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III FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES
ENTREVISTA CON RICHARD MAXWELL, UN HEREDERO DE ANDY WARHOL
“Debí haber sido estrella de rock”

A los 33 años, el autor y director de �House�, que se presenta esta noche en el San Martín, se ha convertido
en una figura central de la escena de vanguardia neoyorquina. �La música está siempre en mi cabeza�, afirma.

Richard Maxwell prefiere los amateurs a los actores profesionales, que le parecen previsibles.

Por Silvina Friera

El joven dramaturgo, director, compositor y guionista Richard Maxwell es una de las figuras más eclécticas e inquietantes de la escena neoyorquina de fines de los 90. Considerado por la crítica como “el heredero de todo y de todos, de Dadá a Warhol”, en 1999 recibió un premio Obie por House, obra que presenta en el festival hoy y mañana a las 22 y el domingo a las 20.30 en el Teatro San Martín. “Si no me hubiese dedicado al arte, quizás no habría sido feliz. Siempre me interesó combinar el mundo de lo banal con lo épico de la tragedia griega”, explica Maxwell en una entrevista con Página/12. “Mi propósito es demostrar lo que puede existir, sin intentar juzgar ese modo de existencia”, aclara este creador, confeso admirador de la mítica Wooster Group, una de las compañías teatrales más importantes de la vanguardia de Nueva York, fundada a fines de los setenta por el actor William Dafoe y su esposa Elizabeth Lecompte. A pesar de sus 33 años, Maxwell acredita una prolífica trayectoria como autor y director: Caveman (2001), Boxing 2001 (2000), Showy Lady Slipper (1999), Cowboys & Indians (1999) –escrita con Jim Strahs–, Debate (1998), Flight Courier Service (1997), Superintendents (1997), entre otros. House, estrenada en Perfomance Space 122, perteneciente al circuito off Brodway, narra la trama de un homicidio y la fuga de la escena del crimen.
Maxwell prefiere no mencionar el día del atentado en las Torres Gemelas. “Estaba en Inglaterra presentando House y juro que era el último lugar en el mundo donde quería estar”, confiesa con amargura. “Fue una larga agonía porque no me podía comunicar con mi familia, con mis amigos”, comenta el director. La incertidumbre se fue desdibujando, en parte, cuando consiguió hablar con su hermana, que le aseguró que todos estaban bien. Lejos de los clichés del mundo del teatro, Maxwell recuerda que cuando tenía 11 años, su padre, un juez atípico que amaba por igual el mundo del boxeo y el de la escritura, le ofreció entrenarlo para ser boxeador. Influenciado por los recuerdos de un padre fanático por el mundo del boxeo, Maxwell escribió Boxing 2001. “La historia se desarrolla en un ring, algo que nunca antes había sucedido en el teatro. Es como una obra shakespeareana, donde dos personas se enfrentan y arriesgan su vida”, subraya este joven que estudió actuación en la Illinois State University y comenzó su carrera profesional con la Steppenwolf Theater Company. En las obras de Maxwell la vida cotidiana se reduce a los diálogos necesarios. Incluso el minimalismo de los títulos de alguna de sus producciones como House, Caveman y Boxing anticipan lo indispensable para que las historias emerjan. En noviembre estrenará su última pieza, Drummer Wanted, en donde el protagonista es un percusionista. “La música está siempre en mi cabeza”, dice Maxwell. “Tomé una decisión equivocada al ingresar en la facultad, debería haber sido estrella de rock”, señala el actual director artístico del New York City Players.
–¿Cómo definiría el estilo de teatro que usted hace?
–Me parece que soy anti-estilo. Mi teatro es democrático en el sentido de que el público decide por sí mismo cuál es el significado de la obra. La mayor parte de los elementos de la escenografía, que suelen ser pocos, porque me gustan los espacios despojados, están diseñados para lograr ese fin. Las acciones que suceden en escena son simples y directas. Siempre intento acercarme lo más posible a la neutralidad. En general, el tipo de teatro que hago agarra al público desprevenido. Los espectadores se sorprenden porque tienen la sensación de que los actores no interpretan un personaje sino que son “reales”. Quiero que la realidad sea lo que está ocurriendo en el escenario.
–¿Qué rol ocupa la música en sus montajes?
–Tengo una gran tradición de teatro musical en mi familia. Mi papá estuvo muy involucrado con el teatro y en el colegio yo participé en varias comedias musicales. Cantar en una obra de teatro suena ridículoporque pone en suspenso la credibilidad de la gente. Al público le cuesta aceptar que se puede cantar repentinamente en una obra, como en la bañera, en la calle o en una habitación. Para mí la música es muy importante. En muchas circunstancias, una canción te revela la identidad y los conflictos del personaje, aspecto que no necesariamente está presente en el texto. A mí me obsesiona saber qué tipo de música le gusta escuchar a los personajes, en qué situaciones y cómo lo hacen. La radio es muy importante porque el tipo de radio y los programas que escuchan te van formando una idea acabada del personaje y su modo de relacionarse con los otros.
–¿Cómo utiliza la música en House?
–La mayoría de los personajes son heavy metal y cada uno tiene una canción que los identifica y les permite expresarse. Aunque las letras tengan un contenido claro de rechazo hacia la sociedad de consumo o busquen rebelarse contra lo establecido, la música no deja de ser comercial.
–¿Por qué prefiere utilizar actores amateurs en la mayoría de sus puestas?
–Me gusta la combinación entre amateurs y profesionales. Que una persona no tenga formación teatral no significa que sea más o menos valiosa. Resulta fascinante trabajar con actores amateurs porque nunca sabés lo que va a pasar con ellos en escena. En cambio un actor profesional es mucho más previsible y esquemático: son actores tratando de parecer naturales. El amateur tiene la frescura de lo imprevisible: consigue sorprenderte con reacciones desconocidas, inesperadas.

