Por Claudio Scaletta
El megacanje de deuda pública
sigue acumulando reprobaciones. Un informe de la Auditoría General
de la Nación al que tuvo acceso exclusivo Página/12, hasta
ahora celosamente guardado por el titular del organismo, el menemista
Rodolfo Barra, señala la ilegitimidad jurídica de la operación
y recomienda su anulación por incumplimiento de la Ley de Crédito
Público. Advierte también que para lograr la postergación
de 12.840 millones de dólares hasta el año 2005 inclusive
(...) la República ha incrementado su deuda pública total
en más de 40.000 millones de dólares, lo que significa transferirles
a las futuras administraciones una pesada carga económica de difícil
cumplimiento. El documento agrega que dicho incremento supera
los 53 mil millones si se computan los intereses capitalizables contemplados
en los Bonos Pagaré 2006 y Globales 2018 y 2031.
Pero los prejuicios en la operación que también es
investigada en la Justicia por presunta asociación ilícita
entre la cúpula de Economía y los bancos participantes
no se limitan, según el informe, a los mayores montos que deberán
pagarse, sino que como consecuencia de la transacción se
cuenta con una menor deuda garantizada (rescate de los bonos Brady Par
y Discount), mayor porcentaje de deuda en moneda extranjera, fuerte concentración
de vencimientos en el período 2006/8, y tasas de interés
fijas y de niveles muy superiores a las medias de los bonos rescatados.
Todo esto sin que la operación de canje llevada a cabo haya
significado una extensión importante en la vida promedio de la
deuda pública. Así, la onerosa operación solo
consiguió una extensión de 7,53 años a 8,23
años. Es decir que ni siquiera logró el objetivo más
elemental del decreto que le dio origen.
En cuanto al análisis jurídico de la operación, el
Proyecto de informe de auditoría de gestión de administración
de pasivos-Canje de deuda 01/06/2001 sostiene que no se respetó
el marco normativo contenido en la ley 24.156 referido al Sistema
de Crédito Público. Por ejemplo, no se requirió
la intervención del Banco Central de la República
Argentina con carácter previo a la emisión de los actos
aprobatorios del canje de deuda, opinión previa que, por
tratarse de nuevos bonos emitidos que contienen mecanismos de capitalización,
era imprescindible según el marco legal.
Por ello el informe destaca la nulidad jurídica de la operación,
pues de acuerdo al artículo 66 de la ley 24.156 las operaciones
de crédito público realizadas en contravención a
las normas dispuestas en la presenta ley son nulas y sin efecto, sin perjuicio
de la responsabilidad personal de quienes la realicen.
Sobre las responsabilidades de quienes participaron en la operación,
el trabajo de la AGN las extiende no sólo a las autoridades
emisoras de los actos administrativos, sino también a
los funcionarios intervinientes en las áreas de asesoramiento,
en la medida que hayan omitido poner de resalto los impedimentos
técnicos y legales advertidos en esta auditoría.
Por último, el informe concluye que las operaciones de canje no
deberían haberse aprobado sin que previamente se expida el poder
legislativo y los organismos de control del Estado, en particular
en canjes en los que se produce un empeoramiento de las condiciones de
gran parte de las operaciones originales involucradas en la operación.
El lapidario documento elaborado por el equipo que trabajaba junto al
renunciado auditor Héctor Durán Sabas, fechado el 21 de
agosto pasado, había sido insistentemente pedido a la AGN por el
diputado Mario Cafiero, quien preside la Comisión Especial del
Congreso que investiga las irregularidades del Megacanje. En su momento
Barra contestó por escrito a Cafiero que el informe todavía
no había sido discutido y que tenía carácter interno.
También que, si se decidía su aprobación, sería
publicado por Internet a los 60 días. No son pocos
quienes conjeturanque el pedido de renuncia a Durán Sabas estaría
vinculado a la confección del informe.
El duro y cuestionador documento de la AGN contrasta, sin embargo, con
el informe sobre la operación elaborado por el Banco Central que
obra en la causa en la que el juez Jorge Ballesteros investiga la legitimidad
de las comisiones pagadas en la operación. Según fuentes
tribunalicias, para el organismo el megacanje no habría registrado
irregularidad alguna.
AYER
CERRO EN 1645 PUNTOS. PERO NADIE PREGUNTA POR ARGENTINA
Ya a nadie le interesa el riesgo país
El riesgo país cerró
ayer a 1645 puntos básicos, 6 más que el día anterior.
