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Por Mariana Carbajal
 Uno de los cardiocirujanos
más distinguidos del país fue procesado por la Cámara
del Crimen por no cumplir con una sentencia judicial que lo obliga a pasar
alimentos a su ex esposa y a uno de sus hijos. “Orgullosamente no
cumplo con esa resolución porque es absolutamente injusta. No le
paso dinero ni le voy a pasar nunca porque el juez me ordena pagarle a
quien me ha robado”, declaró a Página/12 el médico
Dardo Fernández Aramburu, considerado una “eminencia”
en su especialidad y que actualmente es director y jefe de Cirugía
Cardiovascular del Instituto de Diagnóstico y Tratamiento de la
ciudad de Buenos Aires.
El fallo, conocido ayer, confirma el procesamiento dictado en primera
instancia por el juez de instrucción Roberto Grispo, y se enmarca
en la prolongada batalla legal que mantiene por su divorcio Fernández
Aramburu con su ex esposa, Elsa Carlota Hurtado. Al prestigioso cardiocirujano
se le imputa el incumplimiento de los deberes de asistencia familiar,
un delito penal contemplado en la ley 13.944, que prevé un castigo
de hasta un año de prisión.
En abril, la Cámara Civil le fijó a Fernández Aramburu
una cuota alimentaria provisoria –hasta que finalice el juicio de
divorcio– de 4000 pesos por mes para la mujer y 3000 para sus hijos.
Hurtado declaró en el juicio que el médico tiene ingresos
mensuales de 200.000 pesos. Pero el prestigioso cardiocirujano, de 52
años, se niega rotundamente a solventar los gastos de su ex pareja.
Días atrás presentó un “incidente” de cese
de cuota alimentaria, para lo cual alegó, entre otros motivos,
que Hurtado vive en concubinato. “El Código establece que
los alimentos no corren más si la mujer no se mantiene fiel a su
esposo, mientras dure el divorcio. Y hemos probado que ella vive con un
diplomático de la embajada de Bélgica”, explicó
a este diario la abogada del cardiocirujano María Eugenia Galíndez.
“Mi hijo mayor, de 17 años, vive conmigo, y el menor con ella
y a él todos los meses le paso dinero. Pero a ella no le voy a
pagar nunca, entre otras razones, porque no tengo el dinero que me reclama
y además, porque le estaría pagando a quien me ha robado.
Uno debe subordinarse a la Justicia, pero a una Justicia justa. Esto es
absolutamente injusto”, se defendió Fernández Aramburu,
uno de los fundadores del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, donde
en 1993 fue operado por una obstrucción arterial el entonces presidente
Carlos Menem.
El juicio de divorcio fue iniciado por Hurtado en 1997, después
de veintiún años de matrimonio. La mujer lo acusó
de adulterio, al descubrir que él tenía dos hijos extramatrimoniales.
“Fue un juego sucio, porque ella estaba al tanto de esa situación
desde 1991 cuando aceptó testar en favor de esos dos hijos míos,
que tuve en 1987 y 1989”, dijo ayer a este diario el médico.
La causa tramita en el juzgado civil Nº 76 a cargo de Ricardo Sangiorgi,
el mismo magistrado que fijó la cuota alimentaria. Quienes conocen
el expediente cuentan que se ha convertido en una verdadera odisea. En
un momento llegó a tener 60 cuerpos. El cardiocirujano denunció
a su ex esposa de haber vendido, antes de comenzar el juicio y sin su
conocimiento, 19 caballos de carrera, camionetas y automóviles,
por un valor cercano a los 350.000 pesos, aprovechando que pertenecían
a una sociedad anónima en la cual ella figuraba como titular. Los
caballos eran del Haras Las Dos Manos, de 300 hectáreas, ubicado
en Capilla del Señor, actualmente explotado por el médico.
Según acusó su abogada, Hurtado además vendió
en el “mercado negro” una colección de 60 pinturas que
tenía el matrimonio, entre ellas 32 obras de Molina Campos y otras
de Soldi y Berni, por 380.000 pesos, cuando la pinacoteca, valuada en
un millón de pesos, estaba embargada judicialmente, en el marco
del juicio de divorcio y ella había sido designada por el juez
como “depositaria judicial de los cuadros”.
Sin embargo, para los camaristas Edgardo Donnna y Mario Filozof “el
manejo fraudulento de los bienes de la sociedad conyugal” y “la
situación económica de la querellante a raíz de ello”,
no liberan a Fernández Aramburu del pago de la cuota alimentaria
fijada para ex esposa. El médico fue accionista hasta 1997 del
Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. Actualmente es jefe de cirugía
cardiovascular del Instituto de Diagnóstico y de la Clínica
Sacre Coeur, donde ejerce su singular aptitud para operar y suturar el
corazón con ambas manos, de ahí el nombre con el que bautizó
el haras.
DEMORAS
EN RETIRO POR UNA PROTESTA GREMIAL
La Terminal con piquete propio
El enorme andén de la
Terminal de Omnibus de Retiro, que cuenta con 75 plataformas para la entrada
y salida de micros, se convirtió anoche en un verdadero caos cuando
trabajadores de la empresa Río de la Plata resolvieron interrumpir
la partida de todos los ómnibus de las más de 200 empresas
que operan en esa estación. Los empleados de la línea de
larga distancia ya habían realizado protestas similares en la terminal
de La Plata y en el Camino Centenario, en reclamo del pago de salarios
caídos. El piquete cortó la calle interna que sale hacia
la avenida Antártida Argentina y todos los servicios quedaron interrumpidos,
lo que provocó una concentración de alrededor de mil pasajeros
que esperaron con algo de paciencia y mucho de enojo que la situación
se resolviera.
La entrada y salida de micros estuvo interrumpida entre las 18.15 y las
19.20, cuando la Policía Federal pudo convencer, luego de una difícil
negociación, que los trabajadores –alrededor de un centenar–
levantaran la medida de fuerza. La demora obligada del movimiento de micros
se sumó a las tardanzas habituales en algunos servicios, de manera
que cuando pudo reanudarse la actividad, comenzaron a partir, cerca de
las 20, micros cuya hora de salida prevista estaba fijada entre las 17.30
y las 19.30.
Algunos de los viajeros, cargados de valijas y con destinos diversos –desde
Mar del Plata a Catamarca, desde Paso de los Libres hasta Neuquén–,
expresaron su protesta en las ventanillas de las empresas, pero la mayoría
aceptó con resignación el inconveniente. “Estamos desde
las 18, cuando ya se empezó a observar el movimiento de los choferes
de la Río de la Plata, que primero pidieron disculpas a los pasajeros
utilizando un megáfono”, explicó Ana María,
quien regresaba con sus tres hijos a Gualeguaychú.
Otras personas esperaban la llegada de familiares, dado que los micros
tampoco podían ingresar a la terminal. Cerca de las 20 comenzaron
a salir los servicios y el que trabajó a destajo fue el encargado
de anunciar las partidas: estuvo hablando cerca de una hora, en forma
ininterrumpida.
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