Por Laura Vales
Desde Puerto Iguazú
El Gobierno impulsará
que los servicios de inteligencia argentinos coordinen tareas de inteligencia
conjuntas con sus pares de Brasil, Paraguay y el Uruguay. Así lo
confirmó ayer, desde la Triple Frontera, el secretario de Seguridad
Enrique Mathov. La coordinación que se pretende alcanzar entre
los espías de los países del Mercosur irá mucho más
allá del intercambio de información para apuntar, según
definió uno de los especialistas presentes en la cumbre sobre seguridad
que se realizó aquí, al campo de la acciones concretas.
El titular de Interior, Ramón Mestre, que encabezó la cumbre,
avanzará en esa dirección esta tarde, cuando se reúna
en Montevideo con sus pares de los tres países vecinos. Aunque
todavía no está claro el alcance del proyecto, su espíritu
no podría serlo más.
Vamos hacia una sociedad con mayores niveles de control asintió
ayer el ministro ante Página/12.
¿Con qué riesgos para las libertades democráticas?
Ese es el gran debate que se abre a partir de ahora.
Puerto Iguazú, la zona más caliente de la frontera, reunió
ayer a los especialistas del ramo en temas de seguridad. Desde temprano
en la mañana, a esta ciudad donde los comerciantes no hacen más
que quejarse porque en las últimas dos semanas perdieron tres mil
reservas hoteleras por el efecto de tanta noticia sobre células
fundamentalistas dormidas, fueron llegando ministros, secretarios,
espías y uniformados al por mayor.
Los consultados tendieron a irritarse cuando se les mencionó como
el antecedente más cercano a la operatoria de coordinación
que describían al Plan Cóndor. No es en absoluto comparable,
porque hoy tenemos Estado de derecho, democracias y no dictaduras, publicidad
y debate en lugar de planificaciones secretas, apuntó uno
de los hombres del Gobierno que lleva adelante las negociaciones.
La agenda del día en Puerto Iguazú contuvo dos encuentros:
el primero, del Consejo de Seguridad Regional, para discutir medidas sobre
migración, terrorismo y narcotráfico en las provincias de
Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Chaco y Santa Fe. Por
la tarde, con similares temas de discusión, se reunió el
Comité Tripartito, integrado por autoridades de Foz de Iguazú,
Puerto Iguazú y Ciudad del Este.
De las cumbres, presididas por el ministro del Interior participaron su
par de Justicia Jorge De la Rúa; el segundo de la SIDE, Darío
Richarte; el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos y
el titular de Gendarmería Hugo Miranda y el de Prefectura Juan
José Beltritti.
Si en algo coincidieron todos fue en que Puerto Iguazú, a esta
altura, es la ciudad con más alta tasa de vigilancia en el mundo.
A falta de turistas, en los dos últimos días abunda el camuflaje:
en la zona está haciendo ejercicios especiales y rastrillajes el
personal de Prefectura y de Gendarmería, la aeronáutica
despliega sobre el cielo misionero una cuadrilla de aviones Pucará
y un radar de alta capacidad para detectar vuelos ilegales hizo su estreno.
Y en los próximos meses habrá aún más vigilancia.
La Gendarmería seguirá mandando a un alto porcentaje
de sus nuevos graduados, anticipó a este diario el titular
de la Fuerza, Hugo Miranda.
En cambio, según parece no habrá efectivos de las Fuerzas
Armadas. Mestre aseguró que el gobierno no planea militarizar la
Triple Frontera y puntualizó que el tema ni siquiera fue
tratado como hipótesis; es decir que no se piensa, más
allá del envío de radares a la zona, en la participación
directa del Ejército en la región.
Tras los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono hubo
una fuerte presión diplomática de los Estados Unidos para
que se extremen loscontroles, especialmente en la Triple Frontera, y se
comparta la inteligencia.
Una de las posibilidades abiertas para la coordinación regional
de los servicios, vista con buenos ojos por el gobierno, es reflotar la
idea de crear una red de espías en el marco del Comité Interamericano
contra el Terrorismo (Cicte), un organismo de la Organización de
Estados Americanos. El Cicte se fundó en 1999 e incluso fue presentado
por el entonces ministro del Interior Carlos Corach como una iniciativa
argentina.
El planteo de coordinar las inteligencias presupone que la calidad
de la información que tenemos es buena, señaló
ayer este diario a un colaborador de Mestre. Sí, fue
la respuesta; creemos que la calidad de la información es
buena, pero que nos falta conseguir un mayor caudal. ¿Piensan
en replantear también el modo en que se está reuniendo información?
No fue la respuesta; por ahora, sólo pensamos
en un cambio en la intensidad del trabajo.
Desmentida y confirmación
El ministro del Interior, Ramón Mestre, y el jefe de la
Policía Federal, Rubén Santos, negaron que a pedido
del FBI esa fuerza esté espiando sin permiso de las autoridades
paraguayas todos los mails que parten o llegan de Ciudad del Este,
en la Triple Frontera, tal como publicó en su tapa de ayer
Página/12. Sería absolutamente ilegal si eso
sucediera y estoy seguro de que eso no está ocurriendo,
aseguró Mestre a este diario. No llama la atención
que así lo haya hecho porque la operación en cuestión
no cuenta con autorización judicial ni del gobierno de Paraguay.
