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LA CAMARA HABILITO QUE SE INVESTIGARA AL JUEZ DEL CASO AMIA
Galeano, camino al infierno

A partir de una denuncia de Memoria Activa, la Cámara Federal dispuso que el juez Galeano fuera investigado por haber reconocido que destruyó pruebas y lo denunció ante Urso. No fue separado de la causa AMIA residual.

El juez federal Juan José Galeano será investigado por las irregularidades en la instrucción.

Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

El juez Juan José Galeano quedó en una situación complicada. En base a una presentación de los abogados de Memoria Activa, la Cámara Federal porteña dio pie para que fuer investigado en varios flancos por haber reconocido en un escrito que ordenó la destrucción de videos y otros elementos relacionados con la causa AMIA. El tribunal resolvió, en principio, no separarlo de la instrucción de lo que queda del expediente sobre el atentado, pero inició un sumario administrativo en su contra, radicó una denuncia en el juzgado de Jorge Urso para que determinara si existió un delito y giró el caso al Consejo de la Magistratura, que podría llevarlo a juicio político.
El propio Galeano reconoció tiempo atrás que durante la instrucción del caso AMIA filmaba a imputados y testigos para registrar sus actitudes y estudiarlas con posterioridad. Esa fue la explicación que dio a raíz de que el acusado ex comisario Juan José Ribelli le enrostró una copia de la cinta en la que se lo veía negociando la declaración del armador de autos Carlos Telleldín a cambio de 400.000 mil pesos. Esa historia terminó con el procesamiento de Ribelli por extorsionar al juez y está incluida en el juicio oral en curso por el atentado a la mutual judía.
Cuando el Tribunal Oral 3 le pidió a Galeano los videos en cuestión, se encontró una respuesta sorpresiva: había encomendado su destrucción a un secretario, alegando que bastantes problemas había tenido con el que Ribelli –entonces defendido por el abogado Mariano Cúneo Libarona– había conseguido, de adentro del juzgado o de la SIDE. Quedará el enigma sobre cuántas cintas había y qué contenían. Si no había ninguna infracción o acción non sancta en ellas, no se entiende por qué habría de despedazarlas.
Los abogados de Memoria Activa Alberto Zuppi y Pablo Jacoby le pidieron a la Cámara Federal que le iniciara a Galeano un sumario interno y averiguara si había incurrido en un delito al destruir elementos destinados a servir de prueba. También solicitaron que fuera apartado de lo que se llama “AMIA residual” porque, dijeron, teniendo en cuenta que “el propio juez ha confesado haber destruido pruebas de diversa índole, es presumible que esto pueda continuar ocurriendo lo que pone en peligro la conservación de las pruebas que la instrucción obtenga o haya obtenido”.
La mutual judía, la DAIA así como los Familiares y Amigos de las víctimas del atentado a la AMIA tienen una concepción distinta de la actuación de Galeano. Ellos creen que trabajó mucho y que fue boicoteado por el Gobierno y las fuerzas de seguridad. Consideran, además, que era entre todos los jueces federales quien mejor podría llevar adelante la causa. En relación a los videos, nadie filma irregularidades, lo que daría cuenta de la buena fe del magistrado, que los grabó. En ese punto, creen que el tema que trajo problemas fue la intimidación de Ribelli.
El juez Martín Irurzun, que preside el tribunal de alzada, no aceptó correr a Galeano del caso con el criterio de que primero se debe analizar su actuación a fondo. Será investigado en tres ámbitos diferentes:
- La propia Cámara ya ordenó medidas de certificación de actuaciones y prepara otras nuevas como parte de un sumario administrativo.
- El juez Urso analiza el caso, pero existe la chance de que se lo gire a su par Claudio Bonadío. Así se lo habría sugerido ya el fiscal Jorge Di Lello. Urso tiene dos motivos para derivar el caso. Primero, Bonadío instruye un expediente que podría considerarse conexo, en el que el ex secretario de Galeano, Claudio Lifchitz, denunció a su ex jefe por numerosas barbaridades en la causa del atentado, entre ellas, que se le habría pagado a Telleldín, preparado testigos y omitido denunciar que la Side hizo desaparecer pruebas. Segundo, Urso procesó a Lifchitz por haber difundido por TV una escucha telefónica del expediente AMIA.
- El Consejo de la Magistratura analizará si Galeano cometió alguna falta y, de acuerdo a lo que concluya, podría iniciarle juicio político.

