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Un asado en Olivos para calmar a Daer y Moyano

El Presidente invitó a cenar a Olivos a los líderes de las CGT, un día antes de que las centrales obreras den a conocer su plan de lucha contra el Gobierno y su posible reunificación.

Daer y Moyano llegaron anoche
a Olivos, invitados por De la Rúa.
El Presidente había elogiado el intento
de unificación de las CGT.

Por Diego Schurman

Los amagues de unidad y las promesas de un duro plan de lucha comenzaron a surtir efecto. Fernando de la Rúa agasajó anoche a las dos CGT en la residencia de Olivos con una generosa cena. Su objetivo: calmar los ánimos belicosos del sindicalismo y abortar cualquier tipo de medidas de fuerza.
Gordos y rebeldes desempolvaron sus trajes –con algunas excepciones– y llegaron a la quinta presidencial con los dientes afilados. De la Rúa los recibió junto a Chrystian Colombo y Patricia Bullrich. El jefe de Gabinete y la ministra de Trabajo escucharon una retahíla de quejas contra el “modelo” y Domingo Cavallo, a quien las dos CGT buscan desplazar de la cartera de Economía por considerarlo el “padre de la criatura”.
Hubo un salpicado de temas: la situación del PAMI, de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, el conflicto entrerriano, el pedido de declaración jurada de los dirigentes gremiales, el llamado a convenios, los bonos provinciales, entre tantos otros.
A la hora de criticar casi nadie dejó pasar su turno. Por la CGT oficial tomaron la palabra su titular, Rodolfo Daer, Carlos West Ocampo, Oscar Lescano, Gerardo Martínez, José Pedraza, Andrés Rodríguez, Armando Cavalieri y Juan José Zanola. Por los rebeldes se alistaron Hugo Moyano, Juan Manuel Palacios, Juan Carlos Smith y Omar Viviani. Los sindicalistas ya habían mantenido un encuentro previo para fijar la agenda temática.
La reunión de anoche se comenzó a gestar hace una semana, bajo el encanto aromático de un chivito asado ofrecido por Colombo. Entonces, los sindicalistas se fueron con algo más que la panza llena. A sus casas también llegaron con un adelanto de los “cambios estructurales” que viene programando el Gobierno.
West Ocampo, Lescano y Rodríguez agradecieron por igual el dato y la comida. Pero fue días después cuando se enteraron que Patricia Bullrich sería una de las probables “trasladadas”. Pese a que en el Ministerio de Trabajo lo desmintieron, las dos CGT festejaron la información como un triunfo propio: no sólo porque consideran a la ministra la versión femenina de Cavallo. También porque volvería a quedar vacante un lugar que históricamente ambicionan.
Como si fuera poco, en las tertulias sindicales se aseguraba que Bullrich aglutinaría la totalidad de los planes sociales, con lo cual en la movida también quedaría separado de su cargo Juan Pablo Cafiero. Es sabido que la CGT y el Frepaso nunca sintonizaron el mismo dial.
Con tanta expectativa generada, y tanto chichoneo de última hora, no será tarea sencilla para Daer y Moyano mantener firme su plan de lucha, que promete, para días después de las elecciones del 14 de octubre, piquetes en los accesos a la Capital y también la toma de varios ministerios.
Durante esta jornada las dos CGT realizarán un plenario que marcará el retorno de Moyano a la histórica sede de Azopardo e Independencia, en otro gesto de buena voluntad hacia la unidad sindical. Gordos y rebeldes deberán aprobar en ese marco el paquete de medidas que con tanto entusiasmo anunciaron a lo largo de la semana.
Es una incógnita qué sucederá. Algunos especulaban con una alternativa para no quedar expuestos públicamente: ratificar el plan de lucha pero no definir la fecha, de tal manera que la evolución de la crisis –y sobre todo las negociaciones con el Gobierno– deje margen para suspenderlo o confirmarlo.
–¿Qué lectura hará la gente si después de esta cena no ratifican las duras medidas de fuerza que prometieron? –preguntó este diario a un sindicalista que dijo presente en Olivos.
–Que nos dieron de comer muy bien –contestó irónico el “gordo”.

 


 

