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III FESTIVAL INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES
ENTREVISTA AL TEATRISTA ESPAÑOL JOSE SANCHIS SINISTERRA
“Soy un optimista por necesidad”

El dramaturgo y director valenciano le teme a la guerra, pero tiene esperanzas en los movimientos antiglobalización. Dictó una clase magistral en Buenos Aires, y lo esperan en el Festival del Mercosur.

Sanchís Sinisterra es un reconocido autor, director y maestro de autores.

Por Hilda Cabrera

Nacido en Valencia, hijo de republicanos, José Sanchís Sinisterra conoció el teatro en la adolescencia (ya a los 17 años realizó puestas en el ámbito universitario). Es dramaturgo, director y maestro de autores. Invitado al Festival de Buenos Aires dictó una clase magistral sobre teatro contemporáneo y participó del Encuentro Teatro y Política. Lo esperan en Córdoba, donde, en el marco del Festival del Mercosur, participará con un seminario, la lectura de su obra La raya del pelo de William Holden y el semimontado de otra pieza suya, El lector por horas, a cargo de un elenco cordobés dirigido por Mario Mezzacappo. Esta puesta se verá en octubre en Buenos Aires y luego en Rosario. Se trata de una joven ciega que vive a través de los textos que le acerca el lector contratado por su padre. Como dice Sanchís en diálogo con Página/12, la obra se relaciona con la literatura “en el sentido de cómo nos forma y nos deconstruye”.
El autor imagina a un público activo: “Frente a la actitud de consumo pasivo de ideas, objetos y slogans que nos propone el sistema, una de las posibilidades de acción política del teatro es fomentar una actitud indagativa”, opina. Esta concepción parte de una trayectoria personal de importantes hitos, entre otros la fundación, en 1977, a instancias suyas y de colaboradores, del Teatro Fronterizo, agrupación en la que estrenó obras experimentales, dramaturgias sobre clásicos y algunas de sus piezas más conocidas en la Argentina. Es el caso de Ñaque, o de piojos y actores (1980), El cerco de Leningrado, de 1989 (año de la caída del Muro de Berlín), y ¡Ay, Carmela! (1987), trasladada al cine por el realizador Carlos Saura, sobre guión de Rafael Azcona. En 1988, Teatro Fronterizo alquiló un local y puso en marcha el proyecto Sala Beckett, en Barcelona, espacio que Sanchís dirigió hasta 1997, cuando decidió establecerse en Madrid. Entre sus últimas obras se encuentran Los figurantes (1986-1988), Perdida en los Apalaches (1990), Marsal Marsal (1996) y El lector por horas (1996), estrenada en España y, en los próximos días en Córdoba, Buenos Aires y Rosario. Este trabajo es otro punto de inflexión en su dramaturgia. Según cuenta, en las obras anteriores se interesaba por investigar formas impropias del lenguaje. La intención –dice– era mostrar a personajes con problemas para expresarse, dejar constancia de “las fracturas entre el pensamiento y la palabra”. En El lector..., en cambio, se advierte “una competencia lingüística”. Esto no significa que no haya ocultamiento: “Los personajes se autocensuran y fijan estrategias indirectas de expresión”, apunta.
–¿Se refiere al temor a ser dominado o influenciado?
–Puedo decir que desde finales de los años 80 me he alimentado del redescubrimiento que hice de Harold Pinter a través de Beckett. Sobre el tema de las influencias, Pinter decía ya en la década del 60 que los problemas de relación no radican en la incomunicación sino en la resistencia de las personas a la comunicación. Esa forma en que velamos nuestro pensamiento y la realidad de nuestra vida es la que produce diálogos quebradizos y malentendidos.
–¿El entorno sigue siendo un material importante en su dramaturgia?
–Está claro que me intereso por la realidad, pero en mis obras he intentado rehuir ese espejismo que nos quiere mostrar que el teatro es tanto más actual cuanto más se conecta con lo que está pasando. Para mí la actualidad es algo artificial, creado por los medios de comunicación, por quienes fijan qué debe o no saberse. Mis obras buscan siempre circunstancias que están un poco fuera del espacio y el tiempo para hablar, como en El cerco de Leningrado, de una circunstancia actual.
–En ese caso, de la resistencia...
–Y de la pérdida de utopías y la deserción de la izquierda, que no está suficientemente tratada en el teatro. Pero como soy optimista histórico por necesidad, creo que el movimiento antiglobalización va a tener repercusiones en el mundo del arte y de la cultura, si es que la guerra que se está larvando a consecuencia del horror de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono no produce un viraje total y volvemos al western.
–¿Cree que esos foros antiglobalización son fuertes en Europa?
–Es curioso, estuve en Brasil, y a pesar del foro de Porto Alegre, pude comprobar que mis amigos brasileños no perciben, como los europeos, que las organizaciones antiglobalización son un síntoma de cambio. En Europa, las publicaciones se hacen eco de estos movimientos. En España, la revista El Viejo Topo. Incluso algunos ayuntamientos de Cataluña están estudiando la posibilidad de exportar algunas de las fórmulas del Foro de Porto Alegre.
–¿Considera que es posible esa sistematización en América Latina?
–Latinoamérica es el futuro. Aparecen fenómenos como Chiapas, que llevan a pensar en cambios. Sé que cada país es muy diferente a otro. Los he recorrido casi todos, y veo profundizarse la desigualdad. La bunkerización de los núcleos de riqueza es escandalosa, y eso producirá estallidos. Ojalá sean mutaciones pacíficas y no escisiones desesperadas.
–¿Cómo ve en España el fenómeno de la inmigración?
–Hay una política gubernamental miope y puramente centrada en darle una solución policial o legal. Estoy pensando con unos amigos qué hacer desde la cultura. Es necesario considerar a los inmigrantes como sujetos de cultura y no solamente como un problema económico o de orden público.
–¿Existe alguna apertura?
–Todavía no. Hay mucha solidaridad por parte de organizaciones no gubernamentales, que se ocupan fundamentalmente de los aspectos económico y social, y de legalizar situaciones.
–¿No hay indicios de integración?
–No. Pero no me refiero a integración en el sentido de homologación sino en el de que puedan decir cuál es su voz, su palabra, su música. Cómo pueden expresarse.
–Dentro del teatro europeo se forman elencos con artistas de diferente origen. Un ejemplo es el teatro de Peter Brook...
–Esa es una de las posibilidades: la formación de compañías multirraciales. En ese sentido, Peter Brook ha sido uno de los primeros. También porque París, desde hace treinta años, tiene un carácter babélico.
–¿Qué pasa con la discriminación en España?
–¿Discriminación? Diría racismo. Las manifestaciones de racismo son muy violentas. No creo que haya que hacer un teatro político por obligación, pero esta alteración producirá algo nuevo.
–¿Continúa escribiendo?
–Nunca dejo de escribir ni hacer proyectos. Desde hace dos años trabajo en uno, junto a escritores jóvenes, y acabo de retomar un texto mío. Se basa en una noticia periodística que me impactó: una muchacha de 19 años, guapa, inteligente, que por un accidente automovilístico quedó en estado de coma irreversible. Los padres se empeñaron en mantenerla en vida vegetativa durante diez años. Un día, allí donde la tenían entubada, descubrieron un abultamiento en el vientre, y se dieron cuenta de que estaba embarazada. Alguien la había violado. Esa noticia me produjo una conmoción y quise tratar el tema de la abyección. El texto es muy duro, y formalmente experimental. Claro que no le veo futuro: ¿quién va a querer prohijar una obra así? Retomé también otra obra que empecé en los años de la transición democrática: Terror y miseria en el franquismo. Había un afán por olvidar lo que fue el franquismo puro y duro, y pensé que era necesario refrescar la memoria. La retomé cuando ganó el Partido Popular,porque percibí más claramente el proceso de derechización de la sociedad española, que ahora es ya imparable.