 

A confesión de parte
Por I.H. y R.K.

La actividad del juicio por el atentado a la AMIA se centrará mañana en la lectura de las doscientas nueve páginas con que el juez Juan José Galeano elevó la causa a debate oral. Se trata de un texto en primera persona y tono melodramático, que incluye una suerte de confesión de las ineficacias, trabas, maniobras y complicidades de la investigación. En esencia, es un intento de justificación de las deficiencias de la pesquisa que, a simple vista, le da la razón a la denuncia que viene formulando Memoria Activa desde hace años. De los señalamientos del juez se desprende cómo el Estado subestimó el caso. Dice, por ejemplo, que después del atentado a la Embajada de Israel no hubo ninguna previsión ante la posibilidad de un segundo atentado. Señala que el Departamento Protección al Orden Constitucional (POC) de la Policía Federal, que era el organismo supuestamente especializado en aquel entonces en terrorismo, carecía de conocimientos para proyectar la investigación. Incluso sugiere que hubo una suerte pacto de no agresión entre el POC y la Policía Bonaerense. Detalla, además, la desaparición de pruebas (cintas de escuchas telefónicas, agendas, entre otros), que sugiere pudieron haber sido obra del POC, y la aparición de otras truchas. A la SIDE la trata con más benevolencia: tenía información “sobre las actividades de grupos minoritarios de elementos fundamentalistas”, dice, pero no las supo o pudo plasmar en pruebas judiciales. La Dirección de Migraciones, sostiene, no exhibió eficacia alguna ni voluntad de colaborar. Acerca de la Bonaerense puntualiza, por ejemplo, los testigos falsos que le presentaron, sus lazos con el comisario Juan José Ribelli o con la cúpula de la fuerza. En Argentina, muestra, no hay control sobre los explosivos que circulan.

 

50 DIAS SIN CLASES EN JUJUY
Perdiendo el año

La ministra de Educación de Jujuy, Lilian Abraham de Méndez, admitió ayer la posibilidad de que, a raíz de las huelgas docentes, se pueda perder el período lectivo. A 300 kilómetros de la capital jujeña, en La Quiaca, docentes, desocupados, padres y alumnos de escuelas públicas cortaron el puente internacional que comunica esta localidad con Bolivia. Reclaman el pago de los sueldos de agosto y el aguinaldo que les adeuda el gobernador peronista Eduardo Fellner.
En La Quiaca no sólo se interrumpió el tránsito en el puente internacional, también se tomaron en forma pacífica las escuelas y la delegación del Ministerio de Educación. Todo esto ocurría mientras Fellner se encontraba realizando gestiones en el Ministerio de Economía de la Nación. Busca conseguir la autorización que les permita firmar un acuerdo con la provincia de Buenos Aires por la entrega de Patacones que serán utilizados para saldar las deudas salariales.
La crítica situación que atraviesa la educación jujeña no es reciente. Ayer, la ministra Méndez reconoció que desde hace 14 años la provincia no le paga los sueldos a los maestros en tiempo y forma. En 1997, se decidió por decreto, promover a todos los alumnos al grado inmediato superior a pesar de no haber cumplido con el mínimo de días de clases. En el 2000 ocurrió algo similar, pero superaron el problema con una recuperación obligatoria. Este año, Fellner y su ministra aseguran que si no se prolongan los días de clase, se corre el riesgo de perder el año.

 

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