Lo desmiento terminantemente, declaró Santos
en el mismo sentido y explicó que nosotros no recibimos
ningún pedido del FBI y de haberlo recibido hubiéramos
dado intervención a un juez federal, además
de afirmar usó las mismas palabras que Mestre
que sería absolutamente ilegal y estoy seguro que no
está ocurriendo. Las fuentes policiales consultadas
por este diario, que ayer ratificaron la información publicada,
tomaron las desmentidas en broma. No es que sea ilegal, el
hecho es que no está legislado. Entonces, lo que no está
prohibido, está permitido. Los jefes no lo van a reconocer
nunca.
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REUNION
DEL CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL Y EL NEA
Más poder a las policías
Por L.V.
La reunión del Consejo
de Seguridad Regional en la Triple Frontera tuvo un saldo principal: los
delegados de las seis provincias del noreste definieron junto a los funcionarios
de la Nación y a las fuerzas de seguridad medidas concretas para
intercambiar información. Simultáneamente, se pidió
más poder para las policías provinciales y una vigilancia
más fuerte sobre los extranjeros, tanto pasajeros como trabajadores.
La regional noreste del Consejo reúne a las provincias de Misiones,
Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos. Aunque se esperaba
la participación de los gobernadores, ayer sólo se vio a
sus delegados. El tema central de las comisiones de trabajo fue qué
medidas de seguridad tomar en las zonas fronterizas.
El encuentro de la tarde, del Comité tripartito de seguridad, se
centró en cambio en la cuestión de las tres ciudades (Foz
de Iguazú, Puerto Iguazú y Ciudad del Este) ubicadas en
el corazón geográfico del Cono Sur un dato no menor
según los criterios políticos y militares y donde
confluyen, además, Estados con evidentes dificultades para el control
y donde toda la actividad está dominada por el contrabando, el
lavado de dinero y el narcotráfico.
La SIDE, la Unidad Antiterrorista y la Gendarmería coincidían
ayer en que no hay ningún indicio que vincule los atentados contra
las Torres Gemelas con la Triple Frontera. El diagnóstico actual
es que la actividad islámica fundamentalista en la zona se asienta
en estructuras de contrabando y de falsificación de documentos.
El 20 de mayo, por ejemplo, detuvieron a un libanés con 17 pasaportes
falsos que Paraguay liberó dos días más tarde. En
la Triple Frontera cualquiera se hace de una nueva identidad; es un lugar
también muy usado para guardarse cuando alguno está siendo
muy buscado, definió uno de los consultados.
Los hombres de inteligencia se quejan de los laxos controles del Paraguay
y vigilan en la zona los movimientos de algunos residentes árabes
que viajan con frecuencia a Pakistán.
Los espías no han detectado campos de entrenamiento ni acopio de
armas; consideran más bien a la zona como un lugar de posible financiamiento
de los grupos fundamentalistas, de provisión de documentos, o un
sitio ideal para funcionar de guarida cuando hace falta desaparecer por
un tiempo.
Consideran, en cambio, como bastante probable que la operación
de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA hayan pasado por
allí. Hay indicios variados en ese sentido: en el caso de la embajada,
la camioneta-bomba Ford F 100 fue comprada con un documento a nombre de
Ribeiro Da Luz, de origen brasileño; los papeles provenían
de la zona de Foz de Iguazú. En la investigación sobre la
AMIA se encontró también que en la compra de la Trafic utilizada
para la voladura se usó un documento falso a nombre de Carlos Martínez.
Está la aparición de Wilson Dos Santos, el misterioso personaje
que preanunció el atentado y que frecuentaba la Triple Frontera.
El ex comisario Juan José Ribelli estuvo allí una semana
antes del 18 de julio del 94 él dice que visitando
las Cataratas y Carlos Telleldín viajó inmediatamente
después de que ocurriera.
Habrá que ver qué frutos se obtienen a partir del actual
desembarco masivo de personal de seguridad y espías.
Mestre, AMIA y Menem
Lo único que dije fue que, tal como en algún
reportaje lo dijo el propio ex presidente, el envío de naves
al Golfo dejó la posibilidad de que pudiera haber sido una
causa para ese ataque, entreviendo el mundo musulmán que
había cooperado con el enemigo. Así, el ministro
del Interior, Ramón Mestre, salió ayer a relativizar
las declaraciones que había formulado el día anterior,
cuando había asegurado que ciertos compromisos de Carlos
Menem con países islámicos habían provocado
los atentados en la Embajada de Israel y la AMIA. Las palabras de
Mestre generaron una serie de críticas e incluso una denuncia
en su contra por los presuntos delitos de omisión de
denuncia e incumplimiento de los deberes de funcionario
público.
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