 

Las obras y espectáculos de hoy
10.30 a 13.00: Teatro y compromiso (Encuentro y debate). Teatro del Pueblo, Diagonal Norte 943. Gratis.
14.30, 18.00 y 21.00 hs.: Galileo Galilei. Ciclo de cine de Hugo Santiago. En la Sala L. Lugones del TGSM, Corrientes 1530. Gratis
17.00: Secreto y Malibú. (Danza). C.C. Recoleta, Junín 1930. Gratis.
19.00: La Boxe. El Muererío Teatro. En La Fábrica, Querandíes 4290.
20.00: Zweiland. Por la Schaubühne am Lehniner Platz. Dirección de Sasha Waltz. En el San Martín, Corrientes 1530.
20.30: La Biblioteca de Babel. Biblioteca Miguel Cané, Carlos Calvo 4319. Gratis.
Vítor Ramil. Teatro Regio, Av. Córdoba 6056. Gratis.
Fix/Rush (Danza). Por Akram Khan Company. (Inglaterra). En el Teatro Sarmiento, Av. Sarmiento 2715.
Ugnies Veidas. Oskaras Korsunovas Theatre (Lituania). En el Teatro de la Ribera, Av. Pedro de Mendoza 1821.
22.00: House (Teatro). Autor y director Richard Maxwell (Estados Unidos). Sala Cunill Cabanellas del San Martín.

 

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