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Y al tercer día de protestas y asueto, Montiel creó los bonos

En el último día de asueto en
Entre Ríos, el gobernador Montiel consiguió venia parlamentaria para emitir bonos. En Misiones, Jujuy y San Juan también la economía está tocando fondo.

Los empleados estatales entrerrianos continúan protestando. En la foto, frente a una escuela.

Bonos de todos los colores, de nombres diversos y funciones similares. Protestas de docentes, estatales y desocupados que parecen eternizarse en las ciudades más importantes. Proveedores del Estado que cobran en papeles que cotizan en Bolsa y que pierden valor a medida que pasan los días. La crisis de las provincias se prolonga indefinidamente. El desesperado recurso del pago en bonos parece no alcanzar para superar el desequilibrio financiero, y podría dar lugar a decisiones más tajantes, como decretar asueto administrativo o, en última instancia, declararse directamente en cesación de pagos. El pionero, en este caso, fue el gobernador de Entre Ríos, Sergio Montiel. En su provincia, se cumplió ayer el último día de suspensión de actividades públicas, al mismo tiempo que los diputados autorizaban la emisión de “certificados de cancelación de obligaciones” con los que –según Montiel– se les pagará a “proveedores y contratistas”.
En Entre Ríos, los tres días de asueto administrativo que paralizaron la función pública no detuvieron las manifestaciones ni los reclamos. Al contrario, empleados públicos, jubilados y desocupados se concentraron desde la mañana frente a la Casa de Gobierno provincial y la Legislatura, donde en ese momento se debatía el proyecto de bonos “federales” impulsado por el gobernador. La tensión era muy alta, los estatales expresaban su rechazo a que les paguen el sueldo en bonos, y los hombres del gobernador no sabían cómo descomprimir la situación. Al final, anunciaron que se repartirían 20 mil bolsones de alimentos en Paraná y 50 mil en el resto de la provincia. De todas formas, Montiel intentó quitarle legitimidad a la protesta: “De 55 mil empleados que tiene Entre Ríos, había sólo cientos de personas encabezadas por candidatos de algún partido”, afirmó.
La tensión llegó a tal punto, que Colombo tuvo que salir a desmentir que el gobierno nacional estuviera analizando una posible intervención a la provincia. “De ninguna manera. Ni se ha mencionado esa posibilidad”, dijo. Recién a la tarde llegó algo de alivio, cuando los diputados aprobaron la ley que permite emitir letras de tesorería por un monto de 100 millones de pesos y bonos con garantía de la provincia hasta la suma de 160 millones de pesos. Montiel quería que se pusiera un tope mucho más alto, de 450 millones, pero igual se manifestó conforme con la medida: aseguró que “descomprimirá” la situación financiera y pronosticó que el próximo lunes “la actividad va a ser totalmente normal”.
La escena que se vive en Entre Ríos se repite, casi calcada, en San Juan (ver aparte), y también en Chaco, Misiones, La Rioja, Jujuy y Salta. En la provincia que gobierna el radical Angel Rozas, una movilización de empleados legislativos y de la Dirección General de Rentas se agolpó delante de la Legislatura para expresar su repudio al proyecto de ley que autoriza el uso de bonos para pagar salarios. El reclamo de los estatales se produjo en el mismo momento en que la iniciativa era discutida en el recinto. “Las provincias solas no están en condiciones de reprogramar nuestro profundo y alto endeudamiento”, alertó el chaqueño Rozas, quien al igual que el sanjuanino Alfredo Avelín responsabilizó a Domingo Cavallo del descalabro financiero de los estados provinciales: “El Ministerio de Economía se ha cortado solo. Pero si las provincias quedan libradas a su suerte, no sólo Entre Ríos va a ser noticia nacional”.
El endeudamiento con los trabajadores es una constante en el Interior. De la misma manera que en Entre Ríos, la administración de Carlos Rovira, en Misiones, atraviesa serias dificultades para pagar los sueldos: en estos días se están abonando los haberes de agosto, mientras que el pago a proveedores se efectiviza a través del “Cemis”, un papel que cotiza en bolsa cuyo valor nominal sufre bajas de al menos 30 por ciento. En Jujuy, el gobierno de Eduardo Fellner sufre los mismos problemas: optó por el pago con vales alimentarios, con aval judicial, a pesar de la oposición del Consejo Profesional de Ciencias Económicas. En esta provincia, el panorama, en ese aspecto, es desolador: los empleados aún no cobraron el sueldo de agosto y tampoco el aguinaldo. Fellner arguye que ese pago secumplirá cuando se destrabe una negociación con Carlos Ruckauf para conseguir casi 38 millones de pesos en Patacones.

 


 

AVELIN PIDIO QUE ECHEN A CAVALLO
Al Cachafaz, ni justicia

Ya lo había llamado “cachafaz”, en una de sus clásicas intervenciones, entre campechanas y chicaneras. Y ayer, para no perder la costumbre, lo volvió a atacar, aunque esta vez fue más lejos. Mientras en su provincia los estatales cumplían con un paro que paralizó a la administración pública, el gobernador de San Juan, Alfredo Avelín, convocó a los argentinos a que se unan “para echar a (Domingo) Cavallo del Ministerio de Economía”.
Para fundamentar su pedido, Avelín enumeró un par de cuestiones que achacó al titular de la cartera de Economía: “Trabaja para los de afuera: regaló el país y ahora quiere aparecer como el redentor”, aseguró. La invitación del mandatario sanjuanino pareció resumir un clima notoriamente adverso a Cavallo que reina entre los jefes provinciales. Así, por ejemplo, el chaqueño Rozas declaró que “el Ministerio de Economía se corta solo”, mientras que otros gobernadores, como Montiel, prefirieron el bajo perfil y se limitaron a decir que el alejamiento del mediterráneo es una de las funciones exclusivas del Presidente. De cualquier forma, las declaraciones de Avelín coincidieron con ciertos rumores que anticipaban una posible renuncia de Cavallo.
Mientras el gobernador sanjuanino reclamaba el alejamiento del ministro, los trabajadores estatales realizaban un paro de actividades que paralizó totalmente la administración provincial. Los empleados fueron promovidos por una coordinación de sindicatos, cuyos dirigentes no confían demasiado en las promesas del ministro de Economía local, Ricardo Ortiz, quien prometió que el lunes comenzará a pagar los sueldos.

 

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