Por Pablo Plotkin
El heavy metal no muere: se
transforma. Siempre parece haber alguien dispuesto a subir el volumen,
redoblar la distorsión y bramar de furia frente a multitudes adolescentes
en ebullición. En su último reciclaje, el género
contó con el salvavidas del rap, la reaparición del maquillaje
y el advenimiento de un montón de chicos blancos de aburridos pueblitos
estadounidenses que padecieron infancias presuntamente traumáticas.
Korn, Papa Roach, Staind, Slipknot... Las nuevas estrellas de rock en
un mercado musical polarizado (en el rincón pop, Britney Spears,
NSYNC, Backstreet Boys y los demás). Sepultura, cabeza de
serie paulista en la andanada thrash de fines de los 80 y principios de
los 90 sobrevive a contramano de la tendencia y pese a la renuncia de
su cantante y líder original, Max Cavalera, y nace al nuevo siglo
como clásico metalero de la década pasada. Después
de un disco decepcionante (Against, en el que debutaba el cantante norteamericano
Derrick Green), el cuarteto brasileño de alcance continental presentará
mañana en Obras el álbum que pone las cosas en orden, Sepulnation.
Desde su residencia en San Pablo, el guitarrista Andreas Kisser recuerda
el momento que siguió al alejamiento de Max, cuando él se
probó como vocalista. Fue un período importante para
Sepultura. Estuvimos ocho meses ensayando como trío, y yo hacía
las voces, pero sólo tocábamos material nuevo, que luego
sería parte de Against. Yo probé, pero realmente no quería
ser vocalista, fue sólo la primera opción. Felizmente encontramos
a Derrick, nos reestructuramos después de ese momento traumático
y conseguimos un nuevo manager para completar el equipo.
Ese período traumático parece reflejarse
en el título y la calidad de los discos: Against es de oposición,
disperso; Sepulnation encierra una idea de unión.
Ciertamente. Against fue un disco bien honesto, como todos los discos
de Sepultura: estábamos atravesando los problemas surgidos después
de la salida de Max, que no sólo era el cantante sino también
el empresario, así que nos sentíamos abandonados, nosotros
tres contra el mundo. Tenía ese espíritu, el de enfrentar
los obstáculos. Era importante que el nuevo cantante no copiase
a Max, que no copiase el pasado. Fue una experiencia super valiosa. Pero
Sepulnation, en cambio, es el trabajo de una banda ya integrada, con Derrick
aportando ideas para las canciones. Tuvo un espíritu más
constructivo. Y más curtido.
A la vez, Sepulnation es un disco contestatario.
Este es un mundo de caos. El terrorismo, la confusión religiosa,
los problemas económicos... Lo nuestro es enfrentar el futuro con
una propuesta más positiva, encarar los problemas reales, oponiéndose
a las personas dueñas de las armas y la ignorancia que pretende
mentalizar a las masas con una idea única. Sepulnation se opone
a la guerra religiosa y enfrenta problemas como la polución y la
falta de agua. Se trata de mantener el planeta vivo.
¿Qué piensa del nü metal?
No lo considero nuevo, creo que es un rap pesado, cargado de la
electricidad del heavy. Ahí están Korn, Limp Bizkit, que
son buenos. Otros grupos, como Slipknot, creo que son más paleros,
y se inspiran en bandas como nosotros o Pantera.
¿En qué estado creativo se encuentra la música
brasileña?
La música brasileña es siempre riquísima. Siempre
reciclándose, siempre influyendo, trayendo cosas nuevas. Creo que
O Rapa, Planet Hemp, Gabriel O Pensador, son ejemplos de vigencia artística.
El nordeste carga con una fuerza rítmica espectacular, ciudades
como Pernambuco están dando músicos muy buenos. Y también
existe buen metal, pero a un nivel underground.
¿Qué sabe de rock argentino?
Lamentablemente sé muy poco. Creo que si cantaran en portugués
llegarían mucho más. Artistas como Paralamas o Roberto Carlos,
tuvieron que grabar en español para acceder al resto de América
del Sur. No hay bandas argentinas que graben en portugués. La comunicación
entre los dos países debería funcionar mejor. Porque si
bien los idiomas son parecidos, no dejan de ser diferentes. Creo que Manu
Chao, que está tan influido por la música brasileña
como por otras músicas latinoamericanas, hizo algo muy positivo
para ese intercambio.
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