 

Para ir hoy
(Las entradas gratuitas se retiran una hora antes)
11.00: Charla abierta con Sasha Waltz. San Martín, Corrientes 1530. Gratis.
14.30, 17.00, 19.30 y 22: Electra, de Sófocles. Puesta en escena de Antoine Vitez. Ciclo de cine: Hugo Santiago. Sala Leopoldo Lugones del San Martín.
17.00: Sujetos. Dirección de Liliana Nuño. En El Portón de Sánchez, Bustamante 1034. Gratis.
19.00: Kachivachetur. Por la Compañía Dosaxos2. En La Fábrica, Querandíes 4290. Gratis
19.00 y 20.00: Otras danzas. En la Escalera del Hall Central del C.C. Recoleta, Junín 1930. Gratis.
20.00: Paralelo 33. Teatro Regio, Córdoba 6056. Gratis.
Biblis. Teatro Obstáculo de Cuba. Autor y director Víctor Varela. C.C. San Martín, Sarmiento 1551. Gratis.
20.30: Presentación del libro Teatro X la Identidad. Editado por Eudeba con prólogo de Mauricio Kartun. En el Auditorio del C.C. Recoleta. Gratis.
Fish/Rush. Por Akram Khan Company (Danza). (Inglaterra). Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715.
21.00: Ugnies Veidas (Teatro). Por Oskaras Korsunovas Theatre (Lituania). Teatro de la Ribera, Av. Pedro de Mendoza 1821.
De cómo el señor Mockinpott consiguió liberarse de sus padecimientos. Dirección de Roberto Castro. Sala Alberdi del C.C. San Martín. Gratis.
22.00: House. Autor y director Richard Maxwell (EE. UU.). Sala Cunill Cabanellas del San Martín.
23.00: Textos por asalto. Por el Sportivo Teatral, Thames 1426. Gratis.

 

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