacional. De esa manera, con el juicio cubriendo el aspecto local y la resolución el internacional, prácticamente se lograría aparentar que no hay nada más por investigar y la pesquisa seguiría el camino del moribundo expediente de la Embajada de Israel. En el caso del atentado a la sede diplomática, la Corte Suprema de Justicia le adjudicó la autoría a Imad Mughniyeh, de quien ni siquiera se probó que haya pasado por la Argentina. Ese libanés figura en la investigación del tema AMIA, pero Galeano estaría apuntando también al agregado cultural iraní Moshen Rabbani, sobre quien hasta ahora no se vio en los papeles más que evidencia circunstancial.
La noticia fue confirmada a Página/12 por los fiscales Eamon Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman, quienes formularon la acusación en el juicio oral por el atentado a la AMIA y continúan instruyendo los capítulos inconclusos. Ellos reconocen que “todavía no hay nada firme de la conexión internacional”. “Pero es posible que haya en función de la investigación que se está haciendo la Triple Frontera”, explicaron a coro. “Además, contamos con testimonios de gente en el exterior, como el testigo C. Lo que no hay son elementos suficientes para responsabilizar a personas y llevarlas a juicio. Pero no se descarta que Galeano firme pronto una resolución que apunte a algún personaje específico”, dijeron los fiscales.
Más allá de lo que haga Galeano, también es cierto que en el juicio oral podrían aparecer datos sobre la conexión islámica-fundamentalista que operó en el país para que el atentado se perpetrara. O bien, podría ocurrir que, al final del proceso, los jueces del tribunal oral cuestionen la pesquisa y pidan que se haga todo de nuevo.
Mugniyeh era el jefe de operaciones del Hezbollah, un partido libanés que se asienta en el apoyo de Irán. Sobre su presencia en la Argentina no hay el menor indicio, pero la lógica es que en la resolución que prepara Galeano las cosas vayan hacia Rabbani.
Las pruebas que se conocen contra Irán y Moshen Rabbani son éstas:
- En noviembre de 1993 la SIDE filmó a Rabbani preguntando precios de camionetas Trafic usadas, el mismo vehículo usado para el atentado. Los investigadores sostienen que “los diplomáticos tienen exenciones impositivas totales, ergo, es ilógico que quieran comprar una camioneta usada por 10 u 11 mil pesos” cuando podrían adquirir algo mucho mejor.
Quienes cuestionan esta hipótesis argumentan que sería muy raro que un diplomático, personalmente, haga la gestión de comprar un vehículo para cometer un atentado. En especial, si es un hombre llamativo, con una barba larguísima y un acento muy pronunciado. Todo contradice la lógica que tendría una organización que prepara un atentado.
- En la pesquisa por el atentado, apareció una empresa extraña, South Beef, una especie de exportadora iraní de carne, que fue allanada y registraba operaciones que eran únicamente una cubierta para otras actividades. Rabbani era la autoridad religiosa que supervisaba el envío de las carnes a Irán y estaba ligado a South Beef, cuyo personal era sólo iraní. El problema es que, tal vez, esa empresa fantasma haya servido para triangular repuestos de aviones de combate o armas, u otra cosa. No hay pruebas de que su estructura se haya usado para el ataque a la AMIA.
- Hay dos testigos, el arrepentido Monoucheh Moatamer y el testigo C, un hombre que fue de alto rango en la inteligencia iraní, que sostienen que Teherán preparó el atentado. Es más, C sostiene que hubo una reunión de las mayores autoridades de Irán en la que se aprobó la ejecución del ataque contra la AMIA. La debilidad de ambos testigos es que, primero, no son neutrales porque están enrolados en la oposición al régimen de Teherán y, segundo, no pudieron señalar nada específico sobre Argentina: quiénactuó como mano de obra, dónde se alojaron, dónde se armó la camioneta, quiénes colaboraron, además de los diplomáticos de la embajada de Irán.
- Por supuesto los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel siempre dijeron que el atentado venía de Irán, el régimen que por entonces era su archienemigo. En verdad, los iraníes no tenían ningún antecedente de un atentado masivo fuera de Medio Oriente. Sí, en cambio, asesinaron a sus opositores.
- Un dato que para Galeano tiene importancia: uno de los colaboradores de Rabbani estaba en Dar el Salam cuando se produjo, en 1998, el atentado contra la embajada de Estados Unidos en esa capital de Tanzania.
- Desde el punto de vista operativo, el juez considera importante que el viernes 15 de julio de 1994, tres días antes del atentado, la camioneta Trafic fue dejada en el estacionamiento Jet Parking, en Azcuénaga y Paraguay, cerca de las 18. A esa hora, Rabbani estaba en los alrededores de esa playa. Así se determinó por las llamadas de celular que hizo. En una palabra, que Rabbani habría supervisado el estacionamiento.
Como se ve, la evidencia de ninguna manera es categórica y tiene un defecto básico: es imposible llegar al autor intelectual de ningún delito sin haber esclarecido primero quién fue el autor material. En la investigación argentina no se sabe nada sobre quienes cometieron el atentado ni dónde se alojaron ni cuáles fueron sus colaboradores. Sin saber eso, es imposible encontrar lazos concretos –diálogos, comunicaciones telefónicas, reuniones, testimonios– que permitan asegurar quién ordenó, en el plano internacional, la destrucción de la AMIA.

