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El caso Galeano ya está en la Comisión de Acusación

Un consejero pidió al Consejo de la Magistratura que eleve la denuncia por mal desempeño contra el juez Juan José Galeano en la causa AMIA directamente a la Acusación. El lunes se reanudan las audiencias.

El reducidor de autos robados,
Carlos Telleldín, en apuros.
La Cámara desprocesó a Lifchitz
quien había denunciado a Galeano.

Por Irina Hauser y Raúl Kollmann

Mientras en el juicio oral por el atentado a la AMIA continuaba la lectura de la acusación elevada por el juez Juan José Galeano, el Consejo de la Magistratura comenzaba a poner la lupa sobre su actuación, ya que reconoció haber mandado a destruir videos y otras pruebas ligadas al expediente. El consejero Eduardo Orio pidió al cuerpo encargado de evaluar la conducta de los jueces, que lleve el tema directamente a la Comisión de Acusación, encargada de promover los juicios políticos. La perspectiva de Galeano se oscurece, además, en tanto la Cámara Federal –que a comienzos de semana le inició un sumario– revocó el procesamiento de Claudio Lifchitz, un ex secretario del magistrado que lo denunció por irregularidades en la investigación del ataque terrorista. Uno de los tramos más importantes del debate oral del caso AMIA se iniciará la semana próxima, cuando deberían comenzar las indagatorias a los 20 acusados.
Las tres audiencias de esta semana estuvieron dedicadas a la lectura de la acusación de los fiscales Eamon Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman, y al auto de elevación a juicio del juez Galeano. Ambos textos se limitan a explicar cómo operó la “conexión local” que montó y entregó la camioneta Trafic con que se concretó el atentado. El lunes los secretarios seguirán leyendo otro largo rato, en el que incluirán una acusación paralela contra el ex comisario Juan José Ribelli por extorsionar a Galeano con una filmación que lo mostraba negociando la declaración del desarmador de autos Carlos Telleldín. Después, deberían comenzar las indagatorias. Por ahora, la mayoría de los acusados se negará a declarar.
La historia del video no es menor dio pie a cuestionamientos al juez, quien admitió que registraba las entrevistas con testigos e imputados con la idea de analizar sus actitudes. Cuando el Tribunal Oral 3 le pidió todas las cintas, Galeano dijo por escrito que le había encomendado su destrucción. Los abogados Pablo Jacoby y Alberto Zuppi que representan a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA nucleados en Memoria Activa, lo denunciaron ante la Cámara Federal y pidieron su apartamiento del caso. El camarista Martín Irurzun, que preside el tribunal, no lo corrió, pero ordenó la apertura de una causa penal y de un sumario administrativo y notificó al Consejo de la Magistratura, órgano en el que el caso ya tuvo eco. El consejero Orio planteó allí “la gravedad de lo públicamente denunciado” para que Acusación inicie una pesquisa.
Esta suerte de juicio simultáneo que complica a Galeano, tiene también detractores. La abogada de la DAIA Marta Narcellas sostuvo que “lo que se hacía era filmar como material de trabajo para seguir otra líneas investigativas”. “Lo que no podía destruir son las actas y no lo hizo”, defendió. “No encontramos alguna motivación para pedir su alejamiento porque atrasaría el juicio”, concluyó. Una postura equivalente tienen la AMIA y los Familiares y Amigos de las víctimas del atentado, que creen que el juez trabajó mucho, con trabas del Gobierno y las fuerzas de seguridad.
Los camaristas federales de la Sala II, sin embargo, añadieron un ingrediente que agrava el panorama de Galeano al revocar el procesamiento contra su ex secretario, que había sido procesado por el juez Jorge Urso que lo acusó de revelar escuchas telefónicas que estaban bajo secreto en el expediente. Lifchitz había denunciado a su jefe ante el juez Claudio Bonadío por calamidades en la causa AMIA como que le habría pagado a Telleldín y preparado testigos, entre otras cosas. Por esas casualidades, a Urso le tocó por sorteo investigar a Galeano por pulverizar las pruebas.

 


 

LOS FISCALES PIDIERON QUE SE CITE AL MINISTRO
Por la palabra de Mestre

Por I.H. y R.K.

Los fiscales del caso AMIA y algunos de los querellantes solicitaron que el ministro del Interior, Ramón Mestre, declare judicialmente porque dijo que los atentados en la Argentina tuvieron vinculación con la política llevada adelante por el ex presidente Carlos Menem y por las promesas incumplidas a gobernantes de países árabes. También solicitaron que se cite al ex comisario Luis Patti quien dijo que se sentó en el banquillo a “simples ladrones de autos”. La postura del titular de la cartera de Interior, expresada en forma pública y privada por casi toda la clase política, no se basa obviamente en ninguna prueba, aunque curiosamente en el expediente hay dos testigos, el ex recaudador de Menem, Mario Rotundo, y el ex embajador Oscar Spinoza Melo, que detallaron los acuerdos que el riojano hizo con países árabes antes de asumir el Gobierno. Al caso Mestre, que no aportará ninguna prueba, parece trasladarse un interés que debería centrarse en las evidencias –muchas o pocas– que existen en la causa.
Desde hace años se viene repitiendo que los atentados se produjeron por una conjunción de factores: promesas incumplidas de Menem a gobernantes árabes que aportaron a su campaña electoral, su decisión de alinearse con Estados Unidos e Israel, su visita inicial a Tel Aviv, en lugar de a una ciudad árabe, las enormes brechas en la seguridad argentina, la existencia de una enorme comunidad judía en el país que garantizaba la repercusión mundial y hasta la conversión de Menem del Islam al catolicismo.
El grave problema de estas especulaciones es que al no saberse quién fue el autor o los autores materiales del atentado, es casi imposible determinar quién estuvo detrás y quién lo financió. Si estuviera individualizada, por ejemplo, la persona que supuestamente se inmoló en el ataque contra la AMIA se podría rastrear de qué país llegó y con qué organización estaba vinculada.
En la causa AMIA, Rotundo y Spinoza Melo señalan –como hipótesis– que los ataques se produjeron por las promesas incumplidas. El ex embajador dijo en una entrevista realizada por la periodista de este diario Susana Viau que “delante de mí, Carlos Menem les ofreció un reactor nuclear si llegaba al gobierno. Fue en una reunión con el vicepresidente sirio, Haddam Halim, en su residencia vacacional”. Rotundo, por su parte, afirmó que estuvo en un encuentro entre Menem y delegados del presidente libio Muammar Kadhafi. En una causa judicial de Rotundo contra Menem por una cuestión de dinero está la fotocopia de un cheque pagado por Kadhafi a Menem como aporte a la campaña electoral.
La histeria por el lugar común de Mestre parece destinada a desviar la atención de un juicio en el que ayer se leyó el reconocimiento de Galeano de que estuvo impotente, sin colaboración y hasta boicoteado por las fuerzas de seguridad del país.

 

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