Serán dos haces de luz
elevándose hacia el cielo, ocupando de un modo simbólico,
por otro lado el único modo en que puede hacerlo la luz, el espacio
vacío que los estadounidenses y especialmente los neoyorquinos
se empeñan en rellenar lo más rápidamente posible
allí donde hasta el 11 de septiembre se elevaban las Gemelas y
hoy no hay más que un devastador hueco de 16 manzanas, toneladas
de escombros y más de 6 mil cuerpos enterrados entre ellos. El
proyecto, impulsado por artistas, arquitectos y diseñadores, podría
quedar terminado durante la próxima semana y consiste en reproducir
con efectos lumínicos la imagen de las dos torres a escala real.
La idea parece ser la más factible de llevar adelante entre centenares
de propuestas y un gran debate sobre con qué ocupar el espacio
de las Gemelas.
Es algo simbólico, algo para lidiar con este vacío,
sostuvo Frank Sanchis, director de la Sociedad de Arte Municipal de Nueva
York, describiendo el estado de ánimo imperante. Uno mira
hacia el cielo y falta algo que había antes. Por el momento es
una idea que no sabemos cómo va a quedar. La Sociedad de
Arte Municipal es un grupo privado que habitualmente coopera con el gobierno
para la creación de obras de arte público y la preservación
de monumentos históricos.
La idea a la que se refiere Sanchis surgió de dos arquitectos y
dos artistas asociados con la organización neoyorquina Creative
Time, y fue apoyada rápidamente por la Sociedad de Arte Municipal,
y por una buena cantidad de diseñadores y fabricantes de equipos
de luces que ofrecieron sus aportes de manera gratuita.
El proyecto consiste en colocar dos potentes haces lumínicos próximos
al lugar donde se encontraba el World Trade Center, intentando crear una
imagen similar a las Gemelas en tamaño, forma y color. Los entusiastas
propulsores aseguran que el efecto de luz podría ser apreciado
hasta Nueva Jersey y Long Island. Creo que haría sentir bien
a la gente, agregó Sanchis. Saraha Bacon, vocera de Creative
Time, aseguró que después de empezar a tientas, ahora
el proyecto está mucho más cerca de convertirse en realidad.
La propuesta de Las Gemelas de Luz aparece como la más concreta
entre una cantidad de proyectos, algunos casi delirantes y otros no tanto,
que fueron arrojados por funcionarios, arquitectos y demás, mientras
los equipos de remoción de escombros continúan trabajando
en las 16 manzanas devastadas donde se levantaba el WTC. Apenas estén
realizados los últimos ajustes, la semana próxima los haces
de luz ya estarán en condiciones de ser instalados y sólo
deberán aguardar el ok de las autoridades.
El debate sobre qué hacer allí donde estuvieron las dos
torres corre por los carriles emocionales de lo emblemático pero
también sobre las preocupaciones financieras. Son muchos los que
se preguntan con qué se podrá reemplazarlas que alcance
para demostrar que el terrorismo no ha vencido al American Way of Life.
El decano de Arquitectura de la Columbia University en NY, Bernard Tschumi,
sostiene, como muchos otros, que las Gemelas deben ser reconstruidas tan
pronto como sea posible, y esta vez más fuertes y mejores.
Aunque nadie piensa en quién se animará a instalar sus oficinas
en el piso 110.
En cambio, para Carol Willis, historiador y director del museo SkyScraper,
las Torres Gemelas eran edificios que reflejaban de manera extraordinaria
las ambiciones de la arquitectura posmoderna durante el boom de la confianza
de posguerra. Pero no las tenemos más. La era de esas ambiciones
ya ha terminado.
Por su lado, el alcalde Rudolf Giuliani, anunció que el espacio
ahora conocido como Ground Zero (terreno cero) podría ser ocupado
por un parque de la memoria, semejante al que fue construido en Oklahoma,
donde se encontraba el edificio del FBI antes del atentado de Timothy
McVeigh, en abril del 95. En el parque podría instalarse
una escultura realizada con la estructura remanente de la torre sur. El
senador demócrata Charles Schumer propuso levantar una versión
moderna de la torre Eiffel. Otros pretenden reubicar allí oficinas
de agentes de bolsa, rodeando la zona con bares de ejecutivos. También
se ha lanzado la idea de construir otra sede del museo Guggenheim. El
rubro de las inversiones también se hace sentir: muchos contabilizan
los millones de metros cuadrados perdidos en una de las zonas más
caras del mundo, que para las finanzas municipales representan un duro
golpe de alrededor de 100 millones de dólares anuales en impuestos.
Los terroristas borraron del mapa el 15 por ciento de los metros
cuadrados de oficinas de todo Manhattan, analizó Raymond
Horton, de la Escuela de Negocios de la Columbia University. La
solución al problema es mucho más complicada que la reconstrucción
de las viejas torres.
Todas ideas y preguntas aún sin respuesta. Lo cierto es que la
semana próxima las Torres Gemelas estarán en condiciones
de ser recuperadas. Al menos, en su aspecto más irreal: el de la
imagen.
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