 

Imágenes del día dos

A upa. La segunda jornada del juicio oral por el atentado a la AMIA, empezó con un espectáculo del ex comisario Juan José Ribelli. Se negó a ponerse el chaleco antibalas y advirtió que, si lo obligaban, se negaría a caminar. Dicho y hecho. Los guardias lo tuvieron que trasladar 30 metros a upa hasta ingresar a los tribunales. Cuando entró a la sala desde el pullman le tiró un besito su cuñada, y él asintió.
Sueñito. Ayer los secretarios del tribunal completaron la lectura de la acusación de los fiscales y comenzaron con el escrito de elevación a juicio del juez Juan José Galeano. Demasiada información. Tanto que los jueces del tribunal oral 3, Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo testearon todas las posiciones, se mandaron papelitos y ensayaron muecas varias para disimular los bostezos. Algunos momentos de mayor atención surgieron con la lectura de escuchas, entonadas con habilidad por uno de los secretarios, y de la acusación contra Ribelli y Telleldín.
Tarjeta amarilla. A las 16.40, cuando debía reanudarse la audiencia luego del primer cuarto intermedio, ni los fiscales ni los abogados defensores llegaban. Recién a las 17.30 se retomó el debate. Larrambebere, que preside el tribunal, los miró fijo y dijo: “les advertimos severamente para que no se repita.”

 

�Esperamos poder saber más de la verdad�
Por I.H.

Durante los dos primeros días del juicio oral por el atentado a la AMIA, se leyeron las casi 400 páginas íntegras de su acusación. Los fiscales Eamon Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman anunciaron ya que pedirán cadena perpetua para Carlos Telleldín y los ex policías Juan José Ribelli, Raúl Ibarra, Anastasio Leal y Mario Bareiro por participar en el armado de la Trafic usada para el atentado. Los planteos de nulidad y la revelación de irregularidades que se avecinan de parte de los defensores, creen, “no prosperarán”.
–¿Qué aportará de novedoso este juicio oral? –les preguntó Página/12.
–Esperamos de todo, poder saber mucho más de la verdad, que surjan datos, que alguien se quiebre.
–¿Qué piensan del pedido de apartamiento contra Galeano que hizo Memoria Activa?
–Sólo sabemos que le tocó al juzgado de Jorge Urso. No sabíamos lo de la destrucción de los videos, que igualmente no forman parte de la acusación.
–¿Temen que el planteo de irregularidades en la causa anule la pesquisa?
–Planteos seguramente va a haber, pero no prosperarán. Llegamos al juicio con pruebas sólidas y confiados de que probaremos nuestra acusación. Si hubo irregularidades quedarán a la vista en el debate.
–¿Por qué la SIDE no quiere entregar sus expedientes? ¿Qué implica eso?
–La SIDE invoca una ley secreta que nosotros desconocemos. Pero es un tema del tribunal oral.
–¿Qué implica que los acusados se nieguen a declarar, como al parecer lo planean?
–Están en su derecho, pero en ese caso se incorporarán sus declaraciones anteriores. Ellos sabrán lo que hacen.

 

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