Por Diego Schurman
Los atentados a Estados Unidos
eclipsaron los acontecimientos de la política nacional. En consecuencia,
varios dirigentes se lanzaron a la búsqueda de un discurso de
resultado no siempre feliz para no quedar fuera del foco de atención.
Carlos Ruckauf fue uno de ellos. El gobernador bonaerense propuso crear
en Mar del Plata un polo de desarrollo industrial de equipamiento
para hacer frente a una potencial guerra química y bacteriológica.
Ruckauf ratificó a Página/12 la idea que comentó
ante un nutrido grupo de representantes de la comunidad europea, durante
una reunión celebrada el miércoles en la Embajada de Alemania.
El gobernador imagina una participación de la Argentina desde
la paz, aportando ayuda directa que no sea necesariamente a través
del envío de tropas a Medio Oriente.
Estamos en las puertas de una guerra con consecuencias impredecibles
que promete durar muchos años y con nuestra idea podemos dar simultáneamente
una respuesta en dos frentes: hacia afuera, ofreciendo una ayuda concreta
a Estados Unidos y sus aliados, y también hacia adentro, ya que
con el centro industrial estaríamos creando numerosas fuentes de
trabajo, señaló a este diario el secretario de prensa
de la gobernación bonaerense, Julio Macchi.
¿Por qué Mar del Plata como sede del polo de desarrollo
industrial? La ciudad balnearia registra uno de los índices de
desocupación más elevados del país. Allí no
sólo se fabricarían máscaras antigás y trajes
especiales, que filtran los contaminantes del aire. También medicamentos
y alimentos de alta conservación para los combatientes.
El gobernador sueña con una producción en gran escala.
En el entorno de Ruckauf aseguran que el lugar elegido para lanzar la
propuesta fue estratégico ya que serían los
países de la comunidad económica europea los principales
compradores de los productos, que de todas formas ya se fabrican en Estados
Unidos y algunas regiones del viejo continente.
Técnicos del Ministerio de la Producción de la provincia
de Buenos Aires, que comanda Federico Scarabino, se abocarán en
los próximos días a realizar estudios de factibilidad,
según confió Macchi a Página/12. Todavía no
hay estimaciones sobre los costos de inversión ni tampoco cuántos
trabajadores resultarían beneficiados con la puesta en marcha del
emprendimiento.
A pesar del entusiasmo, en La Plata reconocen que el proyecto está
verde ya que muchos se enteraron del mismo el miércoles
de esta semana, cuando Ruckauf lo hizo público en la embajada de
Alemania. No es campaña, no es proselitismo, es una propuesta
seria, dada a conocer en un ámbito diplomático, señaló
otro vocero del gobernador sobre la idea que llegó a los oídos
del embajador alemán Hans Ulrich Stohn.
El enojo tiene una explicación: dirigentes de la oposición
y del propio PJ sostienen que el único interés del precandidato
presidencial es aparecer en los medios, sobre todo luego del
retroceso sufrido en las encuestas a costa del crecimiento de su competidor
en la interna partidaria, José Manuel de la Sota.
Podrán decir lo que quieran, pero ya existen órdenes
concretas del gobernador para trabajar en el tema, se defendió
Macchi.
Ruckauf habría anticipado su propuesta a Fernando de la Rúa.
Si bien nadie en la Casa Rosada lo confirmó, no sería extraño:
en dos oportunidades el gobernador justicialista le confió en privado
al Presidente lo que horas después declararía en público,
como aquella vez en la que llamó a blindar las fronteras
con gendarmes y efectivos de las Fuerzas Armadas para impedir el ingreso
de terroristas.
OPINION
Por Juan De Wandelaer *
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Fuerzas armadas inútiles
Los ataques terroristas en Nueva York, como cualquier otro ataque
terrorista, no son, como dijo Bush, actos de guerra. La estrategia
terrorista es jaquear la disuasión y la defensa militar.
Las Fuerzas Armadas más potentes del mundo han sido incapaces
de evitar este desastre. Es otro fracaso de la defensa
como se suele entender (defender la Patria). Si son
ataques a la civilización, defender sus valores
implica respetarlos, con la exigencia de renunciar a toda operación
militar que puede provocar más víctimas inocentes.
No se puede luchar contra el terrorismo usando sus mismos métodos
arbitrarios que niegan el derecho. Hay que negarse a entrar en su
lógica de violencia ciega y descubrir sus redes, desmantelarlas
y arrestar, juzgar y condenar a los culpables.
Sin querer para nada justificar el terrorismo, es necesario sin
embargo buscar comprender cuál es su racionalidad política,
ahondar en sus raíces históricas, sociológicas,
ideológicas y políticas. Es un trabajo de inteligencia,
diferente de buscar culpables y enemigos,
indispensable para erradicarlo. Una vez reconocida la dimensión
política del terrorismo, será posible encontrar las
soluciones para extirparlo, privando a sus autores de las razones
políticas que invocan para justificarlas, no haciendo la
guerra sino construyendo la justicia. Por supuesto, el gobierno
de Estados Unidos debería empezar por reconocer su responsabilidad
en la falta de justicia en el mundo.
Argentina no tiene hipótesis de conflicto con otros países
como para justificar la necesidad de tener Fuerzas Armadas. Son
inútiles y costosas, pero intentan aprovecharse de la coyuntura
para hacer inteligencia interior. Lo inteligente sería
pensar realmente en la mejor forma de defender a la población
de los verdaderos peligros que afronta: el hambre, la miseria, el
desempleo, la falta de salud y educación, el control de la
economía en manos de empresas extranjeras, etc. Se están
pagando sueldos a miles de personas para un ¿trabajo? (ser
miembro de las Fuerzas Armadas) socialmente inútil, cuando
hay tanto para hacer para un verdadero desarrollo humano y económico.
¿Para cuándo un Ministerio de la Paz?
* Miembro de la Internacional de Resistentes a la Guerra y
militante del Equipo Buenos Aires del Servicio Paz y Justicia.
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