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Blanco, impugnado, ausentes
e indecisos, ganando por goleada

Las encuestas le dan a todos los políticos un segundo lugar frente
a la mufa. En Capital, Terragno y
Bravo definen, mientras en provincia Duhalde supera a Alfonsín, pero sin hacer una elección llamativa.

Los atentados le quitaron todavía más interés a una campaña electoral que no entusiasma.

Por R.K.

Los indecisos, los que van a votar en blanco, impugnar su voto o piensan directamente no ir a votar van ganando por goleada. Suman entre el 30 y el 40 por ciento del electorado, aunque –como es obvio– en las dos semanas que faltan la gente tenderá un poco más a “engancharse” con la elección y todo indica que va a terminar votando a alguna lista. Por supuesto, los votos en blanco, los impugnados y la abstención de ir a votar van a batir records. En cuanto a la carrera entre los candidatos, en la mayoría de las encuestas la pelea en la Capital Federal está pareja entre Alfredo Bravo y Rodolfo Terragno, con un Gustavo Beliz tercero, pero cerca. En la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde va encaminado a ganar, aunque sin realizar una gran votación. Raúl Alfonsín sería segundo.
Los tremendos atentados en Estados Unidos le han quitado todavía más interés a la campaña electoral. Hace un mes, el fenómeno Elisa Carrió amenazaba con impulsar hacia arriba a todos los candidatos del ARI, pero lo cierto es que en las últimas semanas el terremoto Carrió perdió fuerzas, entre otras cosas porque no hay campaña electoral y nadie presta demasiada atención.
Esta situación podría cambiar un poco en estas últimas dos semanas de campaña, cuando Carrió acompañe un poco más a los candidatos del ARI. La encuesta de Hugo Haime tiene un cuadro revelador: el 84 por ciento de la gente no sabe que Alfredo Bravo es el candidato de Carrió en la Capital Federal. De todas maneras, habrá que ver si el ARI logra revertir esa situación y, en general, debe decirse que casi todos los consultores notan una baja en la popularidad de Carrió. Obviamente, los demás políticos y el ministro Domingo Cavallo han empezado ha confrontar en forma dura con ella, y eso produce una baja, aunque sigue siendo la figura con mayor prestigio del país.
En la provincia de Buenos Aires, Duhalde sólo batalla contra sí mismo: si no se acerca al 40 por ciento de los votos quedará mal ubicado para la carrera presidencial a la que pretende volver a subirse. Tiene una ventaja: en las elecciones, para el cálculo de porcentajes, no se toman en cuenta los votos en blanco ni impugnados y, obviamente, tampoco la cantidad de gente que no va a votar. Eso significa que va a sacar un importante porcentaje de los votos válidos.
En la pelea por el segundo lugar, las encuestas muestran bastante parejos a Alfonsín, Farinello y Patti. Sin embargo, la lógica indica que si las cosas siguen así, el sacerdote se quedará sin dinero para el tramo final de la campaña e, igual que Patti, carece de una estructura provincial que le permita tener fiscales en todas las mesas para cuidar sus votos. La lógica indica que Alfonsín –hoy por hoy– debería salir segundo y obtener la banca. Queda un poco más atrás Jorge Barrachia, quien depende de que se produzca el fenómeno Carrió.
En la Capital Federal, la mayoría de los consultores sostienen que existe una especie de empate técnico entre Bravo y Terragno, aunque también se nota que aflojó algo el ascenso del ARI. Las últimas dos semanas de campaña serán decisivas.
Beliz se ha consolidado mucho en el tercer lugar, Liendo quedó muy lejos y lo mismo que la izquierda, que –de todas maneras– haría una buena elección, sobre todo en la carrera de diputados. Luis Zamora figura en la encuesta de Haime con casi el 7 por ciento de los votos y Patricia Walsh se ubica
con el 5 en la de Graciela Römer y con el 4 en la de Equis, la consultora que conduce Artemio López.
Más allá de la competencia entre las listas, es indudable que el gran esfuerzo que tienen que hacer los candidatos es contra el llamado votoputeada, o sea convencer a los ciudadanos que vayan a votar y que en lugar de hacerlo en blanco o impugnando la boleta, lo hagan por tal o cuallista. No es una tarea sencilla por el malhumor de la gente, pero por lo que se ve en los sondeos, vale la pena hacer el intento.

 

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