El indicador se encuentra en ese nivel, prácticamente sin cambios,
desde que el atentado contra Estados Unidos lo hizo saltar de su rango
previo de entre 1300 y 1400 puntos. Hace dos meses, cuando estaba
en 1500, nos llamaban cada cinco minutos de cualquier lugar del mundo
para ver qué pasaba. Ahora el riesgo está en 1600 y nadie
se acuerda de que existimos, graficó el consultor Rafael
Ber, socio de Argentine Research, en diálogo con Página/12.
Nadie puede decir que estemos bien o tranquilos con un riesgo de
1645 puntos. Pero hay una tensa calma, dijo en forma coincidente
Marcelo Nicoletti, de ABN Amro Asset Management. Ese es el cuadro de situación
en los mercados. Todo se ve tan oscuro como entonces, pero nadie mira
hacia acá.
Ese clima se reflejó ayer en la Bolsa de Comercio, con el índice
Merval moviéndose sin rumbo definido. Había arrancado en
baja y terminó un 1,6 por ciento arriba. El volumen de negocios
fue de apenas 11 millones de pesos, lo que evidencia la falta de interés.
Argentina salió del centro de la escena ante la incertidumbre mucho
mayor sobre qué pasará con el mundo, tanto militar como
económicamente. Y hasta que esos escenarios globales no estén
más claros, por aquí todo seguirá congelado.
Los informes de organismos como el FMI, bancos de inversión y calificadoras
de riesgo sobre el panorama económico internacional en el corto
plazo son entre sombríos y alarmantes. El Credit Suisse First Boston,
el banco de David Mulford, el amigo estadounidense de Domingo Cavallo,
estimó ayer que el crecimiento de la economía mundial será
este año inferior al 1,5 por ciento, debido a que las regiones
económicas más poderosas registran una importante desaceleración.
A la cabeza de ese grupo se encuentra Estados Unidos, cuya economía
estaba por caer en recesión antes de los atentados, y el proceso
se aceleró tras ellos. Esta proyección es todavía
más pesimista a la del FMI, que estimó una expansión
del 2,6 por ciento.
El organismo de crédito también había advertido que
la situación para Argentina en este contexto internacional tiende
a ser muy difícil. Sin embargo, ayer hubo una noticia
más favorable para Argentina. Standard & Poors, la influyente
agencia calificadora de riesgo estadounidense, señaló en
un informe que la evolución de los títulos de deuda argentinos
puede dar una sorpresa hacia una mejora. Pero el principal
motivo que la entidad menciona para la esperanza es que la crisis disciplinará
a la dirigencia política, para cumplir con el déficit cero.
Los mercados de bonos, que ya estaban nerviosos debido a un freno
en la actividad económica mundial, están luchando para encontrar
una tendencia, indica S&P. Pero la cohesión política
en algunos mercados emergentes concluye-, en realidad puede ser
fortalecida por la crisis y la Argentina, por ejemplo, con niveles de
calificación B- y C, puede ofrecer una sorpresa hacia una mejora.
En la city porteña la opinión generalizada entre los brokers
es que mientras persista la volatilidad en Estados Unidos el mercado local
no tendrá un rumbo claro. Esa volatilidad en la principal plaza
del mundo se reflejó ayer con la evolución de sus principales
indicadores. El Dow Jones pasó de una importante baja a finalizar
con una suba del 1,3 por ciento, en tanto que el Nasdaq hizo un recorrido
similar, pero su recuperación no llegó a ponerlo con signo
positivo y cerró con una baja del 0,2 por ciento. El tema que genera
mayor interés esta semana es qué hará la Reserva
Federal banca central estadounidense el próximo martes.
Existe consenso en que habrá una nueva baja en la tasa de interés,
pero las opiniones difieren sobre la magnitud. Ayer las opiniones se dividieron
entre los que apuestan por una caída de 0,5 por ciento y los que
arriesgan a que será del 0,25.
Pero además de los factores internacionales, en la city mencionan
otros dos locales. El más importante es que el gobierno cumpla
en el cuarto trimestre con la regla de Déficit Cero. Los analistas
sostienen que si elgobierno demuestra su fortaleza para imponer el ajuste
habrá reactivación. Pero dudan que pueda hacerlo si, como
se prevé, sufre un cachetazo en las elecciones de octubre. Qué
pasará cuando quede definido en nuevo mapa político es el
otro tema que desvela en este momento a los operadores, y mientras tanto
siguen viendo al riesgo país por las nubes.
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