FIN DEL ASUETO AHORRATIVO Y MENSAJE DE MONTIEL
Llegan los bonos entrerrianos

Como en su momento le ocurrió a la provincia de Buenos Aires, ahora Entre Ríos vive en carne propia los síntomas del caos económico que parece llegar a las administraciones en todo el país. Ayer, el gobernador entrerriano Sergio Montiel peregrinó por la Capital Federal, en busca de ayuda financiera, dado que todavía no pagó los sueldos de agosto a la mayoría de los empleados estatales. Mientras tanto, hoy es el último día del asueto administrativo que dispuso el gobernador para tratar de ahorrar dinero, y en las gateras están los 260 millones de pesos en bonos que se usarán para pagar deudas a proveedores y los sueldos a los estatales. De todos modos, el ministro de Interior, Ramón Mestre, descartó la intervención a Entre Ríos. Hoy, Montiel dará un mensaje por la radio y la TV provincial, donde explicará el resultado de sus gestiones en Buenos Aires, que al parecer no habrían arrojado resultados positivos.
El origen de la crisis es la divisoria de aguas entre los radicales y los peronistas. “Si la Nación le enviara a Entre Ríos los casi 60 millones de pesos que le adeuda, producto de los excedentes de la represa de Salto Grande, Entre Ríos superaría la crisis inmediatamente”, disparó el radical Julio Rodríguez Signes, presidente de la Cámara de Diputados provincial.
La situación de Entre Ríos ya comenzó a rebotar en la escena nacional. El candidato a senador por la Alianza en Buenos Aires, Leopoldo Moreau, en sintonía con sus correligionarios entrerrianos, acusó a Domingo Cavallo de estar “asfixiando deliberadamente” al gobierno de Montiel. “Está haciendo lo mismo que en su momento hizo con (Eduardo) Angeloz, para facilitar el triunfo de sus amigos justicialistas en la provincia de Córdoba”, denunció Moreau. La tirantez entre Cavallo y Montiel es reconocida por los allegados al entrerriano, lo que podría explicar la frialdad con la que habría sido recibido el gobernador en la Capital.
En tanto, el ex mandatario y candidato a senador por el PJ, Jorge Busti, dijo a Página/12 que las causas del déficit provincial residen en haber comprado “el Hotel Mayorazgo, el Tango 03, duplicar y poner una renta vitalicia a los jueces, además de aumentar el gasto en masa salarial”. Para enrarecer aún más el ambiente en el marco de la campaña electoral, ayer grupos de desocupados reclamaron comida frente a cuatro supermercados, ante lo que el gobierno provincial se comprometió a entregar hoy bolsones de alimentos.
Montiel planeaba capear el déficit presupuestado para este año apelando al crédito externo. Al cerrarse esas “canillas” por el aplastante peso de la deuda externa y por el aumento del riesgo país, Entre Ríos se quedó sin recursos. También es cierto que ninguno de los últimos gobernadores (Montiel, Busti, y Mario Moine) pudo enderezar las cuentas, y también que la Nación le debe el dinero por Salto Grande, entre otras partidas.
Ante el ahogo financiero, la primera consecuencia fue que no se pudieron pagar los sueldos de agosto de casi toda la administración provincial. Pero, previsor, Montiel sí le pagó los sueldos más bajos a la policía. Y el medio aguinaldo, que tendría que haberlo pagado íntegramente en julio, lo fraccionó en seis cuotas mensuales, de las cuales hasta ahora pagó dos, y debe la de septiembre. A través de un decreto, anteayer el gobierno local informó que se tomaba como fecha límite para saldar esas deudas el 31 de octubre.
La solución que encontró Montiel para tapar el agujero fiscal fue la de emitir bonos, acompañando una “moda” que se extiende por las provincias, en simultáneo con el deterioro de las cuentas públicas. Al cierre de esta edición, la Cámara de Diputados debatía si autorizaba la emisión de 260 millones de pesos en “Bonos Federales” para abonar los sueldos superiores a 350 pesos y para pagarle a los proveedores, o si el monto de papeles será de 180, fijándose el piso del recorte en ese caso en 500 pesos. Con todas las dependencias públicas cerradas, con los hospitales sólo con guardias, y con los estatales en pie de guerra, este mediodía Montiel le explicará la situación a sus comprovincianos, y se sabrá qué rumbo tomará la crisis.

Informe: Alejandro Cánepa

 


 

LIBERARON A LOS GREMIALISTAS DE AEROLINEAS
Basteiro y Llanos en la calle

“Esto fue una burda y vil maniobra”, denunció Ariel Basteiro apenas salió en libertad, luego de pasar una noche en el comando de patrullas de los Tribunales de Lomas de Zamora. La policía aeronáutica lo había detenido el miércoles a la medianoche, junto al secretario adjunto de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) Edgardo Llanos, después que los trabajadores de Aerolíneas intentaran retrasar el vuelo 6184 de Iberia en protesta por el atraso de 56 días en el pago de sueldos.
Basteiro y Llanos habían sido apresados por orden del juez federal Roberto Santamaría, quien los acusaba del delito de “entorpecimiento de transporte aéreo” que está penado en el artículo 194 del Código Penal. Ayer a la tarde, fueron trasladados al juzgado de Santamaría, donde finalmente recuperaron la libertad, luego de que se negaran a declarar y rechazaran los cargos que les imputa el juez. “Han manifestado que no han cometido ningún tipo de delito, tras lo cual fue efectivo el pedido de excarcelación que formulamos hoy (por ayer) a la mañana”, declaró el abogado de los dos gremialistas, Aldo Marruserro.
La liberación de Basteiro y Llanos fue muy festejada por los doscientos manifestantes de APA que se concentraron desde temprano en el frente del juzgado para expresar su solidaridad. Entre ellos se encontraban Víctor De Gennaro, Fabio Basteiro y el líder piquetero Luis D’Elía. Este último había amenazado con organizar cortes de ruta si los dos gremialistas no recuperaban su libertad. En cambio, el ministro del Interior, Ramón Mestre, cuestionó las movilizaciones de los aeronáuticos (“exceden el marco de lo que es la protesta”, aseguró) y advirtió, insólitamente, sobre la posibilidad de que esas acciones generen un “estado de subversión”.
A diferencia de Mestre, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, reconoció la justicia del reclamo –un retraso de más de dos meses en el cobro de haberes– y destacó que el salario es un “derecho fundamental” de los trabajadores. En esa línea, anticipó que “cuando el Ministerio de Trabajo reciba la denuncia va a actuar de manera inmediata”. La cuestión seguramente llegará a la Justicia, que podría imponer sanciones a la empresa.

 

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