Por Alejandra Dandan
Es la crónica de un
escenario anunciado. Aquí los nombrados como terroristas no fueron
parte de los ataques a las Torres gemelas ni tripulantes del avión
estrellado contra el Pentágono. Sin embargo guardan alguna semejanza
con aquello: fueron engendrados por el mismo sistema que ahora han empezado
a atacar. Es la nueva población de terroristas informáticos,
una de las preocupaciones más fuertes hoy para las grandes empresas.
En general son ex empleados despedidos en medio de los ajustes presupuestarios
y de la crisis del último año. Sebastián García
es uno de los especialistas convocado para dar cuenta del tema en el Primer
Congreso Nacional de Seguridad en Sistemas Teleinformáticos y Criptografía
que acaba de terminar en Buenos Aires. Página/12 dialogó
con él sobre el panorama de aquello que define como los ataques
informáticos. También analiza la evolución
que han tenido estos atentados en el país.
La profundización de la crisis ha generado cambios en los hackers.
Este nuevo fenómeno es observado por los integrantes del Centro
de Investigaciones de Seguridad Informática argentina, coordinado
por Sebastián García, que a los 24 años se ha convertido
en uno de los especialistas en terrorismo informático. Los nuevos
hackers, los recién llegados a las tribus de grupos locales, se
han vuelto una pesadilla en muchas empresas. Pero estos ataques pueden
leerse como una revancha: de acuerdo a las estadísticas, la mayoría
de los hackeos a páginas web y a sistemas de distintas empresas
fueron causados por ex empleados.
Pero ese no fue el único campo explorado en la crisis. Los sitios
oficiales también resultan blancos elegidos por pequeños
genios de Internet que tienen entre 13 y 18 años. Algunos de estos
puntos, plantea García durante la entrevista con el diario que
se hizo en medio del simposio, de llamativo origen: el seminario fue organizado
por el Ejército, que decidió reunir en una de sus sedes
a expertos en seguridad informática, espías cibernéticos
y hasta a especialistas del Comando Sur de los Estados Unidos. La razón
de todo este despliegue no fueron los ataques en Norteamérica sino,
según dijeron, la idea de convertir al Ejército en sede
para una carrera vinculada al campo de las nuevas tecnologías y
la seguridad informática.
¿Cuál es el perfil de ataques que recibe
el país?
Los ataques que se están haciendo pueden llegar desde adentro
o desde afuera de país. Existe muchísima gente aquí
capacitada y en condiciones de hacerlos. Hay grupos que aunque no pertenecen
a una organización particular tienen la tecnología y cierto
poder para conseguirlo. A pesar de eso los ataques más frecuentes
llegan desde afuera. En la escala mundial, se considera a Brasil como
el país con la mayor cantidad de autores de ataques informáticos
y son ellos quienes vulneran con más frecuencia los sitios de aquí.
¿Por qué resulta atractivo el país como blanco?
Porque no existe un concepto de seguridad que hayan implementado
las empresas para dificultar el ingreso. La entrada a las páginas
es bastante simple pero existe una constante: no suelen observarse motivos
políticos en los ataques.
Hace unos días la página local de McDonald`s fue hackeada.
¿En este hecho tampoco observa una actitud más bien política
que pueda repetirse frente a otros sitios, por ejemplo los del Gobierno?
Tal vez podría haber existido en este caso particular alguna
intención de este tipo, como ocurre con los ataques a las páginas
oficiales. Hay algunos sitios, como los de la Secretaría de Acción
Pública, el área de Promoción Social y llamado gobierno
digital que han resultado blancos continuos. Es cierto que sus páginas
son absolutamente vulnerables porque no han trabajado en la protección.
Imagínese que en el mundo se descubren cinco vulnerabilidades
por día: es imposible actualizarse para estar protegido. Aunque
varios grupos han encontrado en esos lugares sus blancos, en los últimos
meses ha aparecido una nueva tendencia muyfrecuente en el sector privado.
El ataque a empresas observado ahora suele tener un trasfondo político
fuerte.
¿Qué fue lo que potenció estas nuevas intromisiones?
La situación del país es propicia para que se realicen
muchos ataques. Desde el punto de vista comercial, las empresas están
perdiendo dinero y no hay asignación de recursos humanos a tareas
y la baja de salarios más los despidos terminaron dejando agujeros
en los sistemas de seguridad porque existe información que se ha
ido y ya no está protegida.
¿Existe algún límite legal que trabe o impida
los hackeos?
Cuando alguien saca de circulación una página web
no está cometiendo ningún delito, excepto cuando la intervención
se hace en un sitio oficial. Sobre ellas existe un derecho de propiedad
y dominio que no tienen las empresas privadas.
¿Entonces el hackeo contra una empresa privada está
libre de penas?
No hay ningún delito para adjudicarle al hacker, que incluso
podría confesarle a la empresa su intromisión y nadie tendrá
posibilidades de acusarlo de nada. En Estados Unidos, los hackers tuvieron
muchos problemas por esos ingresos donde no hacen ningún tipo de
intervención, sólo observan. Para prevenirse han creado
ahora una ONG dedicada a dar protección legal a los mismos hackers.
Pensar una experiencia similar en el país no tendría sentido
porque no hay legislación por el momento que lo requiera.
¿Cual es el perfil de los atacantes en el país?
Los que comienzan a bajar herramientas de Internet para hackear
un sitio son chicos que tienen desde 13 a 18 años: entre ellos
está la gran masa de población de hackers. Están
seducidos por la investigación en la red y comienzan a meterse
y formarse a esa edad. El conocimiento que consiguen a partir de ese momento
les otorga un poder muy importante, sobre todo en la búsqueda y
captura de información.
Internautas multiplicados
Argentina se ha convertido en el país de la región
con más crecimiento de la población de internautas.
En sólo un año, los abonados aumentaron un 168 por
ciento. Estos números fueron registrados en el marco de un
relevamiento en todo el mundo por Estadística Internacional
de Telecomunicaciones realizado por Siemens.
Hasta diciembre del año pasado en el mundo había 383.530.000
usuarios de Internet, un 53 por ciento más que los contados
en la misma fecha pero del 99. La red argentina tenía
a fines de 2000 a 1.128.000 usuarios abonados y, aunque Brasil la
supera con sus 4 millones de internautas, el crecimiento potencial
aquí es más fuerte. Pero los datos no son del todo
alentadores: las asociaciones de defensa del consumidor indicaron
que el 20 por ciento de los usuarios está disconforme con
su proveedor: hay quejas por lentitud de conexión telefónica
y sobrefacturación. Esto explica además el auge en
la demanda de los accesos de banda ancha en las zonas urbanas. El
último dato es el aumento de usuarios de celulares: creció
acá un 53 por ciento, un punto más que la media mundial.
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